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María Isabel Rueda 

‘Tener teflón’ es la clave del político al que, sin importar las metidas de pata, no le sucede nada.

El teflón es la marca de un químico sintético descubierto desde 1938. Entre otros usos, sirve para forrar externamente una variedad de productos, ¡sartenes!, porque reduce la fricción, crea una superficie no pegajosa y resiste hasta 300 grados centígrados sin quemarse.

También se le ha encontrado un uso político. ‘Tener teflón’, desde la era Ronald Reagan, es la clave de un político al que, sin importar las metidas de pata que cometa, no le sucede absolutamente nada. Reagan tenía teflón.

Lo mismo le está pasando a Gustavo Petro. No importa cuantas cosas extremas, inapropiadas, políticamente incorrectas o hasta bordeando en el delito él haga: no se raya, no se pega y resiste escándalos de altísimas temperaturas sin quemarse. Petro tiene teflón.

Eso ha quedado demostrado nuevamente, luego de las gravísimas declaraciones que ha dado el legendario exgeneral venezolano Hugo ‘el Pollo’ Carvajal, jefe de inteligencia y contrainteligencia de Chávez y Maduro, ante la Audiencia Nacional de España. Según él, varios proyectos políticos de izquierda han recibido financiación del régimen para exportar la revolución chavista, el “socialismo del siglo XXI”; Kirchner en Argentina, Evo en Bolivia, Lula da Silva en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, Humala en Perú, Zelaya en Honduras, Podemos en España, Cinco Soles en Italia y Gustavo Petro en Colombia.

La gravedad de esta mención es evidente. Carvajal, apodado también ‘Houdini’, por su habilidad para escaparse y mantenerse oculto sobre todo del brazo de la justicia de EE. UU., finalmente fue recapturado en España y, por fin, está ‘ad portas’ de su extradición a EE. UU., donde podrá correr con la misma suerte del barranquillero Álex Saab: o cuenta lo que sabe del régimen Maduro o paga más de 20 años de cárcel.

Es cierto que ‘el Pollo’ soltó sus acusaciones y aún no las sustenta probatoriamente. Veremos si lo hace. Pero ya Petro salió a asegurar que no conoce ni al ‘Pollo’ ni a Álex Saab. El problema es que lo que se le preguntaba no era eso, sino si alguna vez había sido financiado políticamente por Venezuela. ¿?

Esta acusación del ‘Pollo’ Carvajal tiene un antecedente. El de Diosdado Cabello, el hombre más importante del régimen después de Maduro, quien, en el 2018, dijo: “Para acá vino una vez ese señor Petro a pedir apoyo para su campaña. Y resulta que ahora los chavistas hieden. Por eso es que perdió y no va a ganar nunca, porque los pueblos desprecian a los guabinosos, que no asumen responsabilidad”. Esa, señor Diosdado, es una de las ventajas del teflón.

Petro le respondió: “No me interesa el apoyo de Maduro porque no hay revolución en una rosca que se perpetúa solo para captar rentas petroleras. Eso no es revolución”.

Algún tiempo después ocurrió el incidente de la chuspa de plata que Petro recibió en la casa de un exfuncionario que grabó la reunión a escondidas suyas. Nada bueno sugería ver en ese video a Petro contando en la penumbra plata en efectivo. Esta vez, el teflón de Petro le funcionó de maravilla en la Corte Suprema de Justicia. En uno de los pronunciamientos más estrambóticos de nuestro mundillo judicial, la Corte cerró la investigación argumentando que no la podía adelantar porque el caso, ocurrido hace 16 años, estaba prescrito. Pero, a continuación, pronunció un dictamen que contradictoriamente solo puede ser producto de una investigación. Dijo que la plata recibida por Petro en esa chuspa tenía “origen lícito”. ¿Si no investigó, cómo supo? Secretos del teflón...

Ahora, con las afirmaciones del ‘Pollo’ Carvajal acerca de la supuesta financiación de su campaña, es razonable pensar que a Petro tampoco le va a pasar nada, aunque sea tan grave recibir plata de Odebrecht, para con ello pretender manejar los hilos de la contratación, que recibirla del régimen Maduro, que sabrá Dios a qué aspiraría en caso de que Petro gane las elecciones.

Y como si fuera poco, ahora Petro le pide a la Corte Suprema, una plaza en la que se siente cómodo con su teflón, que le abra investigación por las declaraciones de Carvajal sobre financiación de sus campañas. Pero no deja de ser un oso pedirle a la Corte Suprema que investigue al ‘Pollo’, que se le voló al gobierno Maduro, que se les voló a los EE. UU. en Aruba, que se les voló a las autoridades españolas y llevaba rato esquivando la recompensa de 10 millones de dólares que se ofrecía por su cabeza.

Pero como Petro tiene teflón, nadie se lo va a cobrar.

Entre tanto… Caterine Ibargüen es una de las mejores cosas que ha producido este país. Va a dar un nuevo salto largo, y ya se la van a comer viva porque, en lugar de la farsa de las firmas, buscó el camino de un partido. La realidad también se puede cambiar desde adentro.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 23 de octubre de 2021.

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