Pedro Aja Castaño
Pedro Aja Castaño
Si no fuera porque lo vi en un video que circula en las redes, no lo podría creer. Sentado plácidamente en el parque de una ciudad colombiana de clima cálido, un ciudadano disfruta de la tarde soleada. Un hombre se le acerca, algo le dice y le propone alguna especie de juego con un objeto que lleva en las manos; el hombre sentado le dice que no. El aparecido se aleja y se acerca a otra persona en la misma situación de disfrute. Esta accede; y en plena calle comienza el ‘show’ de hipnosis. El bandido, de una manera magistral, lo logra. Y la víctima tranquilamente le entrega una cadena de oro, el celular, la billetera, sus pertenencias. El hipnotizador le quita el morral, lo deja dormido en la banca y tranquilamente se aleja.
Pedro Aja Castaño
Asumamos por un momento que la humanidad, o cierta colectividad, es un laboratorio cuyo observador permanece oculto por razones que solo él conoce. También existe la posibilidad de que el observador original se haya desentendido del asunto, se haya ido a dormir y su papel haya sido sustituido por un aprendiz de científico. No sabemos si el dueño del laboratorio o el aprendiz son buenos, malos o neutrales porque sus motivos escapan a nuestra comprensión. Y asumamos también que el campo de la química es el más sencillo para ‘comprender’ objetivamente ciertas conductas humanas para no recurrir a opiniones, filosofías, teorías.
Pedro Aja Castaño
Dicen los sabios que hay muchos mundos posibles y reales, pero que están todos dentro del ser humano. Y a medida que toma conciencia de ellos, se van manifestando en su vida para asumirlos responsablemente y entonces sufrirlos, vencerlos, alegrarse, resignarse o morir; de una manera real o simbólica. Para cualquiera de esas decisiones se necesita voluntad para hacer algo positivo u oponerse al escenario que a cada quien le toca en el espacio externo o interior. El que escoge el camino de la oposición consigo mismo o los otros, tiene varias posibilidades: vencer, morir, suicidarse; o que su voluntad sea domada por el enemigo abierto, encubierto, o por la traición del menos esperado.
Pedro Aja Castaño
Un ejemplo aterrador de lo que ahora llaman ‘nueva normalidad’ es ver cómo se va dando algo posible en el presente para que, supuestamente, sea real en el futuro, con una asombrosa coherencia y efectividad como es la operación combinada de elementos mecánicos, computadores y robots, y personajes siniestros que buscan un resultado útil para un misterioso beneficiario. Lo anterior sería un ejemplo de ciencia ficción, si no hubiera hechos concretos de que lo ‘imaginado’ debe empezar a aceptarse dizque en aras de una mejor civilización; es decir, una dictadura de terciopelo, por ahora.
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Se me ocurrió el título de este artículo al escuchar el siguiente ‘cuento’ de la W en la mañana del 16 de septiembre de 2021, sobre el tema del 9/11. Con su bien montada estrategia de ‘chisme’ periodístico, le cuenta Julio Sánchez Cristo a su amigo Alberto Casas sobre la última carátula de The Economist, en la que aparece la silueta del 9/11, representado el 11 con las Torres Gemelas. Muy creativo el asunto. Y surgió el comodín del juego de las predicciones para descrestar a la audiencia. A ese escenario de británicos y seguidores está acostumbrada la revista, propiedad de las familias Rothschild y Agnelli que quizá nos quieren decir que son ‘dueñas’ del futuro como que cada año hacen de las suyas con el juego de las probabilidades fatales representadas con las cartas del Tarot.
Pedro Aja Castaño
Fui docente y de entrada digo que no votaré por el Profesor Alejando Gaviria. No porque crea que no pueda contribuirle al país en uno de los rubros fundamentales que necesita, como es la educación de calidad, algo difícil, sino porque le tengo aprecio. No le desearía la presidencia a mi peor enemigo, porque quienes se van a erigir en sus jueces que serían más o menos unos cuantos millones de votantes, muchos tienen ideas chimbas; y algunos ofrecen planteamientos serios, de cómo manejar el país, pero no tienen experiencia presidencial, por lo que no se lanzan al ruedo. Esa es la condición natural de todo candidato.
Pedro Aja Castaño
“Cuando hablamos de dignidad humana, no podemos hacer concesiones”. Ángela Merkel.
Pedro Aja Castaño
El gran cambio es lo que tiene que ocurrir para que el planeta se convierta en el Reino de Dios en la Tierra, como lo promete el Padrenuestro: “Hágase tu Voluntad en el cielo como en la tierra” Y Dios cumple sus promesas. Veamos lo que ha pasado a través de los siglos.