Más conocimiento y menos títulos podría ser una enseña para el futuro de la educación. Esto implica estudiar toda la vida, mirar lo pertinente del presente y avizorar lo del futuro.
Todavía nos falta en educación escolar de primera infancia. Necesitamos que el 10000 de los bachilleres tenga titulación académica y técnica, hoy el 25%.
Requieren arribar a su grado con una sólida introducción a la programación de computadores. Si a esto se suma el necesario inglés encontrarán empleo digno en el país y por fuera. Y podrán seguir avanzando en estudio y en la escala académica.
El Sena ha sido una institución ejemplar pero para este reto requiere ajustes profundos, de lo contrario, con 43 mil funcionarios, corre el riesgo (le anquilosarse. En un ejercicio participativo, con toda la fuerza laboral, debería definirse la ruta para estar en todos los municipios de Colombia. Con una mezcla equilibrada de formación presencial y virtual, también con instructores itinerantes y con la ayuda de todos los liceos de bachillerato, públicos y privados.
Y, fundamental, definir el grupo de nuevas tecnologías. Hay que recuperar y renovar la idea de los talleres de artes y oficios, que trajeron los alemanes al final del siglo diez y nueve. En nuestra época artes y oficios con un elevado componente tecnológico, con la sala virtual y la relativa frecuencia presencial. Con el apoyo de todas las empresas. Y con más oportunidades de aprendizaje, de formación práctica para bachilleres, tecnólogos y universitarios.
No dejamos de aplaudir la gratuidad universitaria, el balón está en los rectores para ampliar la cobertura virtual en todas las universidades.