Resumo en mis comentarios a continuación el fracaso de las cumbres globales de los países para controlar el Cambio Climático con sus pavorosas consecuencias para nuestro futuro.

De acuerdo con el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio climático (IPCC), el mundo es hoy aproximadamente 1,2 °C más cálido que en el siglo diecinueve y en 50% se ha aumentado la cantidad de CO2 en la atmósfera. El aumento promedio global y anual debe mantenerse bajo los 1,2 °C. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, cerramos 2023 con 1,45 °C de aumento.

Como todos lo percibimos, el Cambio Climático se manifiesta por medio de fenómenos meteorológicos extremos: olas de calor, sequías, inundaciones, tormentas, incendios forestales. Menos visibles son el deshielo de los polos y de las montañas nevadas con sus efectos sobre la elevación del nivel del mar.

También nos está afectando el Cambio Climático los patrones de precipitación y disponibilidad del agua dulce, lo que perturba nuestra seguridad alimentaria, provoca la extinción de las especies, la degradación de los hábitats de numerosos seres vivos y la propagación de las enfermedades y plagas.

No son ajenas las implicaciones sociales, económicas y políticas con el Cambio Climático, ya que generan desigualdades, conflictos, migraciones y a través de ellas se amenaza el desarrollo sostenible, el empleo, los derechos humanos, la paz y la seguridad.

No sobra insistir una vez más. Se requiere una acción urgente y coordinada de todos los gobiernos y organizaciones tanto del sector público como del sector privado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Coincido con quienes sostienen que causan mayor daño en el mundo quienes producen el 50% de los gases de efecto invernadero, esto es, Estados Unidos y China, que quienes cultivan y exportan alucinógenos.