“El tránsito hacia la tranquilidad institucional y moral de la nación se deriva de las normas constitucionales vigentes. Una salida sin sobresaltos que permita un desenlace pleno de garantías para todos en momentos cruciales para la República. No hay nada que inventar. Los trámites para el retiro del cargo de un presidente, ahí están. Las circunstancias dentro de las cuales se presentan estos pasos a seguir actualmente se acompañarán de un gran acuerdo nacional. Participarán las fuerzas vivas de la nación sin exclusiones. Sin egoísmos. Ese acuerdo contendría las suficientes seguridades para que usted, por las razones no controlables que en este momento y de tiempo atrás lo afligen, pueda recuperarse sin detrimento alguno con las necesarias exculpaciones y seguridades que garanticen su pleno sosiego” (www.semana.com la segunda carta de Leyva, consultada el 07.05.2025)
Creo que la petición es razonable. El presidente no ha podido desvirtuar las acusaciones y su comportamiento constituye una verdadera vergüenza nacional que ya hace carrera en el extranjero. El represente republicano norteamericano Díaz – Balart dijo que Petro tenía una adicción seria y que necesitaba ayuda. Y ese es, apenas, el comienzo de lo que será una serie de señalamientos de políticos extranjeros al respecto, que terminarán por deslegitimar, aun más, si cabe, al presidente colombiano en el exterior y traer consecuencias muy negativas para nosotros.
Petro podría, si quiera, probar que todo lo que le dicen Leyva y Díaz – Balart son infundios. Les callaría la boca a ellos y a todos sus críticos si accediera a tomarse las pruebas médicas que probarían que no es un adicto con grave intoxicación, de resultar negativas. Sería un costo muy menor, realmente nulo, a cambio de todo lo que tendría por ganar: la limpieza de su nombre, la dignidad que le habrían mancillado; y, por, sobre todo, la ventaja política que tomaría y que terminaría por destruir la oposición, al demostrar que esta lo ha calumniado. Su proyecto político quedaría asegurado. Podría imponer lo que quisiera.
Pero no lo hace; disfraza de orgullo y dignidad herida, la única verdad que subyace en el fondo: la de que sí tiene graves problemas de drogas y alcohol que lo incapacitan para gobernar.
En cambio, toma el camino tortuoso y destructivo que le queda. Se aferra al poder, calificando como mentirosos los señalamientos y hablando de “complot” -una vez más- para sacarlo, cuyos conjurados son el propio Leyva, a quien calificó de “viejo decrépito” y el mencionado Díaz – Balart, a quien llamó nazi y jefe de la maquinación y amenazó con denunciarlo a la fiscalía de ese país -algo, que vaticino, nunca ocurrirá-: “Quien dirige la reunión no es un colombiano, es el senador (sic) de los Estados Unidos Díaz-Balart, de extrema derecha (...) Él es el jefe y lo que buscan es usar al Congreso (colombiano) para tumbar al presidente y si eso llegase a pasar debe estallar la revolución colombiana, porque es un infundio de los nazis en Estados Unidos. ¡Y no renuncio!”. (www.elcomobiano.com consultado el 09.05.2025).
Y cuesta abajo, el presidente se contradice: después afirmó que el representante norteamericano no era el jefe de la conspiración, sino que le estaban pidiendo que entrara, habló de un tercer complotado, presidente de una entidad gremial: “El jefe gremial que ha hablado con Álvaro Leyva para hacer el complot para buscar en la Comisión de Acusaciones, ¿cómo se llama? Puede él, jefe gremial, decirnos por qué está participando en un complot que se llama golpe de Estado, al lado del senador Díaz-Balart, que no lo organizó, sino que le están pidiendo que entre" (www.infobae.com consultado el 07.05.2025). El jefe gremial misterioso resultó ser el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master., “culpable” de haber señalado la crisis del sistema de salud. Con razón, el dirigente subrayó que Petro desobedece las órdenes de la Corte Constitucional y quiere acallar, en una actitud profundamente antidemocrática y polarizante a quienes se atreven a denunciar la destrucción del sistema de salud por parte de este gobierno (www.infobae.com, respuesta de Bruce Mac Master al presidente consultado el 09.05.205).
Las propuestas de Leyva, entonces, no tiene ninguna posibilidad. Pero el impacto político de la denuncia que hizo es apabullante, agravada por la dimensión internacional que ya tomó, al involucrar Petro a un hombre fuerte del trumpismo. Más, si se le suman las detenciones ordenadas por la Corte de Justicia libradas contra Iván Name y Andrés Calle, presidentes del senado y la cámara respectivamente, por el escándalo de UNGRAD; y las que parecen avecinarse sobre Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol; Carlos Ramón González, antiguo director de Inteligencia; Luis Fernando Velasco, exministro del interior y Ricardo Bonilla, exministro de hacienda, entre otros, porque ante la opinión pública dejan ver al “emperador” desnudo, pues es imposible que desde la campaña y durante su gobierno, no viera el elefante que tenía y tiene en la sala, igual que su amigo Samper.
El desprestigio de Petro interna y externamente es total; y esa circunstancia facilita que la oposición se una para desbaratar los proyectos reeleccionistas y populistas de Petro, como la consulta popular. Ya el expresidente Gaviria, jefe del partido liberal llama a no aprobar en el senado el proyecto (www.rcn.com consultado el 09.05.2025); y los directores de Cambio Radical, el Partido Conservador y el Centro democrático se reunieron para coordinar la oposición al mismo (www.eltiempo.com consultado el 7.05.2025). Son iniciativas que muestran el camino de resistencia que los demócratas colombianos debemos tomar y que bien pueden desembocar en una inmensa coalición que bloquee cualquier intento de golpe petrista que lleve a la dictadura por el camino de aplazar las elecciones y que lleve a un candidato único que ponga fin a esta horrible noche.
Es difícil. Las amenazas al congreso, el desacato a las órdenes de las cortes, el intento de coartar la libertad de expresión y movilización, la violencia de las primeras líneas, las mingas y las guardias de todo tipo, estarán en el menú petrista; pero se trata de un camino que no podemos desandar.
POSTSCRIPTUM
La inminente descertificación por el fracaso de la lucha antidrogas de Petro; de un lado; y, del otro, su actitud provocadora de desafiar innecesariamente a Trump al buscar meter al país, sin ningún tipo de consulta, en la Ruta de la Seda china, será desastroso para Colombia. Alfredo Rangel lo explica muy bien en su artículo de este pasado viernes en El Tiempo, pues cambiar y desmontar la alianza de décadas con Estados Unidos, que es nuestro socio estratégico, político y económico principal, causará daños difícilmente reparables, no sólo en el campo de la economía, sino de la seguridad nacional en tiempos de crisis por la arremetida de los grupos narcotraficantes contra el estado.
Seguramente es lo que quiere Petro, al que no le importan los sufrimientos a los que someterá a los colombianos, como desabastecimiento, pérdida de empleo, destrucción del aparato productivo nacional e indefensión creciente de los colombianos frente a los bandidos. Cree que podrá echarles la culpa a los norteamericanos, obteniendo así una gran bandera política; pero los colombianos veremos en él al causante de nuestras desgracias y sufrimientos, y la resistencia contra este mandato maldito crecerá. Y no es que justifique a Trump, quien en mi parecer toma medidas arbitrarias prevalido de su poder; es que no soporto la estupidez -para usar la palabra que utilizó el viernes Rangel-o la sevicia de Petro contra el pueblo colombiano con tal de obtener una hipotética ventaja.