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Pedro Aja Castaño   

Hace 4.000 años la celebración del Año Nuevo tuvo su origen en una guerra mítica, la victoria del dios del cielo babilónico, Marduk, sobre la malvada diosa del mar, Tiamat. Y cumplía un propósito político, pues se coronaba al nuevo rey, lo que significaba un nuevo ciclo de mandato divino.

Y en diferentes culturas varían las razones de la celebración, tomándose resoluciones diferentes como pagar las deudas para congraciarse con el dios de la fortuna, Mammon. Hoy en día el subalterno de ese  ‘dios’ es la DIAN y las deudas son los impuestos. Es decir, la clásica ‘manipulación’ de un dios imaginado. Pero, por si no se ha dado cuenta, amable lector,  el verdadero Dios es la vida y sus misterios que maneja con amor por la creación, pero también con leyes justas y racionales.  Así, que hay que tomar la vida en serio.

Ahora bien, cada quien o cada país puede vivir la vida a su manera, como decía Frank Sinatra, pero cuando se presentan dificultades, tragedias, quizá sea bueno considerar una opción diferente, Dios, que es lo que generalmente ocurre; y hacerlo de una manera seria.

Porque Dios actúa aunque no nos demos cuenta; y cuando somos conscientes de algo de una manera muy especial y personal, Dios nos está llamando o advirtiendo algo.  Es su manera de anunciar una próxima tarea disciplinaria que pudiera estar seguida de un llamado de atención serio; o un juicio definitivo. Eso les pasa a las personas y los países. Cuando se ve el peligro se le pide ayuda, de manera pública y colectiva, o privada. Pero Dios es vertical en sus asuntos porque conoce al verdadero enemigo. De alguna u otra forma, el país o la persona tienen que cambiar en su forma superficial de asumir la vida y la democracia, que no es regalada.

Entonces se vuelve  un asunto de supervivencia  cumplir  compromisos y realizar acciones de cambio mediante  una honestidad radical dirigiéndonos a  una conciencia superior por el propio bien y el de los otros. Cuando Europa fue destruida por la guerra, el sentido de libertad, democracia y unión hizo posible pensar en una fraternidad de naciones que después ha sido traicionada. Actualmente Colombia vive una situación amenazante, al igual que varios países latinoamericanos, con la sombra del comunismo que se ha vuelto CONTRATISTA DEL POPULISMO. ¿Por qué? 

Porque en nuestros días paternalistas la LEGITIMIDAD DEL CONTRATO DEMOCRÁTICO se ha ido convirtiendo en algo así como un conjunto de ‘productos y servicios’ exigibles porque sí, con su correspondiente publicidad de progresismo cuya LETRA PEQUEÑA describe su justificación en condiciones poco coherentes con la verdad de los hechos. Y esto ocurre, sencillamente, porque TODO se manipula, se compra, se vende: ley, información, hechos, personas. Es la feria de la democracia.

Un ejemplo: No es sino ver a Chávez con cara de yo no fui cuando era candidato acorralado por su pasado golpista; y otra verlo gordo en el poder expropiando según su parecer. ¿Cómo se hizo esa transformación al cinismo revolucionario? Porque Chávez llegó al poder mediante el PRESTIGIO de decir que combatiría  la corrupción de  los partidos tradicionales. Fue  una operación de MARKETING POLÍTICO,   ya que a la gente le da pereza entender la letra pequeña del comunismo, por lo que  muchos se creen la ciencia ficción de la comodidad sin esfuerzo que es  la LETRA GRANDE  del socialismo del siglo 21, un fracaso.

A esa visión mentirosa se enfrenta la de   los que tienen confianza en un orden político o social que, a pesar de sus defectos, explica el desarrollo lento pero seguro de una colectividad con acceso a muchas ventajas con sus correspondientes obligaciones. Hay garantía de que si se trabaja duro, dirigidos por gobernantes o líderes  honestos,  se puede confiar en la racionalidad y legitimidad del estado de derecho que trabajaría para el bienestar de todos basándose en la confianza recíproca de estado y ciudadanos.  A esto se le llama, de manera simplista, TRADICIÓN,  que es algo muy serio porque ha sustentado el progreso de las diferentes instituciones de la  civilización occidental.

Por eso tenemos miles de profesiones, diversidad de familias, algún acceso a la salud; hay una cultura para tomar en serio el bienestar general, la civilidad, etc.; la amistad, aunque poca, prevalece como una gracia social. Millones de libros hablan de la diversidad de pensamiento y si nos creemos personas educadas, informadas o  responsables con nuestras vidas, no debemos tragar entero todo lo que se nos propone. Mientras tanto, mantengamos una duda razonable.

Y si en algún momento debemos confiar tenemos suficientes evidencias para hacerlo en la persona de Jesús que dividió la historia con el testimonio de su vida porque la humanidad en todos los tiempos siempre le dio la posibilidad a la existencia de algo superior que Jesús demostró con su resurrección, vida  milagros y los resultados que vemos: la civilización occidental. De los monasterios  salieron los científicos y filósofos que moldearon nuestro modo de pensar y creer. De los monasterios salió el derecho, la ciencia del raciocinio; se cultivaron las artes, la sensibilidad, la piedad, la misericordia que nos hace humanos. ¿Por qué?

