Me explico: una parte de la ecuación afirma que siquiera se fue, porque la ciudad está exhausta y sumida en el mayor caos que haya tenido en su historia, producido por un burgomaestre inmerso en innumerables denuncias de saqueo y todo tipo de corrupción, que parece ser el signo distintivo de su administración. Según https://ifmnoticias.com/investigacion-alcalde-daniel-quintero-renunciaria-a-su-cargo-antes-de-terminar-su-periodo-y-se-iria-del-pais-conozca-por-que-segunda-parte-el-fbi/, que recomiendo leer, la corrupción va desde el recibo de coimas, comisiones -aquí, en pesos, y en Miami en dólares, lo que ya llamó la atención del FBI- a contratistas; exigencia de un porcentaje del sueldo a empleados, y un largo etc.
Desertó, dejando a la ciudad destruida, cercada por la basura con centenares de personas durmiendo en las calles, las calles rotas y los parques abandonados; las instituciones de la sociedad civil, como Buen Comienzo, que tantos años sirvieron a la ciudad, desechadas alevemente; la colaboración establecida entre el sector privado y el público, destrozadas; usando la calumnia artera contra los políticos que no le “copian”, especialmente al llamado “uribismo”, sustantivo que para él es sinónimo de paramilitarismo y corrupción; usando EPM, la empresa pública insignia del país como la caja mayor de sus desafueros y golpeada por su mal manejo de la construcción de la Hidroeléctrica de Ituango, a la que casi hace quebrar para luego declarar con total cinismo que la había salvado; poniendo a Tigo – Une, al borde de la liquidación (aunque con su salida, todo parece indicar que se pudo llegar a un acuerdo entre EPM y Millicom para salvarla), por solo citar unos pocos ejemplos.
Quintero, como el vendedor de específicos que es, dijo que renunciaba porque no se podía quedar de brazos cruzados cuando los de siempre se aprestaban a tomarse la ciudad y él no podía permitirlo. Pero, conocedores de los intríngulis del asunto afirman que lo hizo para evitar la avalancha de investigaciones que se le venía encima, la última de las cuales es la de la procuraduría por haber insultado a un concejal. Su propósito, dicen esas fuentes, es buscar con su amigo, el presidente, un cargo que lo convierta en aforado, tal como hizo Petro con la señora Laura Sarabia, en juiciosa aplicación, que de eso parece saber mucho, de la frase que reza que, hecha la ley, hecha la trampa.
Si la justicia funciona medianamente bien y se prueban judicialmente los delitos que se le atribuyen, no le alcanzará la vida que le resta para responder por sus acciones. Y hay algo de esperanza en esa presunción porque a los hermanos Samuel e Iván Moreno fueron condenados a largos años de prisión por el saqueo al que sometieron a Bogotá.
Pero si funciona mal o no lo hace, o si actúa con la lentitud acostumbrada, Medellín y Colombia sufrirán las consecuencias de tener a este personaje desatado, oponiéndose, en Medellín, a la manera de la primera línea y calumniando al alcalde que resulte elegido, que todo indica, será Federico Gutiérrez, quien está amenazado de muerte y a quien ya los “independientes” han hecho la más sucia de las campañas acusándolo del “crimen” de tratar de hacer de Medellín una trinchera contra el petrismo.
Esto último, quizá sea lo único cierto que haya dicho Quintero en su vida política. En efecto, hay que recuperar a Medellín de las garras de la extrema izquierda y su simbiosis con la corrupción extrema., que es lo que nos ha dejado el petro–quinterismo. Perder otra vez Medellín, permitiendo que quede bajo el dominio del dúo Petro - Quintero, sería un golpe letal a la democracia colombiana, pues la ciudad ha sido el bastión de la democracia y el estado de derecho en Colombia. Hay que ganar en Medellín y resistir con Federico Gutiérrez. Pero debemos ser conscientes de que estaremos enfrentados, probablemente, a tres semanas de acoso total, por lo que debemos actuar sin triunfalismo y con los dientes apretados, pero sin caer en provocaciones que puedan ser usadas en nuestra contra. El petro–quinterismo tiene todos los recursos del estado y el apoyo de los malandros de Medellín. No será fácil. En la última encuesta de intención de voto, Gutiérrez rebajó y Upegui tuvo un alza considerable.
Por otro lado, no se puede hablar de Medellín sin considerar la realidad política del departamento. En la capital está la mayor concentración de electores de Antioquia, pero esta tiene un caudal adicional muy grande. La suma de estos dos componentes elige el gobernador. Hasta el momento, Luis Pérez va ganando la gobernación en las encuestas y sería muy desafortunado para las fuerzas que defienden la democracia en Antioquia, que el 29 de octubre triunfara el 29 de octubre. Sus posibilidades de triunfo crecen en la medida que no ha sido posible la unidad de todos y los candidatos y las tendencias políticas que representan. Estoy de acuerdo con Cristina Isaza cuando, en un artículo recientemente publicado – Cero corrección política- dice que sería terrible que por egos personales perdiéramos el departamento. Y por eso propone que se vote por el que más opciones tiene. El Pacto y sus amigos están haciendo todo lo posible por impedir la unión y para que su candidato real gane. Triunfar en Medellín, pero entregar el departamento al petro-quinterismo sería muy grave.
Además, a nivel nacional, como si fuera poco, el exalcalde, estaría apoyando a Petro a su manera incendiaria en sus acciones políticas, haciendo campaña para la presidencia de la república, haciendo realidad el petro-quinterismo contra el fico-uribismo del que ha hablado en su delirio.
De manera que, si quiera se fue, pero debemos estar preparados, si es que no sale del país, para sobrellevar la campaña a la alcaldía más virulenta que podamos imaginar, llena de calumnias, amenazas y provocaciones, encabezada por Quintero y con el peso de la intervención de Petro. Hay que resistir y ganar con Federico Gutiérrez. Hay que resistir y ganar Antioquia, precipitando la unidad y hay que preparase para tiempos difíciles en el país, si Quintero se sale con la suya.