Rafael Rodríguez Jaraba
Rafael Rodríguez-Jaraba*
En Colombia, nada, absolutamente nada, es más urgente y prevalente que reducir la pobreza, ahora agudizada por la contingencia sanitaria, por la inmigración de cientos de miles de ciudadanos venezolanos y por la destrucción masiva de empresas, y con ello, de empleos, producto del vandalismo alentado por la mal llamada “Colombia Humana” de Gustavo Petro.
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El Banco de la República está contrayendo la economía y revirtiendo su ligera tendencia favorable. Antes que conjurar la inflación, la está provocando y en su afán por combatirla, está aumentando el endeudamiento de los colombianos.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Se cumplen cinco años de la puesta en escena de la engañosa y pomposa comedia que Juan Manuel Santos montó en Cartagena, para firmar con las Narcofarc el mal llamado “Acuerdo de la Habana”, el que nada tiene de acuerdo, por no ser el resultado de una negociación, y sí, de la claudicación y el sometimiento del Estado Colombiano a una banda de criminales.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Para avanzar hacia el progreso, es necesario que todos los colombianos estemos de acuerdo, que la paz es fundamental y que solo se consigue mediante la vigencia del orden y la justicia, y no de la ilusión y la impunidad, y qué a pesar de nuestras diferencias políticas e ideológicas, debemos unirnos y hermanarnos para fortalecer nuestra imperfecta democracia y consolidar sus instituciones.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Contrario a lo que se esperaba, la contingencia sanitaria que padecemos, antes que ayudar a descongestionar y agilizar la administración de justicia, la hacinó, haciéndola más lenta y tardía. Si bien el Gobierno ha irrigado cuantiosos recursos para adecuarla al uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), el resultado alcanzado es discreto y desalentador.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Adam Smith, Padre de la Economía, estudió los aranceles y las restricciones al comercio, y en su obra cimera, La Riqueza de las Naciones, escribió: “Lo que para un padre de familia es prudente, también lo es para un país. Si un país extranjero puede suministrarnos un artículo más barato de lo que nos cuesta fabricarlo, nos conviene comprarlo. La población no duda en comprar lo que necesita, a quien lo venda más barato.”
Rafael Rodríguez-Jaraba*
De nuevo salta a la palestra nacional, la vieja disputa que Nicaragua mantiene con Colombia por el Mar y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Colombia embriaga. Su geografía exuberante, su belleza inefable, su elocuente diversidad y la riqueza inestimable de sus recursos, son un privilegio y a la vez, un reto para quienes vivimos en ella. Colombia es nuestra, pero debemos merecerla, y para ello, trabajar en favor de su avance y desarrollo.