cada día, mientras diezma nuestras fuerzas de seguridad.
Pero eso sí, presiona a la Corte Constitucional con pronunciamientos agresivos y la amenaza de movilizaciones callejeras y con entregar nuestra soberanía a Venezuela -cosa que, de hecho, ya hizo- para que declare exequible sus decretos de conmoción interior, completamente innecesarios, como se lo dijo un campesino a la cara en esa zona del Santander del Norte. Amenaza que, no se nos olvide, ha hecho extensiva al país, cuando “presentó” su nuevo gabinete: incendiar a Colombia con su Primera Línea”, si no se le aprueban en el congreso sus atroces reformas pensional y de la salud.
¿Por qué chantajea en esta etapa de su (des)gobierno a los colombianos? Porque está en campaña electoral para ganar las elecciones presidenciales y parlamentarias, que es una de las dos estrategias que aplica simultáneamente: intentar impedir que haya elecciones; o, si las hay, asegurarse su triunfo. Ambas están ligadas a la Paz Total:
La primera, consiste en crear una situación de caos tal, que pueda alegar que es imposible realizar los comicios del 2026; es decir, dar un golpe de estado. La segunda, utilizar el caos producido, para influir directamente en el resultado, como hizo en el desorden social que organizó contra el gobierno de Duque con la Primera Línea, cuando atemorizó al entonces presidente y puso, en mi opinión, contra las cuerdas a los ciudadanos de a pie, muchos de los cuales pensaron que el estado era incapaz de defenderlos; y no pocos, que la única forma de detener el gran desorden era elegir a quien lo producía para alcanzar el poder. Precisamente ese chantaje es el que usa para mantenerse, pero ahora con todos los recursos que el uso de ese poder le otorga.
Pero la opción de las elecciones requiere, porque Petro todavía no controla los órganos electorales, un juego de alianzas para obtener la mayoría, partiendo del hecho de que, a la fecha, posee, según las distintas encuestas de opinión, el 30% de favorabilidad entre los ciudadanos, por lo que requiere sumar, al menos 20 puntos más. Y es asunto de concertación con los electores que no pertenecen a la cauda Pacto Histórico. Por eso habla de un Frente Amplio. Para eso trajo a Benedetti y sacrificó a muchos de sus alfiles doctrinarios para atraer otras fuerzas políticas. https://www.semana.com/politica/articulo/gustavo-petro-va-por-el-2026-este-es-su-plan-para-dejar-un-heredero-en-la-casa-de-narino-el-ejecutor-es-armando-benedetti-en-que-esta-la-oposicion/202532/
Los dos saben que, en un congreso como el actual, hay mucho corrupto en los distintos grupos que hay allí, algunos verdes, muchos liberales, algunos conservadores, el Partido de la U; sujetos cuya única finalidad en su accionar es enriquecerse.
Sólo basta mirar quienes votaron afirmativamente la reforma a la salud esta semana que termina en la Cámara de Representantes, un verdadero atentado s la vida y la salud de los colombianos, con Benedetti como ministro del interior. Para hacerse una idea: Partido de la U, 11 de 15curules; Partido Liberal, 20 de 32; Alianza Verde, 6 de 11; y Partido Conservador. 1 de 25. Partido Centro Democrático 0, de 16; y Cambio Radical, 0 de 16.( https://www.elcolombiano.com/colombia/politica/adres-nuevas-capacidades-lista-de-congresistas-que-aprobaron-articulo-en-reforma-a-la-salud-BL26781077) y (https://cnnespanol.cnn.com/2022/07/19/conformacion-congreso-colombia-2022-2026-orix=).
Y eso que el liberalismo y la U dicen no compartir la idea de Benedetti de una alianza con el petrismo (www.lafm.com.co (05.03.2025).
En resumen, si se ve obligado a ir a elecciones, Petro tiene preparada una mixtura de violencia, coerción y corrupción de políticos de distintos sectores, a quienes saciará de mermelada. A eso, sumémosle, el uso billonario del presupuesto para toda clase de subsidios y contratos de prestación de servicios. Y, si el país se descuida, el asalto al poder electoral
Así las cosas, se impone que la oposición intente evitar que no haya elecciones y en estas, contrarrestar la andanada petrista, para asegurar el triunfo de la democracia. Cuatro años más de petrismo es el final de lo que, todavía hoy, es Colombia. Dos mandatos fueron los que requirió Chávez para acabar con la democracia venezolana.
