El mundo no deja de estar sorprendido e impresionado con las imágenes que dan vueltas en los medios de comunicación y en las redes sociales, a partir de la decisión de Estados Unidos de retirarse de Afganistán, la rápida toma de los talibán de las principales ciudades, de la capital, Kabul, y del aeropuerto, donde ha finalizado la evacuación de todo el personal militar y civil que apoyó la intervención norteamericana y de sus aliados. Bombas, muertos, heridos y desplazamiento han sido hechos recurrentes en estas últimas semanas. El tema de la invasión a Afganistán es altamente complejo, tal y como lo hizo explícito Obama en sus memorias al afirmar: “Si llegar a un plan para retirarse de Irak fue realmente sencillo, encontrar nuestra salida de Afganistán fue cualquier cosa menos eso”. Más allá de todos esos lamentables y horribles hechos, es necesario preguntarse por los efectos geopolíticos de una decisión de semejante envergadura.
Desde la geopolítica saltan varios temas, que son los que deben preocupar al mundo occidental: China pareciera tomar ventaja en el Medio Oriente después de la salida, y quizás fracaso, de la larga intervención occidental liderada por Estados Unidos y varios países aliados. China seguramente hará lo que sabe hacer, lo que, de hecho, ha venido haciendo en otros países del mundo: realizar inversiones en infraestructura, prestar recursos a cambio de ciertos commodities o contribuir y participar en sectores claves, tal y como está haciendo en Venezuela con el petróleo. Dadas las cercanías del movimiento talibán con Pakistán, se pone en riesgo la estabilidad con países como India, a causa de las disputas entre ambos por Cachemira, factor que Estados Unidos siempre ha tenido en cuenta en Afganistán. Un tercer elemento que hace aún más complejo el panorama geopolítico es lo que ha sido señalado por The Economist: el mundo tendrá que lidiar con el impulso al yihadismo más allá de las fronteras de dicho país a consecuencia de la salida de Estados Unidos. Esto último conlleva a más inestabilidad en una región altamente volátil, donde coexisten lo que se conoce como “estados armados nucleares”.
Hay otras dos consideraciones que merecen ser tenidas en cuenta: en primer lugar, la situación de la condición de la mujer en ese país con la irrupción de los talibán preocupa enormemente, al afectar de manera directa sus condiciones de igualdad en el acceso a la educación, en su participación en el mercado laboral y en sus libertades individuales. Es necesario que todo el peso de las organizaciones multilaterales caiga sobre este nuevo régimen, de tal forma que se puedan realizar acuerdos para garantizar unas condiciones de libertad y oportunidad para ellas. Eso es lo mínimo que se le puede pedir a dicho sistema en estas circunstancias.
En segundo lugar, muchas de las cadenas de televisión y redes sociales han comenzado a mostrar el desplazamiento que se ha causado con la llegada de los talibán. El mundo y, en particular, el sistema multilateral deberán hacer todos los esfuerzos posibles por apoyar a quienes optan por esa difícil decisión, en especial mujeres, niños, niñas y jóvenes, para preservar su salud y su vida y encontrar así una nueva oportunidad, tal como hará Colombia próximamente con cerca de cuatro mil afganos. ¡Es hora de solidarizarse!
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 30 de agosto de 2021.