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Eduardo Mackenzie                              

El Nuevo Frente Popular (NFP), la coalición efímera entre la izquierda moderada y la extrema izquierda ocupó el primer lugar en la segunda vuelta de las elecciones legislativas anticipadas de 2024. El segundo lugar fue para Ensemble, la alianza centro-macronista. El tercer lugar, quedó en manos del partido derechista de Marine Le Pen, Reunión Nacional, y sus aliados. Al cuarto lugar quedó relegado el partido “gaullista” Los Republicanos.

Traducido en número de diputados esto se traduce así, según los datos presentados hoy lunes por el ministerio francés del Interior (los datos de ayer eran estimativos de las agencias de sondeos): NFP y aliados (PS, Ecologistas, PCF, y otros grupúsculos): 194 escaños; Partido Ensemble (mayoría presidencial): 163 escaños; Reunión Nacional y sus aliados: 143 escaños; Los Republicanos que no formaron alianza con el RN, quedaron en cuarta posición con 66 escaños; Otros grupos: 11 escaños. 

Las conclusiones principales que se desprenden de ese reparto de votos son:

1.- Ningún partido conquistó la mayoría absoluta de escaños de la Asamblea Nacional. Como está integrada por 577 diputados, la mayoría absoluta es 288, posición que ningún partido ni alianza alcanzó.

2. De esa elección no sale ningún grupo, alianza o partido hegemónico. Solo emergen tres bloques principales: la coalición de izquierdas y extrema izquierda; el bloque macronista y el bloque de derecha representado por el partido RN. La de Mélenchon  es, pues, una victoria pírrica.

3.- La elección de ayer constituyó un revés para la mayoría presidencial de Emmanuel Macron. Desde junio de 2022, ese sector detentaba una mayoría relativa en el Hemiciclo con 169 escaños antes de la disolución. Ayer obtuvo 163 escaños.

4. El presidente Macron debe designar un nuevo primer ministro en los próximos días. Este debe salir del sector más fuerte en escaños. Sin embargo, todo indica que el primer ministro, encargado de dirigir el nuevo gobierno, no saldrá automáticamente del bloque izquierdista NFP, pues éste, si bien fue formado a las carreras, en menos de una semana, para impedir que el partido RN alcanzara la mayoría absoluta, se desintegró inmediatamente después de que fueran conocido los resultados exactos de la votación.

5. El jefe del partido de extrema izquierda Jean Luc Mélenchon, quien se apresuró anoche a reclamar en la televisión el cargo de primer ministro, para él o para otra figura de su partido, y anunció que su gobierno ejecutará únicamente su programa y no el de una coalición, y que comenzará desde hoy lunes a tomar sus primeras medidas “por decreto”, lo que sería perfectamente ilegal, verá frustrada por ahora sus ambiciones.

6. El partido socialista, los ecologistas y el partido comunista están dispuestos a liberarse del ogro Mélenchon y a entrar en negociaciones con el Eliseo y con los dos otros partidos del llamado “arco republicano” (Ensemble y Los Republicanos) para elegir entre ellos el nuevo primer ministro. De hecho, emerge de hora en hora un consenso contra Mélenchon y su programa, considerado por los demás como un desastre para la sociedad y la economía francesa. La consigna es “todo menos Mélenchon”.

7. Si hay acuerdo entre las fuerzas de centro, de derecha y de izquierda moderada, el programa del NFP no podrá ser aplicado, aunque ese bloque heterogéneo, artificial y en descomposición, sea teóricamente el mayoritario en la Asamblea Nacional.

8.- Los dirigentes del partido derechista Reunión Nacional expresaron su descontento por el “cerco sanitario” o “barrera” que montaron las agrupaciones de izquierda y de centro-macronista para trabar el ascenso de RN. Sin embargo, el RN emerge como el principal partido de Francia. En esta elección obtuvo cerca de 11 millones de votos, cifra que ningún otro partido obtuvo como tal.

9.- Las maniobras de aparato, las componendas sin principios entre formaciones políticas que tenían puntos de vista divergentes en numerosos temas, con el sólo propósito de frenar a RN, dejaron un mal sabor en la boca de millones de electores. Eso y el modo de escrutinio que resultó de esas prácticas, sumado a la diabolización de RN por la prensa y el sector audiovisual, que reactivaron los viejos reflejos psicológicos de hace 40 años, creó en algunos la sensación de que les habían robado esta elección. Esa fórmula puede ser exagerada pero sí refleja una verdad: Francia es un país de centro-derecha y pese a ello la izquierda radical logra imponer a otros barreras irracionales contra sus adversarios. 

Un ejemplo:  el total de diputados de centro y derecha elegidos ayer es 372, mientras que la coalición de las izquierdas solo llegó a 194 diputados. Sin embargo, una minoría de izquierda, mediante pactos efímeros y provocando la diabolización intensa de sus adversarios, logra bloquear a un adversario mayor de derecha. En consecuencia, la decencia del acto electoral sale maltratada en Francia de la súbita elección legislativa decidida por Macron.

10.- La realidad de la Asamblea Nacional es que tres grandes bloques se dividen los escaños sin que haya una fuerza política que pueda arrastrar a las otras hacia el caos. Todo deberá ser negociado, razón por la cual las pretensiones maximalistas de Mélenchon, quien se veía ayer como el nuevo conductor del país se alejan.

11.- Falta saber si el país que sale de esta elección es gobernable. Todo depende de que Macron nombre un primer ministro, ya sea del sector izquierda, excluyendo al subgrupo de Mélenchon, ya sea escogiendo a un líder de su propio campo con ayuda del partido Los Republicanos. En todo caso lo deseable es que los partidos moderados logren concertarse en torno de una coalición de gobierno razonable y firme, como es lo habitual en otros países de Europa: Alemania, España, Italia, Países Bajos, etc.

12.- Si la campaña electoral de 15 días fue ruda e intensa y plena de arreglos de capillas, algunos ciertamente vergonzosos, el día de la segunda vuelta, 7 de julio, donde la participación de los votantes fue alta (66,6%), transcurrió sin incidentes. Sin embargo, las milicias de extrema izquierda celebraron durante la noche su triunfo aparente atacando a la policía, a comercios y a edificios públicos en tres ciudades: París, Rennes y Nantes. En Nantes un policía fue gravemente quemado por un coctel Molotov. Horas antes de la elección los melenchonistas habían amenazado con irrumpir en la Asamblea Nacional si ganaba el partido de Marine Le Pen, considerado por ellos como de “extrema derecha”. Previendo masivos desórdenes el ministerio del Interior desplegó 30.000 agentes del orden en el país, 10.000 de los cuales únicamente en París y su periferia.

Publicado en Columnistas Nacionales

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