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Rafael Rodríguez-Jaraba*

De ganar Federico Gutiérrez la consulta del Equipo por Colombia, así como las listas de Centro Democrático para Senado y Cámara, el futuro democrático de la nación empezará a despejarse, y con ello, a desmoronarse la peligrosa avanzada comunista que nos amenaza.

Es necesario que todos los ciudadanos entendamos, la decisiva importancia que tienen las elecciones al Congreso, al igual que la consulta del Equipo por Colombia de cara a la elección del próximo presidente. No es tiempo de estar ajenos e indiferentes a la política; es necesario intervenir en el debate electoral y ejercer el derecho al voto que nos brinda la democracia.

Y es que el próximo domingo los colombianos tendremos que decidir, entre consolidar nuestra imperfecta democracia o entregar nuestro futuro al populismo comunista. No podemos permitir que en Colombia suceda lo que ocurrió en Chile, donde más del 50% de los electores no votaron y hoy con amargura y arrepentimiento se lamentan de no haberlo hecho, con lo que permitieron, que un oscuro y perturbado populista sea quien determine el futuro de la nación austral.

No existiendo duda sobre la regresiva ideología comunista de Petro, sus obtusas propuestas, sus absurdas ocurrencias, así como su desvergonzado propósito de querer perpetuarse en el poder, es claro que, de ganar las elecciones, la nación quedaría expuesta a una peligrosa inestabilidad legal e inseguridad jurídica, que pondría en vilo la vigencia de derechos fundamentales y garantías ciudadanas.

Como lo dije en una columna anterior, de llagar Petro al poder, se verían comprometidos derechos medulares de la democracia, como son la libertad de conciencia, de culto, de pensamiento, de expresión, de cátedra, de locomoción, de manifestación pacífica y de escogencia de profesión u oficio, y peor aún, el derecho a la propiedad, a la libre asociación y a la iniciativa privada.

Para nadie es extraño, que los corifeos de lo que queda del desvencijado y ruinoso Socialismo del Siglo XXI, tengan inclinación a secuestrar capitales extranjeros, desconocer el derecho a giro, proclamar la moratoria de la deuda pública, imprimir papel moneda, despojar la propiedad privada y restringir la iniciativa privada, al igual que obstruir la apertura de establecimientos de comercio tanto para nacionales como para extranjeros.

Tampoco extraña, el menosprecio de estos fletadores de turbas, por los principios que dan certidumbre a los tratados, los acuerdos, los convenios y los protocolos suscritos con otras naciones.

Que nadie olvide, que Gustavo Petro ha sido un obsecuente admirador y defensor del régimen dictatorial impuesto por Hugo Chávez en Venezuela. Tampoco se debe olvidar, que ha demostrado a más no poder su invencible incapacidad e ineptitud para gobernar, así como su perfidia con el sistema republicano, su empatía con los narcoterroristas de las Farc y su voracidad insaciable de llegar al poder, aprovechándose de las angustias y necesidades de los más pobres y de la inocencia de ingenuos, incautos y desinformados.

El peligro que acecha a Colombia es serio y cierto, y su advertencia no constituye intimidación, amenaza o constreñimiento al elector, como tampoco inducción al voto; al contrario, es una invitación para que se evalúe con serenidad desprovista de resentimientos, odios y pasiones, los riesgos y peligros a los que podríamos quedar sometidos de ser elegida una bancada mayoritaria afecta a Petro.

Por mi parte, el próximo domingo, con profunda convicción cívica, jurídica y académica, votaré por Gabriel Velasco Ocampo al Senado  y en la circunscripción territorial del Valle del Cauca por Christian Garcés Aljure a la Cámara; líderes íntegros, capaces, laboriosos y visionarios que representan una nueva generación resuelta a desterrar la corrupción y la ineptitud que caracteriza a la inmensa mayoría de la clase política colombiana, sin dejar de reconocer, la conveniencia de volver a elegir al Senado a Paloma Valencia Laserna y a María Fernanda Cabal Molina.

De igual manera, en la consulta del Equipo por Colombia votaré por el brillante ex alcalde de Medellín Federico Gutiérrez, con el ánimo de contribuir a la conformación de una coalición capaz de derrotar a Petro en la primera vuelta.

Con la participación cívica y pacífica de todos, lo mejores días de Colombia están por venir. Dios salve a Colombia y su democracia. 

*Rafael Rodríguez-Jaraba. Abogado Esp. Mg. Consultor Jurídico. Asesor Corporativo. Litigante. Conjuez. Árbitro Nacional e Internacional. Catedrático Universitario. Miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.

Publicado en Columnistas Nacionales

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