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El Colombiano (Editorial)

Al Gobierno Duque puede que no lo recuerden por ninguno de los temas que hoy se roban los titulares, sino por el gran impulso que les ha dado a las tecnologías limpias, como la eólica, la geotérmica y el hidrógeno, para consolidar la transición energética de Colombia. El potencial del país es enorme. El interrogante es si van a llegar las inversiones que se necesitan.

Colombia acaba de poner en marcha la hoja de ruta que incorpora el hidrógeno como uno de los combustibles del futuro. Esta opción de energía limpia ha tomado fuerza en todo el mundo y no es un sueño. La tecnología existe desde hace varias décadas. De hecho, lo usó la Nasa en las naves espaciales y el primer motor de combustible de la historia funcionó con hidrógeno.

El hidrógeno, primer elemento de la tabla periódica, es el más abundante, sencillo y ligero. Al reaccionar con el oxígeno genera energía limpia que no emite ni gases de efecto invernadero de manera directa durante su uso final ni, prácticamente, ningún otro contaminante.

La buena noticia es que Colombia cuenta con un enorme potencial para convertirse en un referente mundial en su producción. Según el estudio que durante varios meses hicieron en conjunto el Gobierno y el sector privado, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Colombia podría contar con las dos tecnologías que permiten extraer el hidrógeno: azul y verde. Su desarrollo permitiría la reducción entre 2,5 y 3 millones de toneladas de CO2 en la próxima década, impulsando también la descarbonización de sectores como transporte pesado y marítimo y procesos industriales intensivos en energía. En cuanto a los usos del hidrógeno como combustible, puede decirse que son múltiples.

Las metas de Colombia son ambiciosas. Gracias a la privilegiada posición geográfica, el país podría perfilarse como un actor de primer nivel en el mercado internacional. El hidrógeno verde producido en la Guajira podrá llegar a Asia, Europa y Estados Unidos.

Si se cumplen los planes trazados, esta sería una de las claves para acelerar la meta que se fijó el país de reducir en 51 por ciento los gases de efecto invernadero para el año 2030.

Todo lo anterior suena maravilloso, pero ¿qué tan viable y rápido es su desarrollo? Expertos ven interrogantes en los altos costos que requiere esta tecnología, que podrían ser, incluso, más altos que otras alternativas, como el gas natural. En este orden de ideas, el reto del país será atraer a grandes inversiones. Aquí hay que recordar que ya existe una Ley de Transición Energética (el presidente Duque la sancionó a mediados del año), que podría ser un buen atractivo. Esta Ley reconoció el hidrógeno azul y el verde como fuentes no convencionales de energía, que podrán aplicar a beneficios tributarios como la deducción del impuesto de renta, exclusión de IVA, exención de aranceles y depreciación acelerada.

Según el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, se podría atraer inversiones entre dos mil quinientos y cinco mil millones de dólares al 2030, con un potencial para generar entre siete mil y quince mil empleos directos. Lo importante es continuar con firmeza en la diversificación de la matriz energética. El país ha multiplicado por más de diez veces la capacidad instalada de fuentes no convencionales de energía renovable con 304 megavatios, que equivalen a la energía que necesitan unas 283.600 familias. Actualmente, existen quince granjas solares, siete proyectos de autogeneración a gran escala y más de mil quinientos proyectos de autogeneración a pequeña escala. Este año, la meta es contar con 570 MW, gracias a la entrada en operación de seis proyectos adicionales, y en 2022 se habrá aumentado cincuenta veces la capacidad instalada de energía limpia al superar los dos mil megavatios en proyectos solares y eólicos. En dos semanas, se realizará la tercera subasta de Contratos de Largo Plazo, que permitirá sumar más energía renovable no convencional a la matriz energética.

Este es uno de los mayores retos que tiene el país frente al agravamiento del cambio climático y el aumento de la demanda energética. Sin duda, el tema también deberá estar en la agenda de los candidatos que aspiran a gobernar a partir de agosto del próximo año.

https://www.elcolombiano.com/, Medellín 06 de octubre de 2021.

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