El Pacto Histórico es el sector que más creció, pues pasó del 25% al 31% de intención de voto, y dentro de ese grupo, Gustavo Petro tiene el 90.6% de los votos, como quien dice, el 28.1% de preferencia a nivel nacional.
El Equipo por Colombia, EC, alcanzó el 14.5% -prácticamente la mitad del Pacto- con Federico Gutiérrez a la cabeza con el 47% de ese porcentaje, es decir, el 6,81% de intención de votos en el país.
La Coalición de la Esperanza, CE, tiene el 10.5%, con Fajardo al frente con el 41.6% de apoyo en esa corriente, o lo que es lo mismo, el 4.37% de la preferencia nacional; pero con el dato adicional de que ayer sábado fue dividida por Ingrid Betancur, quien, aunque en la encuesta sólo marca el 4.1% dentro de ese grupo, podría representar un golpe demoledor, pues al lanzarse como candidata independiente, podría arrastrar muchos de los adeptos de esa coalición, con su argumento de que esta no rechazó la admisión de apoyos provenientes de las maquinarias políticas. Esto representa, de hecho una revés para los intereses de Juan Manuel Santos, Cesar Gaviria y, algunos afirman que también de Vargas Lleras, en esa coalición.
Por el Centro democrático, CD, votaría el 7.9% y por otros, que incluyen a Rodolfo Hernández, Luis Pérez y John Milton Rodríguez, el 12.4%, encabezando el primero de los mencionados con el 84.4%, es decir, el 8.44% de la votación en términos nacionales. Es decir, por encima del candidato del Centro Democrático.
Supongamos que la encuesta refleja la realidad política hoy, lo que es muy probable. Se podría, entonces, extraer las siguientes conclusiones, faltando la definición del Partido Liberal, la de Vargas Lleras, aunque pienso que sus decisiones no alterarán de fondo el actual panorama:
Petro tiene el 28% de los votos y asegura el 3% adicional de su coalición, para llegar al 31%. Va, inefablemente, a la segunda vuelta.
Rodolfo Hernández, con el 8.44%; y el Centro Democrático, es decir, Oscar Iván Zuluaga, con el 7.9%, no llegarían a la ronda siguiente, pero si se unieran en una coalición, representarían el 16.34% un poco más de la mitad de los votos que tendría Petro, pero por encima del Equipo por Colombia, llegando a la segunda vuelta. Si esa alianza no se produce, el EC estaría con Gutiérrez en esa instancia.
La Coalición de la Esperanza con su 10.5% no llegaría con Sergio Fajardo, a la vuelta definitiva.
En ese panorama, en la segunda vuelta, Petro va inefablemente a la segunda vuelta.
Por otro Lado, si se alían El Equipo por Colombia con Oscar Iván Zuluaga, y con Rodolfo Hernández, sumarían el 30.88% de los votos. Prácticamente un empate con Petro.
En todo caso, en los escenarios descritos, habría la incertidumbre de hacia dónde tenderán los de la Coalición de la Esperanza, si hacia Petro hacia la Coalición encabezada por el candidato que se enfrente a este, o al voto en blanco o a las 3 opciones, como eventualmente puede ocurrir.
Ahora bien, hay dos franjas, la de no sabe/no responde, con los ya citados 8.7% y la del voto en blanco, con el 14.8%, que sumadas dan el 23.6%. Hacia dónde se decantan los primeros y si los segundos terminan votando, en ambos casos en razón de los resultados de la primera vuelta, es el mundo de lo incierto, pero también el de las posibilidades de quienes puntean en las coaliciones y los que hasta ahora van por fuera de ellas. Pero es diciente que tanto una franja como otra superan al candidato del Centro Democrático y lo mismo podría decirse de Rodolfo Hernández.
La lucha por ese 23.6% determinará la presidencia. Pero está claro que ni el Equipo por Colombia, ni Rodolfo Hernández, ni el Centro Democrático solos tendrán una oportunidad de llegar a la presidencia. Y tampoco lo hará Cambio Radical y un sector del Partido Liberal (otro optará por la coalición de la Esperanza y otro más, por el Pacto Histórico).
Ya ha habido suficiente personalismo y análisis subjetivos de la realidad política en ese sector del CD, el EC y Rodolfo Hernández. No más errores ni más maniobras egoístas. El autismo debe cesar. El riesgo que el país está corriendo no se resuelve con actitudes mezquinas, sino con grandeza. Es el tiempo de sumar para defender la democracia liberal en Colombia. El que reste, traiciona nuestro futuro.
