Una parte de la llamada “clase empresarial” y de sus agallinados representantes gremiales, creen que no debe hablarse del colapso que está produciendo el gobierno porque es mejor “no meterse en política”, pues lo de ellos es mostrar balances contables positivos hoy, así no entiendan que mañana no habrá mercado por el cual competir ni empresas que manejar, porque el Estado será el dueño de todo.
Siguen creyendo que el sol no alumbra porque cierran los ojos y que la cosa es ser “optimista” y también cerrar la boca. “Que faltan menos de dos añitos” y todo volverá a ser igual porque “Colombia no es Venezuela”, lo que dijeron en 2022, incluso cuando los otrora empresarios venezolanos les contaron que ellos aseguraban que “Venezuela no era Cuba”.
El Socialismo del Siglo XXI, progresismo, socialismo democrático como dicen los camaradas Bernie Sanders y Ocasio-Cortez, o como lo hagan llamar para que no les digan marxistas con ánimo de lucro, es la misma obra fracasada con actores distintos. Pero los actuales, aunque siguen diciendo en sus discursos que luchan por los pobres, son más cínicos que los del siglo XX, porque apenas pueden, salen a comprar las carteras de diseñador a París, como alias “Piedad” o una sucesora “ancestral”. Su modelo siempre fracasado se sustenta en la necesidad de empobrecer a la gente y controlar todo, desde la propiedad hasta qué consume la gente, en qué cantidad y a qué precio, porque el Estado supuestamente “no es corrupto como los empresarios” y sabe más que todos ellos y por eso, así la experiencia económica enseñe que los precios son señales del entorno y no son instrumentos para ganar votos o quebrar EPS, ellos deben fijarlos. Es como si un médico decreta cual debe ser el pulso de un paciente en vez de tomárselo. Pero en este país a un ignorante de economía y administración lo gradúan de economista y ponen a “administrarlo”.
Cuando implantan su modelo, la primera señal es la escasez, incluyendo la de libertad. En Cuba empezó a faltar azúcar al poco tiempo de implantarse la dictadura castrista. ¿Ya saben que está pasando hace meses con los medicamentos y la atención médica? ¿Les han contado lo que sucederá con el gas y la energía eléctrica? ¿Ustedes creen que con los alimentos no va a pasar nada?
Yuri Maltsev, un lúcido economista ruso que desertó a los EE.UU. en 1.989 luego de fracasar en hacerle entender a Gorbachov que el comunismo no funciona, contaba que 328 burócratas fijaban 23 millones de precios de todos los bienes económicos imaginables en todas las partes de la URSS; y también esta trágica broma: “James Bond fue enviado a Moscú para averiguar qué estaba pasando allí bajo el gobierno de Gorbachov y fue a la panadería y no había pan, y escribió en una libreta: “No hay pan”; fue a la carnicería y no había carne, y escribió: “No hay carne”. Un oficial de la KGB lo siguió y el oficial miró por encima de su hombro y dijo: “Hace un año, te habrían fusilado por hacer eso”. Y Bond escribió: “Ya no hay balas”.
06 de enero de 2025.
