Petro siempre fue indigno de la investidura presidencial. Él ejerce su cargo como un “¡a mí no me manda nadie…!”, es decir, como un truhan. Su conducta oficial y política linda con lo delictual y es contraria a los intereses de la nación. Ejemplos: transmitir como alocución presidencial un Consejo de Ministros; insultar a diestra y siniestra; agredir y calumniar a los opositores; emborracharse, drogarse, incumplir citas, protagonizar escándalos; trinar a medianoche barbaridades; rodearse de subalternos corruptos y/o ineptos; destruir la política internacional del país asociándolo geopolíticamente al “Eje del Mal” y rompiendo relaciones con aliados y socios naturales; desmoralizar a la fuerza pública; quebrar el sistema de salud; desestimar y sabotear las concesiones 4G; tratar al ELN y a las FARC como a camaradas y avisarles por X que se preparan operativos contra ellos…
De hecho, Petro siempre estuvo inhabilitado para ser elegido congresista y presidente, puesto que fue condenado (1984) por porte ilegal de armas por un juez competente. Petro apeló y un tribunal confirmó la sentencia.
Su desacato a las decisiones judiciales es recurrente. Petro es un contumaz serial. Es natural, porque él y sus secuaces de la extrema izquierda predican que el “aparato judicial” (así llaman a la rama) es, en todo tiempo y lugar, un instrumento de “dominación de clase”.
Para los comunistas, los procesos contra ellos son "lawfare", un uso del sistema legal y judicial como herramienta para perseguir o desacreditar a los luchadores populares. El arsenal defensivo de la extrema izquierda es amplio: el victimismo, las poses de Matasiete, la baladronada, y un equipo de “juristas del mal” organizados en “colectivos” que suelen arremeter como una jauría contra los jueces y tribunales a través de sus bodegas difamatorias, de su aparato internacional de prensa y, en última instancia, de los tribunales internacionales de derechos humanos que hoy están copados por la “progresía”.
Petro y su “Colectivo” han usado a la Comisión y a la Corte Interamericanas como especie de “Cortes de tercera instancia” para revocar las decisiones de la Corte Suprema y del Consejo de Estado. Petro desobedece sistemáticamente las decisiones de los jueces colombianos y desafía el equilibrio de poderes. Petro, contumaz en su desobediencia, mantiene una actitud desafiante e inaceptable contra el Consejo de Estado, el Consejo Electoral, la Corte Suprema y la Corte Constitucional.
¡¿Hasta cuándo, Petro, abusarás de la paciencia de los colombianos?!" https://elcolombiano.com/colombia/gustavo-petro-desafia-consejo-de-estado-y-vuelve-a-decir-hannah-escobar-nazi-PH26560870
* Publicado en su cuenta de X (@JOSEOBDULIO) de febrero 8 de 2025.