Vamos a recuperar el Jardín Botánico de las angustias a las que lo ha sometido. Vamos

a proteger el aeroparque Olaya Herrera, evitando que se vuelva un lote de engorde, al encarecer la tierra para negociar con los urbanizadores. Vamos a volver por la ciudad amable sin las basuras queahora se encuentran en todas sus calles. Otra vez Telemedellín volverá a ser el canal de los medellinenses y no el del alcalde que busca usarlo para mejorar su propia imagen. Medellín será nuevamente la ciudad de las calles sin huecos. Los guardas de tránsito los volveremos a ver en las vías organizando el tráfico que se ha convertido en un caos.

Los silleteros tendrán los recursos y el apoyo de la administración del municipio, ellos son orgullo de los medellinenses. Atraen infinidad de turistas para presenciar un espectáculo que no se ve en ninguna otra ciudad del mundo. Volveremos a ser la metrópoli de la tecnología y de la innovación. Los contratos serán públicos con oportunidades para todos, no solo para los amigos o parientes de los administradores.

Capítulo aparte merecen las Empresas Públicas de Medellín, a las que trató de acabar por el fortuito caso de Hidroituango, que con su intervención oportuna rescató el presidente Duque y que ahora aparecen vallas del alcalde Quintero como el salvador de la continuidad de la obra. Como lo dijo el presidente Uribe en estos días, el que miente roba.

Todo lo anterior es el sueño que tengo para Medellín y la esperanza de los habitantes de la ciudad, para que vuelva a ser la tacita de plata que se había conseguido durante toda la historia de buenas administraciones, con pocas excepciones como cuando la dirigieron algunos cercanos y consejeros del actual alcalde.

Es el compromiso histórico que tenemos quienes queremos una ciudad mejor, el de votar sí a la revocatoria, aunque Quintero ponga todas las trabas, las amenazas, los insultos, las acusaciones y obligue a todos sus funcionarios áulicos y algunos importados, a trabajar contra los buenos ciudadanos. Medellín merece algo mejor de lo que tenemos administrándola. Nunca se había hablado de revocar a un alcalde de la ciudad. Los ha habido buenos, regulares y malos, pero en ningún caso como el actual, que llegó a su cargo con engaños y promesas falsas e incumplidas.

Medellín, en buena parte, debe su desarrollo, imagen y crecimiento económico al Grupo Empresarial Antioqueño, razón suficiente para que el alcalde no lo quiera y trate de acabarlo.

Buen comienzo se ha convertido en fortín político, en el hospital General los contratos se hacen con vigencias futuras. Metrosalud plagada de politiquería, lo mismo el Inder; hoy todas éstas instituciones están al servicio de las campañas al Congreso

https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 30 de diciembre de 2021.