Eduardo Mackenzie
Eduardo Mackenzie*
Un coronel del Ejército de Colombia le exige a la periodista Stephanie Bates adoptar el discurso del gobierno de Gustavo Petro. Pero éste no repudia tal abuso. Quien amenaza a Stephanie Bates es, sin embargo, miembro del alto gobierno. Si la periodista no acata tal orden tendrá que irse del país, anuncia el militar. El silencio del presidente Petro ante esas infracciones contra la libertad de la prensa y contra la libertad de expresión cometidas por el coronel Orlando Quiñones, funcionario del ministerio de Defensa, es inadmisible. Igual se debe decir de Iván Velásquez, el ministro de Defensa. Hasta el momento de redactar esta nota, ninguno de ellos, ni el militar, ni el ministro, ni el nuevo presidente de la República han pedido disculpas a la víctima de tales atropellos.
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Son varias las curiosidades de la folclórica gira que llevará a Francia Márquez al continente africano dentro de unos días. La vicepresidente de Colombia no ha dicho qué sentido tiene ese viaje, ni cuántos días durará. Tampoco ha dado la lista de los países que visitará, ni qué temáticas tratará exactamente con las autoridades que encontrará. La doctora Márquez no le rinde cuentas a nadie. Ella congela a los periodistas respondiéndoles: “No le voy a decir eso, no tengo que decírselo al país. De malas”. Ese era un plan que ella tenía bien guardado. Si el país se enteró por fin de algunos aspectos del gravoso periplo fue gracias al trabajo de una gran periodista, María Isabel Rueda, quien reveló lo que supo y, sin pedir permiso, formuló algunas críticas.
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Petro está temblando de miedo. No sabe qué rumbo tomar ante el fracaso de sus perversas “reformas”. Su gobierno no cumple todavía ocho meses y ya miles de votantes declaran su amargura por lo que él hace y abandonan las toldas del petrismo. La “reforma” pensional, de la salud y la escasez artificial de medicamentos que provocó una petrista recalcitrante, la ministra Corcho, para presionar a los congresistas, es una infamia más que nadie aprueba. Igual horror desata la “paz total” y las atrocidades cometidas por una maquillada “guardia campesina”, este 2 de marzo en Caquetá, contra 79 policías y los empleados de una empresa petrolera. Petro admitió ser el responsable de eso, pero no dijo estar arrepentido de haber abandonado al degollado policía Ricardo Arley Monroy y a la fuerza pública de Los Pozos.
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Gustavo Petro ha admitido públicamente, sin inhibición alguna, que él es “único responsable de las acciones en Los Pozos, Caquetá”.
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El dolor de los colombianos por el vil asesinato del subteniente Ricardo Arley Monroy Prieto, de la Policía Nacional, en la vereda Los Pozos, Caquetá, el pasado 2 de marzo, no pasa. El dolor sigue ahí, clavado como una enorme espina en el espíritu de todos. No aceptamos que eso haya podido ocurrir. Condenamos la atrocidad cometida por los bárbaros protegidos de la llamada «Guardia Campesina Lozada Guayabero».
Eduardo Mackenzie*
La idea principal que se desprende de las declaraciones de Days Vásquez, la ex esposa de Nicolás Petro Burgos, 37 años, difundidas en estos días por la revista Semana, es que tres o más jefes narcotraficantes aportaron dineros para la campaña presidencial de Gustavo Petro, hoy presidente de la República de Colombia y ex guerrillero del M-19 en la década de 1980.
Eduardo Mackenzie*
No sé si el trabajo parlamentario de Susana Gómez Castaño, alias Susana Boreal, es brillantísimo. No sé si ella aporta ideas geniales o solo razonables durante los debates de la Cámara de Representantes. O si, por lo menos, accede a esas instancias de deliberación en pleno goce de sus facultades intelectuales y en plena forma física, como debe hacerlo, en principio, todo representante elegido del pueblo colombiano.
Eduardo Mackenzie*
“Desde la llegada del Covid-19, los cubanos enfrentan la peor crisis económica de la isla en 30 años. Los almacenes están vacíos, los precios son elevadísimos y la población está condenada a arreglárselas como puede para sobrevivir o tomar el camino del exilio.” Así resume la situación Emilio Obrero, un periodista cubano, corresponsal en La Habana de un diario parisino.