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Alfonso Monsalve Solórzano                                                                    

Avanza el fraude, muy a la usanza de los dictadores.

El pasado jueves, el Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, cuyos miembros deben sus cargos a Maduro y le obedecen ciegamente, pone en escena un espectáculo circense, si no fuese potencialmente trágico, en el que dos señoras y un señor con pecheras rojas, hacen una entrada que quiere ser expresión de la majestad de la justicia, pero que no pasa de ser una pantomima ridícula, para proclamar que el dictador ganó las elecciones. A sabiendas, claro está de que ese tribunal no tiene competencia para ello: y sin que, por enésima vez, en este casi un mes de las elecciones, estos áulicos del régimen muestren una sola acta que acredite tal triunfo. Que es lo único que la comunidad internacional de los países democráticos les pide. Y eso que, uno podría apostar a que intentaron todas las maniobras informáticas con sus aliados rusos y cubanos para descalificar los resultados puestos en la red por Edmundo González y María Corina Machado.

Dije que la representación era circense, si no fuera potencialmente trágica, porque desde el Tribunal le pidió al inefable señor Tarek William Saad -que funge como esbirro del régimen disfrazado de fiscal, persiguiendo a todo venezolano que no se pliegue a su jefe- que investigue al presidente electo; e inmediatamente ese señor, en otro anuncio rimbombante propio del régimen, dijo que citará al presidente electo “en base a la investigación en curso para que él rinda declaraciones sobre su autoría, donde él se declara responsable” de la página denominada http://resultadosconvzla.com/, “que ha usurpado la competencia que sólo le corresponde al Poder Electoral” (Los Angeles Times, 23.08.2024). Por supuesto, este individuo en un guion que ya conocemos, intentará empapelar y encarcelarlo a él y a la señora Machado, como parte de la represión desatada ignominiosamente, que viola todos los derechos humanos de los ciudadanos de ese país, en el intento de abortar el movimiento popular que ellos encabezan en defensa de su triunfo y el retorno de la democracia en Venezuela.

Pero el repudio internacional es grande. En el continente once países, Chile, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá́, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay rechazan la maniobra del TSJ: “Dudamos de la supuesta verificación de los resultados del proceso electoral del 28 de julio, emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que pretende convalidar los resultados sin sustento emitidos por el órgano electoral (...) Nuestros países ya habían manifestado el desconocimiento de la validez de la declaración del CNE, luego de que se impidió́ acceso a los representantes de la oposición al conteo oficial, la no publicación de las actas y la posterior negativa a realizar una auditoría imparcial e independiente de todas ellas", sostiene el comunicado conjunto difundido por la Cancillería de Chile (France24.com 23.08.2024).

La Unión Europea también se manifestó en ese sentido: “según las copias de las actas disponibles públicamente, Edmundo González Urrutia parece que ha ganado las elecciones presidenciales con una mayoría significativa” y  “solo se aceptarán y reconocerán unos resultados verificables de forma independiente para garantizar que se respeta la voluntad del pueblo venezolano (…) a día de hoy las autoridades venezolanas no han aportado las pruebas públicas necesarias para evaluar el proceso electoral conforme a los criterios fijados por la comisión de expertos de la ONU". Y Concluye: "En vista de la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, vale la pena recordar que el CNE es el organismo responsable legal y constitucionalmente de la publicación de los resultados electorales transparentes y detallados". Las Naciones Unidas se manifestaron en un sentido similar, igual que el Centro Carter, HRW, entre otros.

Por otro lado, Lulla, quien había dicho el 16 de este mes, luego de que Maduro lo insultara y descalificara su propuesta de repetir las elecciones, que Venezuela tiene un régimen muy desagradable con un sesgo autoritario, y que “Solo puedo reconocer que el proceso fue democrático si presentan las pruebas”,se negó a firmar la declaración (Clarin.com.  16.08.2024).

Andrés Manuel López Obrador tampoco reconoció la reelección de Maduro, a pesar de la proclamación del TSJ, pidiendo la presentación de las actas electorales y dijo que estaba a la espera de la publicación de estas. Pero no firmó la declaración de los once países, pues se mantiene en su papel de mediador(eltiempo.com 23.08.2024).

Nuestro presidente, luego de reunirse telefónicamente con Lula, expresó ayer una posición similar a este.

