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Ernesto Macías Tovar                                                         

Gustavo Petro podría ser la clave para el restablecimiento de la democracia en Venezuela.

Aunque en diversas ocasiones Gustavo Petro ha negado tener una relación cercana con Nicolás Maduro, los hechos, o al menos las apariencias, sugieren lo contrario. No es fácil comprender la dinámica entre dos personalidades tan complejas y temperamentales, pero los indicios apuntan a la existencia de fuertes lazos entre ellos.

Para quienes observamos desde una perspectiva más convencional, resulta difícil entender esta peculiar amistad. Mientras Petro afirmaba: “A Maduro ni lo conozco (...) De Maduro tengo enormes desconfianzas por su práctica política. Me parece un tipo incapaz...”, en el transcurso de un año lo visitó en cuatro ocasiones para encuentros privados. Maduro, por su parte, expresa: “A Petro lo respeto mucho, me parece un hombre muy inteligente. Tengo un buen nivel de diálogo y respeto con él (...) Petro es un hombre honorable, serio. Escucho mucho sus consejos”. Ambos parecen querer proyectar una imagen que contradice lo que dicen uno del otro. Sin embargo, si esto puede traducirse en un beneficio para los dos pueblos hermanos, procuremos utilizar esta aparente buena relación.

Frente a la grave crisis venezolana, que impacta directamente a Colombia y ha generado tensiones a nivel mundial, no solo por el evidente fraude en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, sino también por la violencia desencadenada desde el Palacio de Miraflores contra los opositores, Gustavo Petro no solo desempeña un papel fundamental, sino que podría ser la clave para una solución definitiva.

En este contexto, Petro debe aprovechar su posición como consejero de Maduro para instarle, en primer lugar, a facilitar una transición del poder lo menos traumática posible, reconociendo que la inmensa mayoría del pueblo venezolano (más del 70 por ciento de los que pudieron votar) no desea su continuidad. Como consejo, también debería advertirle que la violencia que actualmente propicia contra sus opositores podría volverse en su contra muy pronto, lo cual resultaría catastrófico, especialmente para él y su círculo cercano, quienes podrían acabar convertidos en sus propios verdugos.

Conociendo a Petro, sabemos que no suele escuchar consejos, pero dejémosle algunos por aquí. Uno crucial: si logra hacer entrar en razón a su amigo Maduro, aunque desconfíe de él y lo considere un “tipo incapaz”, podría disminuir las sospechas de aquellos que creemos que Petro aún acaricia la pésima idea de perpetuarse en el poder. Desde luego, partimos de la premisa de que no haya sido él quien aconsejó a Maduro no entregar el poder. Quien da buenos consejos no puede dar malos ejemplos.

Si logra hacer entrar en razón a su amigo Maduro, aunque desconfíe de él y lo considere un “tipo incapaz”, podría disminuir las sospechas de aquellos que creemos que Petro aún acaricia la pésima idea de perpetuarse en el poder.

 

Otros consejos importantes. Primero, que Petro desatienda por completo el ejemplo de Chávez y Maduro, quienes convirtieron lo que pudo haber sido una transición democrática en Venezuela, hace 25 años, en una dictadura. Segundo, en cuanto a Colombia, que aproveche el tiempo restante de su mandato para corregir el rumbo y, con un poco de humildad, materialice el “acuerdo nacional” del que tanto habla, evitando que se quede solo en palabras. Tercero, que asuma el control territorial del orden público, tan perdido que hasta su propio ministro de Defensa lo reconoce. Cuarto, como consecuencia de lo anterior, que recomponga su ‘paz total’ y ponga en cintura a los cabecillas de los grupos criminales con los que sostiene “diálogos”, para lograr un verdadero cese de toda acción delictiva. Quinto, que convierta su discurso anticorrupción en una realidad palpable en su gobierno. Sexto, que restablezca el colapsado sistema de salud. Séptimo, que desista de presentar otra reforma tributaria en medio del oscuro panorama por la corrupción de su entorno. Y, octavo, que deje de mirar el espejo retrovisor, pues esto le ha impedido avanzar hacia adelante.

Como consejero de Maduro, si Petro contribuye a respetar la determinación del pueblo venezolano en las urnas y coadyuva al restablecimiento de la democracia en Venezuela, daría un paso en la rectificación del rumbo también en Colombia.

13 de agosto 2024.

Publicado en Columnistas Nacionales

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