Basta con ver varios ejemplos como el de los Petroconservadores encabezados por su mayor alfil de las corruptelas y los negociados, el recién posesionado presidente del senado, el señor Cepeda, quien de lejos es el politiquero más repugnante de los últimos treinta años, superado solamente por el expresidente Samper con su campaña permeada y financiada por el otrora temible cartel de Cali.
Esos azules hoy tan desteñidos y aborrecidos por este país tienen su reputación por el piso con su representante Manzur quien, según declaración de Olmedo López, ha recibido dineros y millonarios contratos para beneficiar a Petro desde la comisión de acusaciones la cual preside muy probablemente para expedir una decisión inhibitoria con solicitud de archivo por el tema de la financiación de la campaña presidencial.
Es cierto que se debe respetar el debido proceso y la presunción de inocencia de personas objeto de investigación penal, fiscal o disciplinaria, sin embargo, y de acuerdo al soporte probatorio que ya tiene en su poder la Corte Suprema de Justicia en contra de este personaje, muy probablemente y en Derecho, su final no será otro diferente que terminar recluido en una celda fría en la Picota.
Será en la honorable Corte Suprema que se haga justicia por el horrendo descalabro del dinero publico de este desgobierno porque desde la Fiscalía de bolsillo del presidente, poco o nada debería esperar Colombia para conocer resultados y desmantelar estas mafias incrustadas en el poder que se tomaron el presupuesto y la institucionalidad para robar y robar y robar.
Otro ejemplo, pero de vieja data es ver a los liberales arrastrándose ante Petro para que les otorgue un par de Ministerios y puestos claves en el ejecutivo pensando en satisfacer el gran apetito burocrático del señor César Gaviria y sus aliados. Nada nuevo podemos decir de esa colectividad porque desde siempre han sido apéndice del progresismo y del socialismo. La carencia de orgullo y dignidad de sus actuales congresistas y dirigentes por aquellos ideales que alguna vez lo hicieron grande, son cosa del pasado y a decir verdad, no tienen un verdadero líder que enderece el rumbo y menos un presidenciable con opción de ganar.
De las otras colectividades ni hablar, los verdes andan en fuego amigo pero siempre ovacionando a Petro, y al plan B por si falla el A, la exalcaldesa de Bogotá, la señora López, quien sin duda alguna, es más petrista que los mismos petristas, algo así como un “en cuerpo ajeno” llenos de gozo revolucionario y espíritu destructivo por lo que funciona.
Si hablamos de la bancada cristiana con Mira, siempre votan a favor de las iniciativas y reformas del señor gobierno, ellos no se complican buscándole tres patas al gato porque saben que tiene solo cuatro y que discutir con el poder es tiempo perdido.
Naturalmente, el Pacto Histórico hace su trabajo siendo fiel y en constante comunión con su líder intergaláctico, así este sea un incompetente que solo sabe echar carreta en sus discursos, pelear, dividir, odiar, destruir, nombrar bandidos en su gobierno, permitir que el terrorismo se tome el país y que la economía se vaya al fondo porque al final de cuentas esa ideología Marxista requiere de millones de pobres y míseros para dominarlos con subsidios y prosa delirante. Le temen a aquellos que se atreven a pensar y cuestionarlos.
Desde el Centro Democrático han vivido algo inusual y es que después de tenerlo todo con Duque, no tienen nada con Petro. Hacen política con la nevera vacía y sus congresistas andan en el rebusque político. Otros dirán que es cuestión de ética y honestidad heredada de su caudillo el señor expresidente Uribe, el hecho de hacer política decente y de frente. Juzguen ustedes apreciados lectores. Lo que si creo es que tienen un par de mujeres valientes e inteligentes como Valencia y la Cabal listas para aspirar en 2026, claro está, si Petro no termina comprando con el dinero de las reservas internacionales o con los rubros de Ecopetrol a todo el congreso circense, a las altas cortes, la prensa y hasta la farándula criolla que le asegure su reelección indefinida.
Con el señor Petro, todos tienen un precio, todos sin excepción y él está dispuesto a pagarlo, a transar, conciliar, perdonar, bailar, desfilar, llorar, dejar de ser infiel, ir a misa y confesarse, decir que es de centro derecha, amar a Israel y hasta romper relaciones con el dictador Maduro (habrá fraude electoral en Venezuela), con tal de que pase su constituyente incluido el articulito de la reelección inmediata, claro está.
De la gente de la U. es simple: ¡cuánto hay y listo!
De Cambio Radical ocurre algo simpático y es ver un partido enmermelado a más no poder, pero dirigido por alguien que no se ha dejado sobornar, un senador que es inteligente, de buenos modales y que hace oposición soportada en evidencia, el señor David Luna. Aclaro que no soy su elector, pero ¡A todo señor, todo honor!
Si al menos ese espectáculo circense llamado congreso de la republica tuviera tipos con el talante y la dignidad de Luna, quizá otra sería la percepción ciudadana de ese nido de malandrines con poder. Si omití mencionar alguna colectividad me disculpan, pero de seguro hacen parte del comité de aplausos del remedo de presidente del país del sagrado rostro.