El primero lo pronunció en la Universidad de Stanford: vid. (155) Gustavo Petro dictando cátedra en la universidad de Stanford - "Justicia ambiental y social" - YouTube. El segundo tuvo lugar en Zarzal. Vid: EL MEDULAR DISCURSO DEL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO EN ZARZAL, VALLE DEL CAUCA - YouTube.
Dejando de lado el galimatías que en las redes sociales se ha considerado cantinflesco, en el discurso de Stanford hizo manifestaciones rotundas que revelan su trasfondo conceptual.
Lo primero, tiene una visión apocalíptica del cambio climático, al que considera que en el transcurso de pocas generaciones dará cuenta de la humanidad entera, produciendo su extinción.
Es un asunto que se presta a debates interminables y, la verdad sea dicha, aún no se lo ha decidido sin lugar a dudas por la comunidad científica. No falta, en efecto, el ganador del Premio Nobel que lo califica como una impostura. Lo que no se presta a discusión es en todo caso la importancia del tema ambiental, que ofrece muchas facetas y amerita ponerlo en primerísimo lugar en la agenda política. Se discute, sin embargo, sobre sus causas, sus manifestaciones y sus consecuencias posibles.
En el discurso de marras se sindica al capital de ser el gran causante de este fenómeno y más concretamente a la industrialización, que encuentra más rentable el aprovechamiento de energías basadas ante todo en el carbón, el petróleo y el gas. Los automóviles y las autopistas, los aviones y los aeropuertos se mencionan en el galimatías como ejemplos de grandes causantes de la contaminación ambiental. Pero el planteamiento va más allá: condena radicalmente la libertad económica promovida lo que para él es la bestia negra del neoliberalismo. Su ideología marxista o, tal vez, neomarxista lo pone al borde de la tentación totalitaria que denunció Revel hace años en un texto memorable. Vid.Queue PDF - De Jean-françois Revel: La Tentación Totalitaria (extracto) [qvndd8v1ywnx] (idoc.pub).
Esta inclinación hacia el totalitarismo se advierte más claramente en la parte final del discurso, en la que aboga por un gobierno mundial que posea autoridad suficiente para controlar las causas del cambio climático. Es la ideología del NOM (Nuevo Orden Mundial) que se espera que traiga consigo la desaparición de las naciones, de los hoy Estados soberanos y en general de las autonomías comunitarias. Razón ha tenido Nicolás Morás al calificar a su autor como agente globalista (vid. (20+) Nicolás Morás - Publicaciones | Facebook). Sus nexos con los promotores del NOM han sido desafortunadamente desdeñados por quienes orientan o más bien desorientan a nuestra opinión pública. Es un hecho que muchos de los que votaron para llevarlo a la presidencia no eran conscientes de sus funestos propósitos y ahora dicen estar desengañados. Pero, después de ojo sacado, no hay Santa Lucía que valga.
En el fondo, su propuesta radica en un modelo económico de mera subsistencia, como el cubano. Adiós a las comodidades que nos ofrece la sociedad de consumo, que al parecer considera más perjudiciales que la cocaína.
El discurso de Zarzal contiene varias cargas de profundidad.
Mencionaré en primer lugar su virulento ataque contra los congresistas que se muestran reticentes para aprobar sus muy discutibles iniciativas en lo tocante con la salud, las relaciones laborales, las pensiones y el régimen agrario. Acusa descaradamente a los congresistas de ser agentes de propietarios de latifundios y no de las legítimas aspiraciones comunitarias. Y los amenaza con la movilización campesina que ya se sabe hacia dónde podría llegar. Los bloqueos, las invasiones de tierras, la violencia contra los propietarios y, en suma, el recrudecimiento de los conflictos agrarios serán las consecuencias previsibles de esta política, que ya va mostrando sus garras con el apoyo gubernamental a las guardias campesinas, cimarronas e indígenas llamadas a usurpar el papel de la fuerza pública.
No obstante su mendaz compromiso de no acudir a la expropiación, rubricado ante notario durante la campaña presidencial, el gobierno en emergencia que acaba de anunciar se aplicará a perseguir a los propietarios de fincas para despojarlos de ellas a cambio de compensaciones irrisorias e inseguras.
Aunque en la campaña presidencial habló de la industrialización del país, su discurso en Stanford plantea todo lo contrario, en función de lo que considera como justicia ambiental. Y aunque en el discurso de Zarzal aboga por poner la tierra a producir alimentos que sacien el hambre que cunde en los núcleos urbanos, lo cierto es que el desorden que va a generar en el agro traerá consigo desabastecimiento, carestía y quizás hambruna. Es enemigo declarado de la ganadería, siendo la carne nuestro principal proveedor de proteínas, de las cuales desafortunadamente sufrimos un acusado déficit en nuestra dieta alimenticia.
El que tenga oídos, que entienda.