Es nuestra triste realidad. Y la tenemos que soportar en medio del incremento de la barbarie, la inseguridad, la inestabilidad económica, la pérdida de valores y el desconsuelo de millones de colombianos que lloramos esta nueva Colombia. Esta Colombia que destruyen sin compasión y que amanece cada día con un nuevo asalto institucional, un nuevo despropósito, un nuevo indulto y un nuevo descaro a favor de la criminalidad y el terrorismo. La Colombia que Petro corroe y que vemos caer en pedazos.
Y entonces, ¿qué podemos hacer los ciudadanos de bien ante esta barbarie? ¿Cómo podemos controlar el derrumbe moral e institucional que nos agobia? ¿Con cuáles acciones inmediatas frenaremos los desafueros de un gobierno absolutamente desbordado y prepotente?
La respuesta está más cerca de lo que pensamos y solo se requiere de voluntad política, firmeza de carácter, participación democrática y utilización de los mecanismos constitucionales. ¡Sí! ¡Depende de nosotros mismos y de alejarnos de la pasividad que ha permitido que las lacras accedan al poder, abusen de el, se sostengan incólumes y, lo que es peor, que pretendan perpetuarse a través de terceras personas que salen a la luz pública como seudo salvadores del caos que ellos mismos han provocado.
Porque estamos a tres meses de unas elecciones regionales que pueden significar un golpe certero contra gobiernos mafiosos como el de Marín-Osorio en Manizales, que es la imagen a escala del gobierno nacional. Un gobierno desvergonzado, díscolo, incumplido, mafioso, corrupto, pueril, desastroso y mitómano que ha llegado a límites insospechados de descaro y perversión ante una sociedad cada vez más pacata, indolente y resignada.
Tres meses en los que hay que mover la abstención para que salga a las urnas el 29 de octubre y, con su voto, demuestre el repudio que Manizales siente por un alcalde que tiene la ciudad sumida en el desastre, la miseria y el caos. Tres meses para demostrarle a Petro, a través de una derrota contundente a su candidato (que es el mismo de Carlos Mario), que estamos despiertos y dispuestos a manifestarnos en contra de sus medidas atrabiliarias, déspotas y dictatoriales.
Porque esta es tal vez la última oportunidad que tenemos para salvar el país. Si dejamos que los candidatos petristas (que en Manizales y Caldas son los de la mafia Marín-Osorio) accedan al poder y sigan derruyendo nuestra ciudad y departamento, estaremos legitimando las acciones viciosas, perversas y degradantes que hoy padecemos. Estaremos reincidiendo en la peor catástrofe que nos hemos causado al elegir a ineptos, corruptos y descarados como el alcalde Marín quien, increíblemente, aspira a dejar su sucesor en la alcaldía de Manizales.
Tenemos pues una meta clara en las próximas elecciones: derrotar con contundencia la mafia que nos gobierna y desterrarla como opción política de una vez por todas. Tenemos que quitarles el poder que han manejado en su propio beneficio y que los tiene navegando en este mar de impunidad. Tenemos que demostrar que el pueblo es superior a sus dirigentes y procurar que, aunque tarde, la justicia opere y se produzcan los castigos y las penas a la mafia Marín-Osorio.
Si no reaccionamos ya, estaremos condenados a ver cómo Marín entra a ocupar un alto cargo en el gobierno Petro, cuando lo máximo que merece es un nombramiento como gestor de paz, pues su perfil y prontuario son los ideales para acceder a esta “honrosa” distinción. ¡Tenemos que ser conscientes de que derrotando a Marín-Osorio estamos derrotando a Petro!
JORGE ENRIQUE PAVA QUICENO
C.C. 10.259.699 DE MANIZALES