Y ¿cómo obtener esos dos objetivos? Primero, como lo dije en una columna pasada, construyendo, como he venido insistiendo desde hace ya un tiempo largo, un Frente para la Defensa de la Democracia, o como lo quieran llamar, que sea capaz de evitar el golpe de estado o el robo de las elecciones. Dicho Frente debe ser incluyente, es decir, en el que quepan todos los antipetristas. Para eso es necesario unir a la oposición, pero también a los independientes inconformes; vale decir, Centro Democrático, cambio Radical y Partido Conservador, y buscar ampliarlo con el Partido Liberal e independientes como Sergio Fajardo, Jorge Robledo, Ingrid Betancur, personas antipetrista de Alianza Verde; pero también iglesias, sindicatos, empresarios, organizaciones campesinas y estudiantiles, ONG democráticas, etc.
Entiendo que este tipo de organizaciones no es fácil, pero debería intentarse desde ya: leí que el expresidente Uribe ha hablado con Sergio Fajardo y que el exvicepresidente Vargas Lleras estaría dispuesto a abandonar su aspiración presidencial si aparece un candidato o candidata con más fuerza.
Para avanzar, podría, por ejemplo, aprovecharse el calendario electoral para las elecciones del 2026, que establece que el 28 de octubre de este año se “realizarán as consultas populares, internas o interpartidistas de los partidos y movimientos políticos con personería jurídica para la adopción de sus decisiones o escogencia de sus candidatos. En ese sentido, el 8 de noviembre de 2025 iniciará la inscripción de candidatos para las elecciones de Congreso de la República y cerrará un mes después, es decir, el 8 de diciembre de 2025” . (https://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/con-respaldo-institucional-registraduria-presenta-el-calendario-electoral-para-las-elecciones-de-2026-3432949).
Mi propuesta es que los partidos y grupos de ciudadanos por firmas que formen parte del Frente, inscriban en la consulta interpartidista de la cual salga el candidato único de la oposición para las elecciones presidenciales del 31 de mayo para la primera vuelta presidencial para buscar ganar en primera vuelta, lo que sería bastante probable; o asegurar el segundo lugar para participar en la segunda vuelta, tratando de ganar a partidos y grupos que no votaron por Petro en la primera ronda, con concesiones programáticas que no impliquen apoyar al candidato de la extrema izquierda
Las consignas del Frente deben ser lo suficientemente amplias y genéricas para que todo mundo quepa: Defensa de la democracia colombiana, que incluya el respeto a la independencia de poderes y las libertades de los colombianos, especialmente, defensa de los derechos a la salud, el trabajo, la educación y el derecho a la pensión, y derecho a la propiedad privada. En ese orden de ideas, concertación de las reformas en estos campos que sean necesarias, en un ambiente de búsqueda de consenso y libre expresión, Esto implicaría la reversión de las reformas que hayan sido aprobadas en este gobierno.
Los partidos del Frente deberán comprometerse a no avalar candidatos para las elecciones parlamentarias que hayan transado con Petro a cambio de mermelada.
Por otro lado, es indispensable defender la independencia del poder electoral, porque si se lo toma el petrismo, se perderán irremediablemente las elecciones.
La estrategia electoral, además, debe ir acompañada de un plan de movilizaciones y actos de rechazo a las tropelías petristas.
Como lo dice el artículo d la Revista Semana citado, el hecho de que en la actualidad Petro tiene el 30% de aceptación, es una desventaja para las fuerzas democráticas. Hay que aprovechar todas las oportunidades para hacerle ver a los ciudadanos colombianos, los abusos, ineptitudes e ignorancias que el presidente, así como la corrupción, que viene desde su campaña. Hay que procurar que su desfavorabilidad disminuya. La comunicaciones tradicionales y virtuales son importantes, así como la movilización permanente en protesta de sus acciones depredadoras. Hay que hacer algo en esos dos campos. Si no hay una estrategia comunicacional, fallamos. Si no hay una estrategia de movilización, fallamos. Por favor, que los tomadores de decisiones políticas de la oposición hagan algo sistemáticamente y con planeación.