O sea que en Colombia existe como en muchos países una democracia imperfecta, pero persistente; en vista de que hasta ahora en la tierra no se conocen, si no dos sistemas políticos, que son la Democracia Liberal y el totalitarismo con sus diferentes dictaduras, en especial las comunistas; lo demás son acomodamientos; así que la mamertería que vive proclamando el tan cacareado “cambio” en Colombia, debe de dejar de engañar a los incautos y como dicen en algunas regiones del país, “ya es hora de que saquen la culebra”, y que manifiesten claramente que lo que pretenden, que es montar una dictadura similar a Cuba, Nicaragua, Venezuela o Corea del Norte, porque no pueden seguir mintiendo sobre sus reales intenciones.
Es un contrasentido que dirigentes de la denominada izquierda, que abrazan al engendro marxista, de la manera hipócrita se pronuncien a favor de la Social Democracia o admiren el sistema democrático de los países escandinavos en Europa, por los avances económicos y sociales de la población, puesto que tanto la Social Democracia como los gobiernos de los países mencionados, hacen parte de la Democracia liberal, quiérase o no, y esa admiración sospechosa de algunos grupos comunistas que se mimetizan con diferentes máscaras, es otra manera de timar al pueblo colombiano.
Ya que es bueno saber: ¿Qué hace Gustavo Petro visitando a líderes de la Social Democracia en Europa? Cuando el comunismo totalitario o marxismo, históricamente ha perseguido a la Social Democracia, que hace parte de la Democracia Liberal; puesto que el sátrapa ruso de Lenin fue despectivo con la Segunda Internacional de los trabajadores, a causa de que los sofismas de Karl Marx fueron condenados en esa organización, por eso el genocida ruso organizó su propia internacional de bolsillo en 1918.
La persecución marxista a la Social Democracia, ha tenido otros acontecimientos, como la expulsión que hizo el Partido Socialista Italiano a los socialdemócratas a principios del siglo XX, impulsada ni más ni menos que por Benito Mussolini, que era un marxista fanático y quien más tarde para mostrarse como un “autentico revolucionario”, fundó el fascismo (de ahí que el fascismo es hijo del marxismo).
Para continuar con el acoso histórico del marxismo en contra de la Social Democracia, no se puede olvidar el vergonzoso papel que jugó el Partido Comunista Alemán (KPD) a principio de los años treinta del siglo pasado, cuando apoyó a Hitler en contra de las aspiraciones de los socialdemócratas, contando con los aplausos y el respaldo irrestricto de lósif Stalin.
En Latinoamérica el comunismo ha sido verdugo de gobiernos socialdemócratas, siendo el caso más emblemático el de Carlos Andrés Pérez en Venezuela, cuyo partido Acción Democrática, hacia parte de la Internacional Socialista y por supuesto que tenía un ideario Social Demócrata, pero las fuerzas totalitarias del comunismo encabezadas por Hugo Chávez y azuzadas por el tirano de Fidel Castro desde Cuba, comenzaron a empedrar el camino al infierno para el país vecino, desde el 4 de febrero de 1992, con un intentona golpista encabezada por orate de Chávez, que en ese tiempo era Teniente Coronel.
La primera etapa de esa empresa criminal culminó en diciembre de 1998, cuando fue elegido presidente Hugo Chávez, continuado el calvario para el pueblo venezolano hasta nuestros días, espoleado por la banda narcoterrorista de Nicolás Maduro, quien convirtió a Venezuela en un país de pordioseros.
El comunismo además ha sido verdugo del pensamiento diferente en donde se encuentra los libertarios, teniendo el ejemplo más patético el genocidio que cometieron los bolcheviques en contra del pueblo ucraniano (1918-1921) defendido por el Ejército Negro, que dirigía el anarquista Néstor Majnó; pero eso es otro tema.
Entonces, hay que preguntar, ¿cuál es el “cambio” que plantean los mamertos abiertos y ocultos en Colombia que apoyan a Petro, si no han renegado del marxismo? Ese “cambio” es para ultimar a la democracia y a las libertades, porque siguen con los mismos dogmas para llevar al país a una esclavitud política, y por el hecho de que utilicen a veces discursos edulcorados, sus intenciones siguen siendo perversas, pues como dice el refrán oriental: “tienen miel en la boca, pero ponzoña en el corazón”.
Hemos escuchado varias veces lo que dicen sobre el país y los diferentes gobiernos que han existido en la historia republicana, en palabras del senador Gustavo Bolívar y algunos “intelectuales” de la denominada izquierda, cuyas afirmaciones están llenas de epítetos en contra de la nación a la que no bajan de patria boba, bruta, estúpida, podrida, narco-democracia y otros calificativos, muchas veces vulgares, especialmente en contra de los que han dirigido el Estado; en cuanto al señor Bolívar no habría mucho que decir, dado que es bastante limitado, pero en cuanto a los “intelectuales” sería bueno conocer, cuando hablan de defenestrar a una “ oligarquía” que lleva más 200 años en el poder, ¿Cuál es el sistema político que quiere para Colombia?.
Así que cuando nos hablan de “cambio”, hay que saber para dónde van los que lo plantean, porque no se puede pasar por alto, que Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Fidel Castro en Cuba y Chávez en Venezuela, para no mencionar más, plantearon el “cambio” y claro que hubo alteraciones en esos países, pero para desgracia de los pueblos; en consecuencia la ciudadanía colombiana debe de poseer la suficiente capacidad de discernimiento para no dejarse llevar por el cebo de quienes maliciosamente buscan erradicar la “oligarquía”, mediante un “cambio”, pero para que la población sufra más.
Puesto que, de acuerdo a las experiencias, el remedio resulta peor que la enfermedad; porque quiérase no, Colombia en medio de todas sus vicisitudes y con múltiples problemas, tiene un sistema de gobierno que se encuentra dentro de la Democracia Liberal, así no sea óptimo, como el de otros países, en donde la cultura política es bastante avanzada.
Hace algún tiempo, el Señor Pablo Iglesias de España, dirigente del partido Podemos (comunista), afirmó, algo que llama poderosamente la atención, en vista de que dijo: “No nos juzgan por lo que hacemos, sino por lo que somos”, y es obvio que eso debe de ser así, pues como lo planteó el apóstol San Pablo, en la Segunda Epístola de Corintios: “el mismo Satanás se disfraza como ángel de Luz”.
En atención a lo cual, el tan parloteado “cambio” que proclama la denominada izquierda, es un embeleco, dado que las autenticas transformaciones se deben de dar dentro de la Democracia Liberal, que es la única alternativa real y factible, para enfrentar al totalitarismo en todas sus expresiones tóxicas, que en Colombia se manifiesta en la trampa comunista del marxismo leninismo con varios partidos políticos y movimientos, que con su “cambio” multiplicaran las desgracias y sufrimientos de la población.