Tarea difícil pero no imposible le toca desarrollar, empezando por construir una gran alianza nacional que aglutine a todas las fuerzas democráticas del país para salvarlo, capaz de enfrentar la estrategia de las alianzas que vienen desarrollando los que quieren cambiarnos la alegría por la tristeza, máxime ahora que Juan Manuel Santos, comandante hoy más que ayer de los que combinan todas las formas de lucha, une a los del “sí” con el nombre de “Centro-Esperanza“, y aparentemente distante del “Pacto Histórico”, como si no los hubiera visto nunca, a sabiendas de que todos son “los mismos con las mismas” con el único fin de destruir a Colombia como se ha vuelto costumbre a nombre de la “paz”.
Para desgracia de ellos, la represión de la dictadura cubana al grito de ¡Patria y Vida! que vienen lanzando los jóvenes cubanos, los disfraces de “demócratas” que utilizan los dictadores de Nicaragua y Venezuela para robarse las elecciones, sin duda a todos los ensombrecen y les quita voz ante la comunidad internacional. Para eso cuentan con cómplices como la alcaldesa de Bogotá que le cedió un parque a los de “la primera línea” para que realizaran sus “ejercicios de calentamiento” y hoy los tiene adueñados del Portal de Las Américas, desplazando a los habitantes de esa importante zona de Bogotá y agrediendo a la Policía, y hasta ahora nada ha dicho en qué va a parar la toma de un grupo de indígenas al Parque Nacional de Bogotá.
Y con Gustavo Petro, hasta ahora el único candidato que, saltándose las normas como cualquier antisocial, hace campaña de manera abierta en el país por encima de todo y de todos, sin que el Consejo Nacional Electoral -CNE- le ponga el “tatequieto”. Ateo perpetuo y “católico” por un momento, convencido de que el diablo también puede entrar a misa, llegó hasta Antioquia a mostrar su habilidad para engañar más que a hacer campaña, tratando de meterse al grupo de los de la Madre Laura, disfrazado de paisa vestido con sombrero, poncho y carriel, tanto que, algunos entre risas dicen que hasta las imágenes de los santos se sintieron inseguras en la iglesia de Jericó y se estremecieron del miedo, cuando vieron que entró dizque a “rezar” y se preguntaron: “¿ese es Gustavo Petro?. Jumm... Nos va a expropiar, nos va a dejar sin electricidad, sin religión y sin iglesia”.
El peligro está ahí. Camuflado en esas falsas alianzas creadas para desviar la opinión y captar los votos de los ingenuos, basadas en abierto populismo y ocultando su antipatriotismo, para traernos a Colombia el socialismo del siglo XXI a nombre de la “paz”; mírenlos bien, hagan memoria, no olviden la historia. Los colombianos de bien, que somos la mayoría, tenemos que pensar muy bien y no dejarnos engañar. No olvidemos lo que acaba de pasar en las elecciones de Nicaragua y Venezuela, y está por verse lo que pase en Chile. Miremos bien lo que acaba de pasar en las elecciones de Honduras. Por fortuna el gobierno de Pedro Castillo en el Perú va hacia abajo. Pero ojo que esto los envalentona más, para lanzarse sobre la presa más codiciada: la democracia de Colombia que, con sus fallas, es la mejor en toda América Latina. Lo anterior nos obliga a todos a unirnos para cerrarle el paso a estas oscuras pretensiones de los que quieren esclavizarnos, si no entendemos esta diferencia grande: la coca, el oro y la plata, hoy son la mejor golosina para los enemigos de la patria. Y para nosotros los que amamos a Colombia, la gloria más grande se llama Libertad.
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