Apuesto que los indignados y los tontos que todavía creen en eso del optimismo y el pesimismo, dirán que soy un promotor de lo segundo y un antipatriota por no pensar positivamente, pero afortunadamente “no me importa”, porque ignorar las estupideces es el único capital que he podido construir con el tiempo.
Pero si de verdad saben leer y tienen más de dos neuronas haciendo sinapsis, entenderán que, por el contrario, lo que diré tiene el propósito que finalmente todo sea mejor, así resulte difícil de tragar.
Desde hace meses me preguntan que: ¿cómo veo la cosa? y si antes decía con dolor y rabia que mal, desde hace unas semanas, todo cambió. Como desafortunadamente no estaba equivocado pensando desde antes de posesionarse el nuevo gobierno, que iríamos rumbo al colapso, ahora estoy convencido que es lo mejor y lo único que debe pasar.
Pensando en el futuro medio y largo de Colombia, necesitamos que el futuro cercano sea calamitoso, y afortunadamente este gobierno lo conseguirá. Veo a muchos colegas, amigos y columnistas intentando con argumentos nacidos de la experiencia y la inteligencia, convencer a una tribu de vengativos ideologizados que sus “maravillosas propuestas” están equivocadas. Como si ellos realmente pudieran y especialmente, quisieran entender y oír verdaderas razones y argumentos. No sigan perdiendo el tiempo intentando por la vía de la razón convencer a quienes actúan por fracasadas consignas ideológicas alejadas de la realidad. No sigan ladrándole a la luna.
Estamos en camino de una dictadura que hará retroceder este país todo lo que había alcanzado en 70 años de esfuerzos y sacrificios. Si los irresponsables que votaron por el nuevo gobierno y los que se abstuvieron porque decían que no eran ni lo uno ni lo otro, no comen “m”, no entenderán que cometieron un error. Las consecuencias son más elocuentes que los argumentos. Así resulte doloroso, hay que dejar que el país se acerque al abismo que lo están llevando. Seguir argumentando es inútil.
Lo mejor que hay que hacer es ayudarles a los ineptos que ahora mandan a que las cosas colapsen. Dejen de hacer oposición “constructiva”, proponiendo cosas para que el gobierno no se equivoque tanto. ¡No! Hay que ayudarle, y además visibilizar y amplificar sus errores. Si no es absolutamente necesario, no invierta más en Colombia, no genere más empleos, no gaste sino lo estrictamente necesario, no salga a comer, no de propinas, gaste afuera del país, deje que las cosas sigan su curso a ver si los ingenuos o cómplices que votaron por el nuevo gobierno, entienden la estupidez que cometieron y deciden que hay que volver a empezar, pero borrando definitivamente del tablero la fracasada opción del progresismo y socialismo del siglo XXI.
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 20 de febrero de 2023.