Dice Sergio Fajardo que, si Federico Gutiérrez pasa a la segunda vuelta, más fácil gana Petro. Razón por la cual debería pasar él. Sin embargo, los resultados electorales del 13 de marzo sugieren que será Fico el que enfrente a Petro. Las consultas suelen crear un momentum que alcanza hasta la primera vuelta (lo reconoció Óscar Iván Zuluaga y probablemente lo sentirá Rodolfo Hernández a su regreso de Europa).
Tiene razón Fajardo en lo que plantea implícitamente que ocurrirá si él va a segunda vuelta: de la centroderecha a la derecha votarán por él para atajar a Petro. En cambio, si es Gutiérrez, como están las cosas, una parte grande de la centroizquierda votaría por Petro y la otra se iría a "contemplar ballenas". Salvo el Partido Liberal, que se dividiría entre Fico y el caudillo.
Con Petro decididamente en la izquierda estatista y populista, y más si escoge a Francia Márquez —izquierda cultural— como fórmula vicepresidencial, el reto de los demás, Fico y Fajardo en primer lugar, es ofrecer una alternativa atractiva de cambio en el "centro", porque la constelación de hechos indica que la derecha perdería con la izquierda esta vez.
La derecha en Colombia hoy es sobre todo simbólica: el expresidente Uribe y el Centro Democrático, que en lo ideológico mantienen oposición al acuerdo con las Farc. Es decir, ningún candidato se tomará fotos con Álvaro Uribe, ni dirá que buscará modificaciones al Acuerdo de La Habana. Los demás temas se pueden discutir sin tanta tensión.
Como sugirió el propio Uribe, el costo de tantos errores será contribuir a evitar un salto lleno de riesgos para el país, guardando prudente distancia. Tuvieron que ser muchos y grandes los desaciertos (o sea una dirección equivocada) para llegar a esta situación electoral, política, ideológica y programática del Centro Democrático.
De modo que Federico tiene el reto más complejo: defender los pilares del sistema (democracia liberal y economía de mercados) sin ser continuista, beneficiarse de la "polarización" (que agitará el caudillo) sin polarizar (y sin dejarse encasillar de uribista), y ponerle sustancia y carácter a las propuestas sin ideologizarse y sin dramatizar.
Vale decir, no ganar el boleto para la segunda vuelta quemando puentes con electorados del centro. Fajardo quedó herido en la consulta camino a la primera vuelta, pero puede venderse como más probable ganador en segunda vuelta. Fico salió fuerte de las "primaras", pero puede llegar débil a la vuelta definitiva.
Fajardo puede contar con el voto resignado de los que no le tienen entusiasmo, y en cambio Fico tiene que ganárselo. De lo contrario, perdería.
Y ganárselo es darles argumentos a los de centroizquierda para que firmen acuerdos con él que impliquen gobernabilidad frente a la dura y amplia oposición que habría. Ciertamente, un post-uribismo en ancla parcial del uribismo.
@DanielMeraV
