Allí, en la isla hermana, un pedazo de España en el Caribe donde tiene un servidor lazos de sangre, celebran de forma oficial las Navidades completas desde 1997, cuando se reinstauró la Nochebuena y el Año Nuevo gracias a la visita de San Juan Pablo II, después de que quedaran proscritas en 1969. Se trata, sin embargo, de unas Navidades bajo el yugo del Grinch, con una galopante inflación, la devaluación del peso, una dolarización parcial de la economía y el desabastecimiento de muchos productos básicos, alimentos y medicinas. Una crisis como nunca.
El malestar es tan patente que hasta el régimen admite que la reforma económica conocida como “Tarea Ordenamiento” ha provocado una inflación del 60% en los precios minoristas en los comercios y del 6.900% en el mercado informal.
La unificación monetaria y cambiaria, el incremento de los precios, salarios y la reducción de subsidios, y una consecuente devaluación del peso cubano (cup) se ha traducido en una inflación colosal con precios “entre siete y diez veces más grandes”, según admitió el diputado cubano Marino Murillo, quien reconoció que “cuando le agregue los niveles del mercado informal, la inflación sería mucho más grande”, de 6.900%.
El salario mínimo aumentó en enero del año que nos deja un 450% y pasó de más de 400 pesos cubanos (cup) a 2.100 (de unos 17 a unos 87 dólares mensuales al cambio oficial de 24 cup por dólar). Sin embargo, nunca cotizó a ese precio en el mercado informal, donde ya supera los 70 cup respecto a la divisa extranjera.
Por el contrario, el valor de la canasta de bienes y servicios diseñado en el “ordenamiento” fue de 1.528 pesos, pero hoy ronda los 3.250 solo en La Habana, según el cálculo presentado por Murillo a los diputados.
A estas alturas en Cuba ya escasea de todo. Tanto como para que la dictadura haya anunciado que reducirá en cerca de un 10% la siembra de tabaco por falta de fertilizantes y otros productos necesarios para el cultivo de esta planta, la principal exportación agrícola del país.
Según informó el diario oficial “Granma” el pasado domingo, la situación económica ha llevado a no plantar 2.450 hectáreas de las 25.000 inicialmente previstas en todo el país para la producción de tabaco en esta temporada.
La industria del tabaco representa el cuarto sector que más ingresos aporta al producto interior bruto de Cuba, y las ventas por exportaciones alcanzaron en 2020 los 507 millones de dólares, según datos de la compañía hispano-cubana Habanos, que comercializa las exclusivas marcas de puros del país caribeño.
El sector emplea a unos 200.000 trabajadores en la isla, que se elevan hasta los 250.000 en el pico de la cosecha.
Ya saben, con el Grinch a cargo no hace falta elegir entre patria o muerte. Para empezar, hambre
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 28 de diciembre de 2021.