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Pedro Aja Castaño   

Asumamos por un momento que la humanidad, o cierta colectividad, es un laboratorio cuyo observador permanece oculto por razones que solo él conoce. También existe la posibilidad de que el observador original se haya desentendido del asunto, se haya ido a dormir y su papel haya sido sustituido por un aprendiz de científico. No sabemos si el dueño del laboratorio o el aprendiz son buenos, malos o neutrales porque sus motivos escapan a nuestra comprensión. Y asumamos también que el campo de la química es el más sencillo para ‘comprender’ objetivamente ciertas conductas humanas para no recurrir a opiniones, filosofías, teorías.

Ahora bien, un catalizador es algo que provoca un proceso, cambio o reacción de cualquier tipo. La palabra se utiliza normalmente copiando el discurso educado de otra persona, olvidando el origen químico del término. En química la CATÁLISIS es el proceso por el cual CAMBIA LA VELOCIDAD DE UNA REACCIÓN química a causa de una sustancia llamada CATALIZADOR.  

Si hacemos de la química una alegoría para entender los escenarios humanos tendríamos que los contendores u opinadores políticos son como los catalizadores y el diálogo sería la catálisis con los inhibidores de silencio y reflexión para que se dé un ESCENARIO FUNDAMENTAL DE CONSTRUCCIÓN. Tendríamos entonces que el silencio y la palabra respetuosa sería la química correcta del diálogo para que no suceda que los envenenados por la incomprensión de lo que ocurre se conviertan en el veneno político que nos extermina en silencio con cualquier chisgarabís que sepa manejar reactivos.

Actualmente ¿cuáles podrían ser los ESCENARIOS FUNDAMENTALES DE COSNTRUCCIÓN? El cambio climático, una política mundial para manejar fricciones y evitar guerras, la manipulación de la demografía y los recursos naturales y transformados, la amistad con la naturaleza, situación fiscal, desigualdades. Pero estos escenarios necesitarían la creación de UNA NUEVA MENTALIDAD COLECTIVA, basada en el amor y el altruismo para los que se necesitarían CATALIZADORES SABIOS Y VIVOS; es decir, UN NUEVO MODO DE SER HUMANO que sería posible comenzando con el CONTROL INTERNO de las pasiones. Sobre esta posibilidad hay un terrible SILENCIO POLÍTICO  porque tal posibilidad AVERGÜENZA, ya que no es rentable para el individuo, pero sí lo sería para el estado.

Un ejemplo. LA AVARICIA. ¿Cómo afecta la codicia a la economía? La codicia contribuye a todos los males económicos y financieros de las sociedades prósperas. La codicia influye en el deseo popular de crecimiento del PIB (más, más rápido), ganancias financieras (precios de la vivienda más altos como derecho humano) y seguridad económica total (pensión garantizada, pase lo que pase). De ahí la idea de que necesitamos aumentar los salarios a causa de la inflación que en realidad es al revés. La inflación se debe a que subimos los salarios. La inflación es causada por la codicia de los humanos: codicia por la riqueza, el reconocimiento personal y la necesidad de sentirse importante porque consume más. Hasta el punto de que la palabra ‘millonario’ hoy no significa nada espectacular por lo que se necesita ser ‘multi millonario’; y entre los ricachones gringos ‘multi billionaire’. Y no hablemos de las otras ‘hermanitas’ de la avaricia: la soberbia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza.

Por todo lo anterior, no sé si podríamos pensar en una ‘economía’ en la que el valor adquisitivo de la moneda estuviera determinado por los actos de bondad que son puestos a circular por el BANCO DEL BIEN SUPREMO y su ‘doctrina económica’. Y contradiciendo al socialista francés Thomas Piketty y su libro “Capital e Ideología” yo diría que lo que necesitamos estudiar es la ‘VERDADERA IDEOLOGÍA PARA EL CAPITAL ETERNO’.

Pero obviamente esa sería una economía para una sociedad de diferente nivel. Sin embargo, la entrada a ese ‘club’ es muy difícil porque hay que pasar la prueba iniciática de la muerte real con la conciencia de la verdadera paz que requiere una difícil y permanente ascética de la renuncia que nos toma toda la vida aprender. Hay sociedades secretas que fingen esa iniciación para darse importancia y ‘vender’ los secretos de la vida eterna. Pero eso es paja; porque la verdadera iniciación es pasar la prueba de la vida real y ‘resucitar’ en el más allá con el vestido construido en esta dimensión con la ayuda del verdadero sastre.

Dicen que allá nos ayudan a remendar o lavar el vestido a la mayoría; porque son muy pocos los que pasan sin mancha para asistir a la boda del Cordero. Aquí los llamamos santos. También los hay a los que la muerte les destruye su vestido de apariencia y allá llegan en cueros, mostrando lo que realmente son y así se quedan. Pero desconocemos los alcances infinitos de la misericordia divina, basada en el verdadero arrepentimiento.

Como podemos ver esta ‘economía moral’ es muy diferente a la que manejamos aquí basada en mediciones con parámetros adaptados a los intereses de cada quien. Hay que volver a la verdadera escuela del alma y oír y poner en práctica las recomendaciones del Maestro de todos los maestros. Y ¿Qué podría pasar en esas circunstancias?

Que se utilicen los catalizadores de la subversión al máximo. ¿Cómo? Se escoge un escenario, la corrupción, por ejemplo, y ahí tendrá el futuro dictador para explayarse de lo lindo en época electoral. Pilas con los acusadores de los pecados ajenos, que tienen condenada su propia alma.

Publicado en Columnistas Nacionales

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