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El Colombiano                                                                                

El gobierno de Petro está acabando con ese valioso patrimonio público. No olvidemos que el Estado, los colombianos, somos dueños del 88,5% de las acciones de la compañía.

Los colombianos vemos con indignación y tristeza como el gobierno de Gustavo Petro cada día va poniendo más en el filo de la navaja a la empresa más valiosa del país: Ecopetrol. El más reciente capítulo de esta trágica serie es el del desplome, en la última semana de septiembre, del valor de sus acciones en la Bolsa de Nueva York. Como si fuera poco, si contamos desde el cierre de 2019, antes de comenzar la pandemia, el valor de la petrolera ha caído a la mitad, medido por el precio de las acciones en dólares en la Bolsa de Valores de Colombia.

La caída de este septiembre se dio producto de un informe del prestigioso banco estadounidense JP Morgan que le clavó varias banderillas a la petrolera colombiana. El banco tiene la obligación de mantener bien informados a sus clientes para que tomen las mejores decisiones con respecto a sus inversiones, en este caso las acciones que tienen en Ecopetrol, y por eso les advirtió que esta empresa que solía tener buenas perspectivas ya no es tan buena inversión.

El mercado, automáticamente, hizo su tarea. El precio de la acción cayó y acumuló así una pérdida, en lo que va del año, del 26,59%, lo cual es equivalente a que Ecopetrol tan solo en nueve meses de 2024 ya vale 6.858 millones de dólares menos (unos 28 billones de pesos).

¿Qué fue lo que vio el JP Morgan? El banco dice que la capacidad de Ecopetrol para entregar buenos resultados está en entredicho, de un lado, por las condiciones actuales del mercado, y del otro por la falta de claridad en su dirección estratégica, influenciada significativamente por las decisiones de su accionista mayoritario: el Gobierno Nacional.

Habla, por ejemplo, de la dificultad que tiene Ecopetrol para operar en un entorno marcado por bloqueos y paros de grupos armados. Esta semana se supo que el sector petrolero está perdiendo 25.000 barriles diarios por el desorden público, en buena parte producto de una tremendamente mal aplicada estrategia de “paz total” por parte del Gobierno.

El banco norteamericano también hizo énfasis en que cada vez es mayor la incertidumbre sobre la capacidad de Ecopetrol para incrementar sus márgenes de ganancia y su producción. La absurda negativa de Ecopetrol a participar en el proyecto de CrownRock en Estados Unidos, así como la incertidumbre sobre su participación en la explotación de hidrocarburos en Texas, sumados a la postura del gobierno frente al fracking, han agudizado las dudas del mercado.

Ante este fracaso tan patente y demoledor, como suele ser habitual, el presidente Gustavo Petro ha optado por defenderse con sofismas, argumentando que el mal desempeño de las acciones de Ecopetrol se debe al “agotamiento del modelo fósil” y que los resultados de la compañía en la bolsa obedecen exclusivamente, al igual que en otras petroleras, a la evolución de los precios del petróleo.

Pero ahí están las cifras y los hechos para desmentir al presidente Petro. Si bien es cierto que la caída del precio de la acción no es solo de ahora, el problema para Ecopetrol es que si se compara con el comportamiento de otras petroleras es evidente que algo grave está fallando en la colombiana.

Ecopetrol ha perdido mucho más valor que otras petroleras comparables en los últimos meses, siendo gran parte de esa caída autoinfligida. Después de todo, ¿quién podría confiar en una compañía cuyo principal socio, el gobierno colombiano, parece hacer todo lo posible por debilitar el sector en el que opera su propio negocio?

En los últimos 12 meses, las acciones de Ecopetrol en la BVC han perdido más del 20% de su valor en dólares y una cifra similar en pesos. En contraste, durante el mismo periodo, las acciones de Petrobras, su par brasileña, bajaron cerca del 2%, las de Exxon se valorizaron un 2%, las de Total Energies se mantuvieron estables y las de ConocoPhillips y Chevron, que también experimentaron una caída este último año, lo hicieron en aproximadamente un 10%, es decir, la mitad de la caída de Ecopetrol.

Si comparamos con el cierre de 2021, antes de que la presidencia de Gustavo Petro se materializara, la tendencia es aún más evidente: mientras que las acciones de Ecopetrol han caído un 30% tanto en dólares como en pesos, las de Petrobras se han valorizado un 24%, las de Total Energies un 50%, las de Chevron un 75% y las de Exxon y ConocoPhillips se han más que duplicado en valor.

El punto de quiebre en el mal desempeño de la compañía respecto al resto del sector en los últimos años se resume en un solo hecho: la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, quien, como accionista mayoritario, ha impulsado decisiones que han ido en contra del mejor interés de la empresa.

Los datos no mienten: sí hay que estar preocupados por las perspectivas de Ecopetrol. El gobierno de Gustavo Petro sin pena ni gloria está acabando con ese valioso patrimonio público, no podemos olvidar que el Estado, es decir todos los colombianos, somos dueños del 88,5% de las acciones de la compañía.

03 de octubre de 2024

Publicado en Otras opiniones

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