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Jesús Vallejo Mejía 

En declaraciones para El País de España, el actual presidente colombiano dijo que la mitad de su gabinete está integrada por liberales, mientras que la otra mitad es de progresistas.

¿Qué entiende él por progresistas?

Probablemente, se trata de un eufemismo para referirse a los comunistas.

El presidente evita identificarse con ellos, pero su talante lo ubica dentro de ese bando.

De acuerdo con su concepción de la historia, los comunistas han alegado que ellos poseen las claves de su evolución hacia una sociedad ideal en la que se superen todas las contradicciones que afectan a las sociedades tradicionales. Se trataría de la sociedad llamada a instaurar la justicia plena. Es la utopía que promete el tránsito de unas sociedades imperfectas hacia una sociedad perfecta.

Hace algún tiempo escribí sobre estos tópicos y no sobra volver al respecto. Vid. Pianoforte: Las desilusiones del progreso (javalmejia.blogspot.com)

Las ideologías progresistas tienen en común, por lo general, el rechazo del pasado, las tradiciones, lo establecido, así como la fascinación por las novedades, lo no experimentado, lo ilusorio.

El cambio social que promueven parte de la base de la necesidad de crear un "hombre nuevo", tal como se intentó en la Unión Soviética y otros países comunistas, por las buenas o por las malas. Lo primero, mediante la educación, el adoctrinamiento, la propaganda, los estímulos. Lo segundo, a través de la represión policíaca y penal, las múltiples y severas restricciones a las libertades personales, los tratamientos psiquiátricos, etc. En suma, esa transformación supone un régimen totalitario.

El fracaso de estas ideas constituye la mayor desilusión del siglo XX. Así lo describe Furet en "El Pasado de una Ilusión". Vid. Furet. El Pasado de Una Ilusión | PDF | Fascismo | Vladimir Lenin (scribd.com). Sus efectos desastrosos los estamos viendo en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú y Chile. Según algo que leí hace pocos días, los dos primeros figuran entre los países más miserables del mundo, cuando antes de iniciar sus procesos revolucionarios estaban entre los que mejores indicadores sociales exhibían en América Latina.

El progresismo del actual gobierno hace pensar en estancamiento e incluso en retroceso, a juzgar por los daños que está haciendo. Así lo considera Rafael Nieto Loaiza en su más reciente escrito para la prensa nacional: Tanto daño en tan poco tiempo | Columna de Rafael Nieto Loaiza (elheraldo.co). No sería osado considerar que el rumbo que traza es el del cangrejo: hacia atrás.

El presidente, fiel a los dogmas marxista-leninistas, culpa de todos los males sociales al capital. Si uno pregunta qué entiende por ello, la respuesta brota al instante: la propiedad privada, la libre empresa, el mercado, es decir, las instituciones que han garantizado la prosperidad económica en los tiempos que corren. No osa pronunciarse sobre lo que considera que debe hacerse para suprimir ese capital que causa todos los males de las sociedades presentes, pero las respuestas también saltan a la vista: la propiedad colectiva, la estatización de los medios de producción, el dirigismo intenso, la planeación autoritaria, la destrucción de la estructura de clases en pro de un igualitarismo extremo, etc. Vale decir: Corea del Norte y la Cambodia de Pol-Pot en el horizonte.

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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