No me cabe duda de que hay esperanzas en demasía en que en el 2026 terminará la horrible noche del desgobierno de Alí Babá; son tantas las tonterías que a diario suceden, la corrupción que aparece, el crecimiento desbordado de los cultivos ilícitos, la inseguridad por la incursión de los grupos armados ilegales que dominan cerca de 45% de los municipios del país, que, sin duda para muchos, ello lo justifica.
Mirando los toros desde la barrera las cosas no son tan claras: aunque aún es prematuro la última encuesta hay que mirarla con cuidado porque como tantas veces lo he repetido las matemáticas no son una opinión, sumando los posibles candidatos que sobrepasan el 1% de intención de voto y que podrían calificarse de “derecha” estos sumarian el 26% mientras que los de “izquierda” llegan al 26,5% y de ahí se desprenden las siguientes preguntas: ¿del 11.9% de los votos que tendría Fajardo, cuantos se van para cada lado? si casi la mitad de los municipios los dominan lo irregulares ¿estos fusiles por quien obligaran a votar? A esto agréguese ¿cuáles de los candidatos de ambos lados les podrá el ego para quedarse hasta el final así no tengan chance alguno?
También he sostenido con insistencia que la “izquierda” es más unida en el momento de votar y tienen donde debe estar el mago de la trampa, de la compra de votos, que sabe conseguir la plata donde no se debe y se las sabe de todas, todas. ¿Y Juan Manuel Santos sigue con su apoyo a Petro?
Esto no quiere decir que la tenemos perdida, el mensaje es claro, hay que consolidar las candidaturas, establecer rápido las reglas del juego, determinar un buen programa de recuperación del país, hacer una unión solida que nos permita un triunfo holgado, de lo contrario, como dice el refrán “nos lleva el que nos trajo”.
El Rincón de Dios
“El Señor es quien nos levanta cuando los demás no saben que caímos”. Anónimo