Otra vez, el candidato Óscar Iván Zuluaga ha dado muestras de nobleza y de amor por Colombia. Una persona tan capacitada, con la experiencia suficiente para manejar con conocimientos y prudencia las cosas del Estado, ha renunciado a sus aspiraciones para evitar daños y que se ancle una mala copia de Maduro en la presidencia de la República. Ha dejado el camino abierto para que otro buen colombiano llegue a esa alta posición.
Ya lo había hecho, no por un buen colombiano, cuando cometió el gran error de reconocer, temprano, la victoria del funesto presidente Santos, quien le entregó el país a la subversión. No esperó a que se investigaran unos votos tardíos que le dieron el dudoso triunfo a quien terminó violando todos los principios ciudadanos, para, así, cumplirles a los violentos con la entrega del país. A ese presidente le reconoció el triunfo de forma precipitada.
El domingo pasado, con la nobleza que lo caracteriza, renunció a sus justas aspiraciones con el fin de que, esta vez, otro buen ciudadano con posibilidades de alcanzar el más alto cargo de la nación encuentre el camino despejado para conseguirlo y, a la vez, evitar que logre la primera magistratura un admirador y seguidor del mandatario del país vecino.
Óscar Iván Zuluaga, exalcalde de su ciudad natal, exsenador estrella, lúcido y reconocido exministro de Hacienda, tenía todos los méritos para fungir como presidente. Pero, para evitar males a la Nación por la peligrosa división de los partidos democráticos, prefirió dar un paso al costado y limpiarle el camino al exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez.
Este gesto patriótico puede salvar a Colombia de las ambiciones de los malos colombianos que pretenden acabar con el país al entregarlo a la extrema izquierda, que se apodera de los gobiernos latinoamericanos. Con la renuncia del candidato Óscar Iván Zuluaga se allana el terreno para que la democracia siga imperando en Colombia.
Espero que el gesto patriótico del doctor Zuluaga sirva de ejemplo para el futuro democrático del país. Para que los aspirantes a las altas posiciones calculen sus posibilidades y no se presten, con sus anhelos, a que los malos colombianos logren el manejo de las cosas del Estado, aprovechándose de esos cargos y debilitando la democracia de la que, hasta ahora, gozamos.
El compromiso nuestro es ofrecerle todo el apoyo presente y futuro al buen colombiano y magnífico administrador que se ha sacrificado para el beneficio de la Patria.
Es el gran ejemplo que se nos da para el mantenimiento de nuestra democracia, es lo que deben seguir los buenos colombianos y aspirantes para el beneficio de Colombia. Sabemos que no es fácil renunciar a las posibilidades de llegar a un alto cargo, pero es preferible hacerlo en la búsqueda del bien de la Patria.
Gracias, Óscar Iván, los años venideros tendrán que recompensarle el gran sacrificio que ha hecho por nosotros y por nuestra Colombia
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 17 de marzo de 2022.