Jorge Enrique Pava
Jorge Enrique Pava
Hace exactamente cuatro años, mientras el entonces candidato Carlos Mario Marín lloraba arrodillado ante los incautos habitantes del barrio San José; o recorría la ciudad en buses y busetas prometiendo ser el cambio; o se vestía de verde arlequín para atraer a esperanzados jóvenes de su generación; o se paseaba en una camioneta supuestamente “anticorrupción” posando de honesto y salvador; o montaba en su bicicleta como mico de circo atrayendo desprevenidos ciudadanos; o asistía a cultos de diferentes religiones declarándose devoto de la que le correspondía en su día; o hacía gala, en fin, de sus dotes histriónicas con las que ocultaba la mentira, falsedad y perfidia que lo caracterizan; mientras eso pasaba, repito, advertíamos el peligro de caer en las fauces de este lobo disfrazado de oveja, y develábamos la realidad que encarnaba al ser más siniestro que ha ocupado la alcaldía de Manizales.
Jorge Enrique Pava
El Pacto de la Picota, tantas veces negado en la campaña de Petro, es una realidad. La impunidad se extiende de una manera trágica hasta alcanzar el perdón exprés para los peores criminales del país, mediante leyes espurias, en el fondo acolitadas por las Altas Cortes, y que van a desatar una tragedia social en esta pobre Colombia.
Jorge Enrique Pava
El 12 de octubre de 2004, la señora Beatriz se inscribió en el Sistema Único de Registro de la Población Desplazada, de la Presidencia de la República, pues tuvo que salir de su lugar de origen (Vereda Corozal, Villamaría, Caldas) como víctima del conflicto armado que vive Colombia. Con esta inscripción, el Estado colombiano dice cumplir con el requisito para atención a las víctimas y se manifiesta como si estuviera dispuesto a protegerlas y velar por su seguridad y calidad de vida. Es decir, prácticamente asume que con que la víctima entre a engrosar una extensa lista de desplazados, ha cumplido su misión de protección y asistencia.
Jorge Enrique Pava
No tiene uno que ser un genio ni una lumbrera para comprender que Aerocafé es de una importancia mayúscula para nuestro desarrollo y progreso. Pero sí tiene uno que ser muy mezquino o perseguir demasiados intereses personales para torpedear un proyecto que, por ahora, tiene asegurada una primera fase con recursos en fiducia, CDP, actos administrativos irreversibles y activos tangibles convertibles en dinero. Y lo digo porque en el inicio de campaña electoral, se vuelven a sentir las reacciones de quienes creen que atacando el aeropuerto van a destruir al gobierno, y utilizan esta arma innoble como estandarte de campaña.
Jorge Enrique Pava
Honorable diputado:
Jorge Enrique Pava
Que Gustavo Petro haya incumplido su agenda en 82 ocasiones en un escaso año de gobierno no resulta extraño, pues la soberbia con la que se comporta en todos los ámbitos de su vida no permite esperar nada diferente. Son 82 desapariciones que, sumadas a más 20 viajes internacionales, promedian dos incumplimientos semanales en compromisos de todo tipo. Ha irrespetado a las Altas Cortes, gremios económicos, alcaldes, gobernadores, fuerza pública, centrales obreras, ministros y misiones extranjeras. Es decir, ha pisoteado a todo el mundo sin importar las consecuencias, pues su principal propósito es cumplirles a los criminales, terroristas, asesinos y convictos para quienes siempre está disponible y presto a generarles impunidad, indulto y perdón.
Jorge Enrique Pava
De los resultados de las elecciones regionales de octubre 2023 depende gran parte del futuro del gobierno Petro cada vez más díscolo, autoritario, corrupto, inepto, pendenciero y desorientado. El pueblo lo sabe y, a pesar de que las voces críticas se incrementan exponencialmente, seguimos corriendo el riesgo de que la apatía que provocan unas campañas fundadas en los odios, el resentimiento, los defectos del adversario y la descomposición partidista, nos lleven a elegir a sujetos incapaces como Carlos Mario Marín y a entregarle el poder a mafias como las que él y su primo, el representante Osorio, encabezan en Manizales y Caldas.
Jorge Enrique Pava
A quienes nos tocó vivir la Colombia desolada, atemorizada, encerrada en sus viviendas, encarcelada en sus territorios, secuestrada en sus ciudades y acechada por todo tipo de intimidación, amenaza y persecución, se nos revuelve el alma al ver cómo los terroristas volvieron a apoderarse del país, y cómo el gobierno Petro admite que esos bandidos patrullen poblaciones como si fueran la autoridad, mientras el ministro de defensa recrimina, por “imprudente”, a una mujer miembro del ejército, que cometió la gravísima falta de transitar con sus hijos libremente por una vía del territorio nacional y fue víctima de secuestro por el ELN.