La política gubernamental es determinada por cada gobierno y aborda los desafíos socioeconómicos del país, y los políticos son fundamentales en su implementación, principalmente a través de la legislación. La relación directa con el Congreso de la República recae en el Ministerio del Interior, o “ministerio de la política”, que generalmente está a cargo de un político.
Hasta hoy, Petro ha designado a tres políticos en ese ministerio. El primero, Alfonso Prada, quien ha tenido una trayectoria “dinámica”: cercano al asesinado líder del Nuevo Liberalismo Luis Carlos Galán, concejal liberal, candidato al Senado del movimiento de Enrique Peñalosa, representante a la Cámara por el Partido Verde y, posteriormente, uno de los funcionarios más cercanos de Juan Manuel Santos. Nombrado ministro del Interior por Petro, su paso por el cargo fue fugaz, al igual que su desempeño. Prada es un ejemplo de incoherencia que afecta la imagen de la política.
En su reemplazo fue nombrado Luis Fernando Velasco, quien ha militado casi toda su vida pública en el Partido Liberal, aunque también fue concejal y alcalde de Popayán por movimientos distintos. Participó en el gobierno de Ernesto Samper y, desde el Congreso, fue un aliado incondicional de Juan Manuel Santos. Se vinculó a la campaña del Pacto Histórico y fue designado ministro del Interior. En una muestra de su incoherencia política, Velasco, se destacó en el Senado como opositor radical al alza de la gasolina, pero apoyó durante el gobierno el mayor aumento del precio del combustible en la historia de Colombia (61%).
Ahora llega a ese ministerio el reconocido dirigente santista Juan Fernando Cristo, cuyo recorrido político ha estado mayormente en el Partido Liberal, aunque recientemente creó su propio partido, 'En Marcha'. Fue secretario privado de Ernesto Samper y protagonista de primer orden en el gobierno de Juan Manuel Santos como ministro del Interior, liderando ante el Congreso la figura del “fast track”, usada para aprobar en tiempo récord el acuerdo de La Habana con las Farc, burlando el resultado del plebiscito.
Desde que Petro lanzó la idea de convocar una asamblea constituyente, Cristo fue uno de sus críticos más radicales. El pasado 16 de marzo publicó un video donde afirmó: “La propuesta del presidente Petro de convocar una constituyente es una mala idea...”. En su cuenta de X, publicó trinos en los que decía: “Repitan conmigo: la constituyente es inviable”. Y condenó la propuesta de expedirla por decreto afirmando: “En serio, dejémonos de pendejadas”.
Ahora, tan pronto fue anunciado como nuevo ministro del Interior, cambió de postura y se puso a los pies de Petro bajo el sofisma de buscar un acuerdo nacional supuestamente para explorar “hacia el futuro” la constituyente dentro de la Constitución. Por favor, ¿quieren una confrontación mayor insistiendo y tratando de disfrazar e imponer la permanencia de Petro en el poder a cualquier precio?, porque no tienen otro propósito. Mejor no lo pudo decir el exfiscal Alfonso Gómez Méndez: “¿qué diablos quieren hacer? ¿qué quieren cambiar?”. Cristo, dejémonos de pendejadas.
5 de julio de 2024