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Juan David Escobar Valencia                                                                          

En Colombia, por ingenuos y/o estúpidos, no ha podido la mayoría de sus habitantes entender la razón de las acciones destructivas del gobierno marxista que tenemos.

El Principio de Hanlon es una regla empírica que propone que: “Nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez”. Probablemente en muchos ámbitos de la vida y con muchos tipos de personas podría ser cierto, pero si el asunto involucra a humanos es peligroso suponer que existen reglas únicas que se cumplen siempre y para todos. Por eso dijo Marco Tulio Cicerón: “exceptio probat regulam in casibus non exceptis”, “la excepción pone a prueba la regla”.

En Colombia, por ingenuos y/o estúpidos, no ha podido la mayoría de sus habitantes entender la razón de las acciones destructivas del gobierno marxista que tenemos. A menos que seas un camarada del actual gobierno, por creencia o conveniencia, hemos sido testigos de su abrumadora ineptitud. Pero tal vez la catarata incesante de idioteces ha ido configurando la idea que la razón de tanta ineptitud gubernamental es la estupidez de sus funcionarios, aunque realmente no es la idiotez la verdadera y única fuente, sino la maldad. Cuando debes interactuar con sujetos entrenados en el marxismo y la delincuencia, al contrario del Principio de Hanlon, no debes atribuir a la estupidez lo que se explica adecuadamente por la maldad.

Cuando una exministra de los carbohidratos, perdón, hidrocarburos, proponía el decrecimiento económico, todos decían: “¿pero qué estupidez está sugiriendo esta ignorante?”. Pues no es idiotez, es la maldad propia de la siempre fracasada propuesta marxista que necesita pobres para tener seguidores.

Cuando el presidente, graduado de economista no me explico cómo, dijo que había que cambiar las regalías petroleras por aguacates, muchos preguntaron: “¿pero qué estupidez está proponiendo este ignorante?”. Pues no es idiotez, es la maldad del marxista con ánimo de lucro que tiene que pagar favores al dictador venezolano y comprarle sus hidrocarburos, que curiosamente no contaminan.

Cuando nos avisan que tendremos en término de dos o tres años una crisis energética y racionamientos severos porque están torpedeando la inversión en el sector, muchos dicen: “¿pero qué estupidez están haciendo estos ignorantes?”. Pues no es idiotez, es la maldad de los marxistas que tienen al progreso y a la estabilidad económica como sus peores enemigos.

Cuando una exministra dijo que había que “evidenciar una crisis en el sistema de salud”, muchos decían: “¿pero qué estupidez está insinuando esta ignorante?”. Pues no era idiotez, a los marxistas no les interesa que el pueblo muera y sufra porque lo importante es imponer las consignas ideológicas con que fueron amamantados por Fecode desde niños. Por eso están destruyendo las EPS.

Cuando un ministro de Hacienda dice que se les “pasó un detallito”, y quieren dejar sin presupuesto a la Registraduría, muchos dijeron: “¿pero qué estupidez está haciendo este ignorante?”. Pues no es idiotez, es la maldad pura del marxismo que es sinónimo de dictadura. Como advertí en mis columnas del 12 y 19 de agosto: “¡Ojo con el 26! (Al menos un ojo en la Registraduría)”

Seguir pensando que la catástrofe que genera el actual gobierno es por estupidez, es una estupidez mayor.

30 de septiembre de 2024

Publicado en Columnistas Nacionales

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