Como ahora dependemos de los algoritmos, vale saber que cada uno de ellos es un grupo de operaciones organizadas de manera lógica y ordenada, que permite solucionar un determinado problema. El algoritmo trata de una serie de instrucciones o reglas establecidas que, por medio de una sucesión de pasos, permiten arribar a un resultado o solución.
Han pasado 65 días desde las elecciones el 13 de marzo y no se conoce el final de su extraño e interminable escrutinio y, por tanto, no se han expedido las credenciales de los nuevos congresistas. El dizque “preconteo” fue adicionado con crecientes cifras, primero, por medio millón; luego, por un millón, y hasta se ha hablado de millón y medio de votos, casi todos para inflar las curules del “Pacto Histórico”.
Aquí lo único histórico es que jamás en la historia de Colombia se había visto nada parecido. A pesar de la mala información, dada apresuradamente al señor presidente, no hubo únicamente “irregularidades”, como él opinó, porque lo que impera es un nauseabundo olor a fraude.
Todas las denuncias, las investigaciones prometidas, las modificaciones para los formularios E-14, las auditorías internacionales anunciadas, son meras palabras que se lleva el viento. Lo mismo puede decirse, hasta ahora, del reconteo total de votos decretado por un Tribunal de Cundinamarca.
Los hechos principales son:
- El registrador Vega Rocha, antiguo colaborador de Ernesto Samper en UNASUR (!), fue escogido por el grupo formado por los magistrados mamertos que presiden las llamadas “altas cortes” (!), que nunca lo van a suspender, investigar o sancionar.
- El registrador, a finales del año pasado negoció el algoritmo para el cómputo de las elecciones con la muy cuestionada firma INDRA, controlada por el gobierno español de Sánchez e Iglesias (!)
- Poco antes de marzo, el registrador despidió a 300 funcionarios de la entidad, para cambiarlos por dóciles agentes suyos.
- La mayoría absoluta de los jurados electorales procede de las filas del sindicato FECODE, de extrema izquierda, debidamente aleccionados para diligenciar de manera incorrecta los formularios E-14 (!).
- Como afirma con pruebas ante la Fiscalía el abogado Sergio Alzate, de la Fundación Colombia Transparente, los jurados tuvieron la oportunidad de votar dos veces… y muchos de ellos se aprovecharon de esa indebida circunstancia.
- Antes de marzo, Petro viajó a España, donde se reunió con los señores de INDRA, probablemente para tomarse un buen café…, pero las recientes filtraciones, que dan cuenta de una “Registraduría paralela” organizada por su campaña, indican la posible disposición, por parte de ella, del codiciado algoritmo que les ha permitido la inmediata contabilización de centenares de miles de votos.
- A pesar del monumental despilfarro de 1.5 billones de pesos, del increíble desorden, de la manipulación de cifras, de los contundentes indicios de abundantísimo fraude y de favorecimiento a la extrema izquierda, el registrador sigue tan campante…
- Como lo ha expuesto en su incontrovertible memorial la doctora Vivian Morales, solo la Procuraduría puede investigar, sancionar o destituir al registrador. En vez de actuar dentro de la ley, de manera inmediata como lo exige la gravedad de las denuncias, la procuradora general ha manifestado que en el caso del registrador, hay que “investigar antes de suspender”, mientras a Pinturita, primero se lo “suspendió”, para luego investigar.
Ahora bien, a dos semanas de unas elecciones definitivas de las que depende que Colombia conserve el modelo de la democracia representativa y las libertades individuales o siga la senda de Cuba y Venezuela, es intolerable que estas se escruten a través de un algoritmo que nadie conoce.
En cambio, en la mayoría de los países democráticos no se admite el cómputo electrónico de las votaciones, porque un algoritmo desviado puede, por ejemplo, por cada voto por el candidato A, apuntarle al candidato B, digamos 1,00012 votos, con las inevitables consecuencias…
Aun si a última hora se suspendiera al registrador, su separación del cargo nada garantiza (salvo provocar un escándalo de Petro), porque el personal que él escogió y el algoritmo de INDRA, único proponente favorecido por Vega, seguirían el curso inexorable y predeterminado que puede suponerse…
¡A ojo sacado no vale santa Lucía!: No hay tiempo para contratar la auditoría internacional y esta también puede ser escogida ad hoc, para validar los resultados de ambas elecciones, o puede no ser contratada nunca, en medio de la euforia de los triunfadores.
Lo mismo puede ocurrir con el reconteo ordenado por el Tribunal de Cundinamarca.
Es necesario decirlo: lo único que podría dar tranquilidad al país sería la ejecución de una auditoría imparcial y técnica del famoso algoritmo y un recuento de la votación de marzo 13, antes de la elección para presidente, lo que no se hizo y que, como van las cosas, jamás se hará, si el país prefiere el formalismo jurídico a la legitimidad constitucional, que solamente puede recuperarse con un escrutinio intachable e inobjetable, para lo cual es necesario aplazar valerosamente la elección de presidente, hasta que se cumplan las condiciones reales para su validez.