Kamala Harris publicó, el 22 de agosto pasado, en medio del ambiente creado por la Convención demócrata, y con el tema de la inmigración ilegal en medio, una carta dirigida a Edmundo González y María Corina machado en la que afirma que “Estados Unidos apoya el deseo del pueblo venezolano de un cambio pacífico y democrático tras años de corrupción gubernamental, abuso de poder y mala gestión económica “. Alaba la “admirable y necesaria (…) valentía mostrada” por los venezolanos en medio de una escalada de “represión, detenciones y censura”. Pide a las fuerzas de seguridad venezolana “den muestras de moderación, respeten los Derechos Humanos y la libertad de expresión de todos los venezolanos”. Agrega que “Las violaciones de estos derechos no hacen sino agravar la crisis y obstaculizar los esfuerzos hacia una resolución pacífica y democrática”. Afirma que, desde Estados Unidos seguirán apoyando las conversaciones para un traspaso de poder “respetuoso y pacífico de acuerdo con la ley electoral y los deseos del pueblo venezolanos”, y pidió al CNE la publicación de los resultados de los colegios electorales, haciendo hincapié en la “imperiosa necesidad de transparencia y rendición de cuentas en el sistema electoral venezolano”. Finalmente, pidió la comunidad internacional, “en particular los países del hemisferio común”, que permanezcan vigilantes, condenen estas violaciones y apoyen al pueblo venezolano “en su búsqueda de justicia y democracia” (https://radio.uchile.cl/2024/08/24/kamala-harris-respalda-a-oposicion-venezolana-y-exige-publicar-actas-de-eleccion/)

El candidato republicano Trump, que yo sepa, sólo se ha referido al fraude venezolano, el 1 de agosto: “La loca Kamala ayudó a liderar la liberación del principal lavador de dinero de Maduro, y a sus dos sobrinos narcotraficantes convictos, a cambio de una promesa obviamente falsa de elecciones libres y justas para el pueblo de Venezuela. ¡NO FUERON LIBRES NI JUSTAS!”(https://efe.com/mundo/2024-08-01/trump-afirma-que-las-elecciones-en-venezuela-no-fueron-libres/). Como puede verse, se pronunció en clave de campaña; sin embargo, que haya dicho que las elecciones no fueron libres, ni justas, es importante. Claro que en medio de las elecciones el voto latino es importante, y más existiendo el pronunciamiento de Harris, por lo que es de esperar que haga un pronunciamiento pronto, que, sin pretermitir el tema de la inmigración ilegal, siente una posición sobre el régimen venezolano.

Algunas consideraciones frente a este panorama:

La comunidad internacional exige la publicación de las actas electorales

La firma de esta declaración por parte, entre otros de Milei y Boric, prueba que no se trata de la derecha continental tratando que tumbara un gobierno de izquierda, sino de los gobernantes democráticos de distintas tendencias condenando una dictadura. Nada más falsa que la idea de que denunciar el fraude se trata de un complot de la derecha continental.

López Obrador, Lulla y Petro le están dando un aire al régimen, al que perciben como su amigo y aliado. Aunque piden la publicación de las actas, hablan de negociar, pero en Venezuela no hay nada que negociar, salvo los términos de la transición que le entregue el poder en enero a González.

El presidente Petro, específicamente, como lo escribí hace dos semanas, tiene un problema enorme porque el régimen venezolano ha sido su aliado y conoce muchos detalles que lo pueden perjudicar -ya Maduro lo insinuó-, más en este momento, en el que se revive la posibilidad del juicio a su campaña, por parte de nuestro Consejo Nacional Electoral. Además, porque Venezuela, y esto no es ningún secreto, es la retaguardia estratégica de los grupos armados guerrilleros colombianos, aliados muy importantes del dictador venezolano y del cartel de los soles; organizaciones con los que, además, está teniendo problemas en la negociación de la llamada “paz total”. Si se tratara de un régimen de derecha ya hubiese pedido al pueblo venezolano que armara su M-28.

Pero, por otra parte, por mucho que la comunidad internacional democrática apoye a la oposición, la actitud de pedir que se publiquen las actas electorales, a estas alturas, a casi un mes de las elecciones, abre una ventana de tiempo que dilata la presión internacional y que corre contra la oposición y los ciudadanos venezolanos, porque todo el mundo sabe que no hay tales actas, que las que existen y prueban el fraude, son las que publicó la oposición. Cada día que pasa asienta y consolida la dictadura a través de la represión y golpea la movilización ciudadana. Porque todos sabemos que el paso del tiempo trae nuevos afanes y que muy pronto, como en la canción de Héctor Lavoe, pasará que “tu amor es un periódico de ayer”. O, como -modificando el título de la novela de Abad El Olvido que seremos, por El Olvido que será-, cuando a la democracia venezolana la asesine el paso del tiempo. Pues, puede ocurrir, por ejemplo, que la presión funcione en USA hasta el 5 de noviembre, día de las elecciones. Y después, ya veremos…Y es fácil colegir que las posibles sanciones de la Unión Europea serían simbólicas.

Y si se llega al 10 de enero del 2025, fecha en la que asume el presidente venezolano, sin que el dictador salga, todo estará perdido para los que vencieron en las urnas, pero perdieron en el olvido. A eso es a lo que conscientemente juegan Petro, Lulla y Amlo. Creo.

Publicado en Columnistas Nacionales

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