¿Cómo es posible que Petro continúe en el palacio de Nariño después de la siguiente docena de escándalos recientes?
- La niñera-correo, que lleva valijas en aviones charter entre Caracas y Bogotá
- Las maletas llenas de billetes, de dueño desconocido, de las que se pierde una, rumbo al apartamento de la Sarabia
- La confesión de Benedetti de que ingresaron $ 15.000 millones en la campaña Petro, 30% como mínimo sobre los topes.
- El empleo delictuoso del polígrafo, para averiguar por cierta plata
- El “suicidio” del coronel Dávila
- La confesión del primogénito de Petro sobre el robo de una suculenta parte de los “aportes” de personajes cuestionados, para la campaña de su papá.
- La colaboración económica, no declarada, del clan Torres, para dicha candidatura
- La colaboración para la investigación de la justicia, por parte de Nicolás, desde su palaciego apartamento, hasta que llegue la nueva fiscal general.
- La inasistencia de Benedetti a la citación de la Corte Suprema
- La financiación ilegal de la campaña de Santos, que tuvo en Petro el apoyo más eficaz.
- Las ausencias habituales de Petro a los compromisos más solemnes e importantes, porque prefiere el disfrute de su “agenda privada” durante días enteros (1).
- El torrente diario e incesante de sandeces, impertinencias, mentiras, propuestas insensatas, y hasta amenazas de chantaje, que expele el viajero que ocasionalmente recala en Bogotá.
Por vía de comparación llamo la atención sobre la caída de Boris Johnson debido al escandaloso party con sus colaboradores en el number ten, para compartir, durante la pandemia, unas copas —que pagaban de sus propios bolsillos—, cuando dichas reuniones estaban prohibidas para todos los ciudadanos.
Ahora bien, Petro está ahora más tranquilo que nunca, porque se abren paso dos vías de pensamiento:
- Que el hijo dijo que su papá no conocía los aportes del turco ni del otro contrabandista, el de los cigarrillos
- Que dizque todos los presidentes han superado los topes, porque estos son insuficientes para la compra necesaria de la mayoría de votos.
Además, el próximo nacimiento del primer hijo de Nicolás, redime a este como padre, porque ha prometido criarlo...
Ahora bien, en cualquier país — europeo, asiático, de África u Oceanía, y hasta de América Latina—, bastaría con un solo escándalo parecido para causar la destitución del gobernante, pero en Colombia únicamente el Dr. Andrés Pastrana Arango se ha pronunciado en ese sentido. Los demás jefes políticos guardan silencio, pero uno de ellos ha ido más allá por la senda ignominiosa de la desvergüenza.
El Dr. César Gaviria Trujillo ha dicho que existe el deber de asegurar que Petro termine el período, lo que significa que tendremos que aceptar que, en los próximos tres años, Colombia sea entregada al ELN y convertida en un narcoestado totalitario —propósito inmodificable de Petro, Antonio García y Gabino—, gracias a la nueva Constitución, que está redactando, con poder vinculante, el Comité Nacional de Participación, donde los revolucionarios tienen 74 de los 80 escaños.
Si Petro llega hasta el 2026, tendrá tiempo suficiente para convertirnos en una nueva Venezuela, y de reelegirse. En estos últimos días avanzan ELN y Farc hacia el control territorial de grandes extensiones; el gobierno empieza a reclutar los “jóvenes de paz” y se va a expedir un decreto, para iniciar su “reforma agraria” con la expropiación exprés de los fundos productivos, prefacio de la hambruna inevitable bajo el comunismo.
Entre tanto, a golpes de soborno y mermelada, avanzarán en el Congreso las reformas tóxicas en pensiones, trabajo y salud, a las que se sumarán la educativa y la judicial, con leves retoques sugeridos por los caciques tradicionales, para hacernos creer que seguimos dentro del orden constitucional.
¡Cuánta razón asiste al campesino!, porque los gallinazos de todos los partidos, después de hablar paja de día, duermen en la misma rama de la corrupción moral, política y administrativa, que acabará con el país.
(1) Sin embargo, vale la pena advertir que, en la agenda privada, Petro solo se daña a sí mismo, mientras en la pública perjudica a todo el país.