Lo primero que hay que decir es que el tema se agudizó finalizada la pandemia ya que los emprendimientos o la creación de empresa, más la escasa pertinencia del sistema educativo y el aumento de la violencia,  fueran el detonante en la sociedad y las familias colombianas, principalmente, en los jóvenes y personas laboralmente activas que sintieron con mayor intensidad el rigor de la inequidad en oportunidades.

Pues bien, al ver este sombrío panorama, millones de nacionales en los últimos tres años compraron un tiquete internacional, empacaron maletas y se marcharon rumbo a otros países buscando subsistir y luego encontrar un empleo para devengar y girar remesas como sostén económico de sus familias.

En segundo lugar, y no es descubrir nada distinto a que la actual tensión política e incertidumbre con Petro y su discurso ideologizado y odioso es un factor que genera más interrogantes que realidades y la gente lo sabe, quizá la inmensa mayoría de sus votantes sin hacerlo público, se sienten defraudados por un vendedor de humo dedicado a destruir la institucionalidad, dañar el país y refundar su fracasado sueño de la revolución comunista. La gente ya vio esta película en Venezuela y es consciente que antes de que explote la bomba y aplaste el país, es mejor marcharse ya y no esperar vivir la tragedia.

Es importante aclarar que la emigración es un fenómeno que ha existido desde hace ya varios años, lo que no se puede ocultar es que el socialismo es la forma de gobierno que la activa con mayor fluidez. La coyuntura política actual de Colombia tan llena de pugnacidad por quien desgobierna es una muestra indiscutible de lo que estoy afirmando.

En tercer lugar, suena doloroso, pero es así, los que se fueron no van solo a trabajar, están pensando en la reunificación familiar, es decir, en el mediano plazo, empezar a llevarse sus familias, abrir el camino para que el seno familiar definitivamente, cambie de sede ya que por ahora regresar no es una opción. Los compatriotas que ya no están solo piensan en la reunificación de los hogares porque los que aún están acá ven con desesperanza como hemos vuelto al poder guerrillero y narcotraficante de los años 90s, donde cerrar la brecha de la inequidad es solo un discurso académico y una política estéril desde el gobierno. Y los jóvenes lo saben.

En cuarto lugar, vemos la comisión de delitos de forma exacerbada y la impunidad reinante donde el pillo le gana el pulso a la desteñida justicia. La gente aquí teme por su vida e integridad física y sicológica, por esto busca emigrar con premura y afán buscando un país seguro. Como van las cosas con el petrismo, se hace inminente una ruptura institucional sin precedentes.

Un factor o más bien, una característica del éxodo es el que se da pero de manera irregular, es decir, de las personas que no tienen los recursos para volar pero por ejemplo para entrar a EE.UU optan por “ el hueco”, por la ilegalidad, arriesgando sus vidas y temiendo ser capturados y deportados.

Es lamentable que la politiquería de aquellos que se postulan para cargos de elección popular, jamás haya propuesto (sobre todo de los presidenciables), una política pública de Estado que frene o minimice el fenómeno migratorio, ofreciendo al grueso de los colombianos mejores oportunidades en Educación, empleo, vivienda, seguridad, equidad y cierre de brechas entre desiguales. Mi llamado es a que alguno de estos genios de la política criolla siquiera piense que este país cada vez más está perdiendo capital humano y fuga de talentos por la emigración, ya que el solo hecho de irse a vivir a otro país es un acto de inmensa osadía que solo lo hacen los que están pensando seriamente en la estabilidad y el porvenir.

Pero claro, dirán los ostentosos del fugaz poder ¿ y quién piensa en los que se quedaron que son la mayoría? Es la típica respuesta para irse por las ramas y no abordar el tema con objetividad. Genios politiqueros que son tigres hambrientos en sus pueblos y territorios y mansas palomas en el seno del poder en Bogotá, ¿han escuchado hablar del bono demográfico? Creo que no. Pues es el balance entre las edades de una población que genera oportunidades para el desarrollo. De tal suerte que con el éxodo Colombia lo está acelerando porque la gente con capacidad de producir, consumir y generar ingresos se está yendo o ya se fue.

La simplificación es sencilla, el personal calificado está emigrando y nos estamos quedando sin talentos y con una población cada vez más longeva.

Por último, solo puedo decir que el panorama no es bueno y que nadie hace nada por estudiar el tema y adoptar medidas, solo la academia. La frase lapidaria de esto es que después de las exportaciones extractivas minero energéticas, lo que más exporta Colombia en cantidades alarmantes es su gente, tan valiosa y hermosa como tan llena de olvido.