Colombia nunca entró en cese de pago de deuda, default, ni sufrió hiperinflación. Por eso el país fue destacado por su manejo macroeconómico en el siglo pasado.
La reciente ley de solicitud de endeudamiento tuvo la preocupante motivación pública de su necesidad para evitar el default o cese de pago de obligaciones. ¡Qué emergencia!
El endeudamiento al que se va llegando resulta sumamente preocupante al tener en cuenta los deterioros de confianza, inversión, crecimiento y recaudo.
En 2002 la deuda neta del Gobierno Nacional Central estaba en 45,1% del PIB; en 2010 en 37%; en 2018 en 46,3%; en 2022 por razones de pandemia estaba en 57,9%; y, actualmente, sin incluir la nueva ley, en 55,3%.
Al mirar al Sector Público No Financiero, la deuda neta, incluidos los activos, presenta esta tendencia: en 2002 estaba en 40% del PIB; en 201O había bajado al 28%; en 2018 subió al 36,8%; en 2022, por razones de pandemia subió al 51,4%; y a esta fecha, sin la nueva ley, se encuentra en 47,4%.
El futuro preocupa a diferencia del optimismo del Gobierno. La preocupación surge de la correlación de la deuda con el deterioro de la inversión privada, el bajo crecimiento y la caída del recaudo.
A lo anterior hay que sumar el aumento del 52% en gastos de funcionamiento en los últimos dos años.
Recuerdo que cuando el Gobierno que presidí cerraba embajadas nos decían que eso nada significaba. Lo mínimo fue que se daba buen ejemplo. La tendencia de ahorro se perdió desde 201O y ahora agregan el anuncio de creación de 20 embajadas, en la era de las comunicaciones informáticas.
El riesgo país en diciembre del año anterior, de acuerdo con el indicador EMBI estaba en 272 puntos. Esta semana se encontraba en 306. El cuadro anexo muestra que en el mismo periodo ha bajado en Chile, Argentina y México. Ha estado estable en Perú. En Brasil ha subido por la disputa del Presidente Lula con el Banco Central y el anuncio de cambio de gerente.
Recuerdo que en nuestro Gobierno ese riesgo país bajó de 883 puntos a 174, no obstante la crisis de la economía internacional.
La calificación negativa de la Agencia Moody's y la aprobación de no destinar al pago de deuda la totalidad de los créditos autorizados en la nueva ley, pueden ser elementos, que, de acuerdo con el comportamiento de los factores negativos citados, aumenten el nivel de riesgo y el consiguiente costo del crédito.
Se ha denunciado que el Gobierno aumentará los requerimientos de crédito para el año entrante de 5 mil millones de dólares a 9 mil, suma que también presionará las tasas de interés.
El marchitamiento de los Fondos de Pensiones privará a la Nación de una fuente interna de financiación, que se ha manejado con rigor en beneficio de los trabajadores dueños.
Mientras se reconoce que los altos intereses son uno de los obstáculos a la reactivación de la economía, la política oficial tiende a incrementar el costo del financiamiento.
* Publicado en su cuenta de X (@AlvaroUribeVel) el 7 de julio de 2024.