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Hernán González Rodríguez                                                          

Donald Trump y sus aliados del partido republicano están intentando vincular a Kamala Harris, la candidata del partido demócrata, su rival el próximo 5 de noviembre para ocupar la presidencia de Estados Unidos. Sí; vincularla al socialismo y al comunismo, como su táctica política para desacreditarla, generando temor y rechazo a sus ideas y propuestas.

Los EE. UU. están gobernados por tres poderes, su presidente, su congreso y su corte suprema de justicia. Cualquier presidente comunistoide les fracasará frente a los otros dos poderes.  Definamos qué es el socialismo y qué es el comunismo.

El socialismo es un sistema económico de gobierno en el que se ha abolido la propiedad privada para la producción de todos los bienes y servicios, concretamente de las fábricas, de las tierras y de los recursos naturales. Provienen de él todas las decisiones de producción de los administradores estatales o cooperativos.

El comunismo es una forma más exagerada del socialismo en la que se eliminan la propiedad privada y las clases sociales en todos los ámbitos de la vida. Su idea radica en que los individuos laboren de acuerdo con sus capacidades y reciban de acuerdo con sus necesidades. Es un totalitarismo que asfixia todo.

Paro existe otra forma muy apreciada hoy en el mundo, el intervencionismo, con el cual media activamente el Estado en la economía para corregir las fallas del mercado, promover el crecimiento económico, evitar las desigualdades exageradas y garantizar la justicia social. No implica propiedad estatal de los medios de producción, pero sí se controlan ciertas áreas de la economía para evitar crisis.

Insisto en cuanto mencioné en un artículo anterior. Donald Trump ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de reducir la ayuda que los Estados Unidos le proporcionan a Ucrania para su guerra con la Rusia de Vladimir Putin.

Argumenta Trump que otros países, los europeos en especial, deberían asumir la mayor parte del apoyo a Ucrania. Se considera su postura como una desviación de la política tradicional de Estados Unidos, consistente en apoyar con firmeza a Ucrania frente a la invasión rusa.

Kamala Harris, como vicepresidenta de Estados Unidos, sí ha apoyado la administración Biden en relación con Ucrania. La política oficial de la Casa Blanca ha sido mantener y aumentar su asistencia militar y humanitaria para Ucrania frente a Rusia.

Si lograra Putin, “ejemplar de lobo humano contra los hombres”, derrotar a Ucrania, no resulta improbable que trate de elevar su presencia en Latinoamérica, con el fin de rodear a los Estados Unidos de más cubas y más nicaraguas. Cuenta Putin aquí con la ayuda del presidente Petro, “ejemplar de lobo colombiano contra los colombianos”.

Mi conclusión. La candidata demócrata Kamala Harris es intervencionista, o populista para otros, mas no es socialista ni comunista. Carece, quizá, de talla para presidir a los Estados Unidos. A pesar de sus limitaciones, prefiero a la Harris frente Donald Trump, por no ser tan peligrosa, ni tan dañina para Colombia y para Latinoamérica, como es el anciano señor Trump.

Publicado en Columnistas Nacionales

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