Porque en el SILENCIO Y LA MEDITACIÓN se puede conocer y experimentar mejor la defensa espiritual que es muy compleja, ya que muy pocos han estudiado la verdadera naturaleza de la verdad, porque desconocen su  origen. Lo que conocemos es la parte externa de un elemento libre y creador; y cada ‘creación’ pequeña o grande  contiene dos sistemas de leyes: el de la peculiaridad propia y el general que le permite ‘convivir’ con el ambiente ecológico, humano, planetario, etc. Y ambos sistemas se combinan con la ‘creatividad’ de nuevas situaciones.

Un símbolo aproximado de este proceso es el engendramiento, función, uso y experiencia del cuerpo humano. Fue diseñado para un funcionamiento correcto, pero las ‘leyes’ peculiares de cada quien lo puede convertir en algo valioso o desechable, porque la gente renuncia a la experiencia interior en donde está la respuesta.

Por eso en Hechos de los Apóstoles leemos que Jesús descendió al Hades y la muerte que no pudieron retenerlo porque la naturaleza original de la VERDAD ETERNA siempre resucita no importa cuál sea su apariencia; porque la verdad no es una abstracción sino UN SER,  no el SER y así todo. Es un ser en la manifestación y el ser en lo desconocido. Por eso le dijo Jesús a Pilatos: “MI reino no es de este mundo”.

Por eso con la invención de la imprenta el primer libro que se leyó fue La Biblia que se discutía  en las reuniones de amigos; pero antes existieron los santos cristianos que con su vida  dieron ejemplo de la verdadera humanidad. Y hay un grupo maligno que quiere destruir ese logro lo que DEBE SER TOMADO MUY EN SERIO. Por lo tanto las preguntas fundamentales,  que si las TOMAMOS EN SERIO, deberían sacudir los cimientos de nuestra vida, son: ¿QUIÉN ES JESÚS? ¿QUÉ SIGNIFICA? Yo me las hice,  muy en serio, después de lo que presencié.

¿Quién es Jesús? ¿Qué significa para mi vida, la de los otros y la historia? Son las preguntas fundamentales de la fe cristiana, pues revelan nuestra posición vital ante Cristo y, a su vez, nos muestran nuestro destino final de muerte o  vida eterna en Cristo, según lo revelado por Él.  Muchos lo aceptan como humano, pero lo rechazan como Salvador de nuestras almas y el unigénito del Padre. Y la cosa es sencilla: para salvar el cuerpo y la civilización tenemos la medicina y muchos recursos; pero como no somos solamente carne y huesos, ni cemento, metal o especulación,  ¿qué pasa con el fundamento de la vida que nos hace humanos, receptores de milagros, dádivas, y cuidados, si no es porque en nosotros mora un bien más preciado que el oro, nuestra alma o espíritu dado por Dios que es el origen de todo lo creador en la vida?

Personalmente presencié un MILAGRO CREATIVO en noviembre de 1992 cuando fungía como traductor e intérprete en una EXPLOSIÓN DE SANIDAD llevada a cabo por la Iglesia Cuadrangular del Chicó en lo que hoy se conoce  como Movistar Arena en Bogotá.  El evento era dirigido por los esposos Hunter acompañados de varios sanadores. Yo había sido asignado como asistente de Robert Dieterich.

Hacia las seis de la tarde, después del ajetreo de todo el día, y habiendo terminado el evento, descansaba en las graderías acompañando a Bob. Se acercó un cojo que renqueaba con una pierna ostensiblemente más corta que la otra y me pidió que le ayudara. Le pregunté qué quería. Y de manera sencilla dijo: “Dígale al señor que ore por mi pierna enferma.” Se lo comuniqué a Bob, quien dijo: “No hay problema. Dígale que se siente. Tomó las dos piernas y dijo: “En el NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS, yo le ordeno a esta pierna enferma que crezca y sea igual que la sana.” A pesar de ser creyente Y observar lo que ocurrió, se derrumbó todo un paradigma mental que situaba los milagros en el reino de lo maravilloso, lejano y asequible solo para los piadosos,   y no como algo cotidiano y sencillo cuando se tiene una relación honesta y sincera con Dios.

Pues vi cuando la pierna creció como unos diez centímetros. ¡Gloria a Dios! Quedé estupefacto. Bob había estado dando sermones, yo era su traductor; pero no sabía que era sanador. Sabía que había milagros; pero una cosa es saber y otra vivir la fe ante un portento. El hermano cojo dio las gracias y se alejó tranquilo, como si lo ocurrido fuera normal.

Entonces a mí me podrán echar los múltiples  cuentos sobre Jesús pero, como la maestra Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura  de 1945, solamente digo lo que sigue porque tuve un encuentro con Jesús a través de Su palabra y una experiencia formidable, como lo tuvo Gabriela  a través de la poesía, porque el genio que mora en lo más profundo de cada ser humano, puede convertirla en algo VIVO Y HERMOSO; es lo más cercano a cierta vida del espíritu; pero  la humildad de ser maestra nos dice que para unos pocos ese es el verdadero pan de  vida que le da sentido a todo.

Veamos lo que experimentó cuando escribió el poema: “Solo sé cómo se llama”. Y aquí vemos al verdadero Dios que no es una abstracción, sino que actúa en cada momento de nuestras vidas, si abrimos nuestro corazón a su Presencia.

Que si nació hoy, que si nació ayer, que si nació aquí, que si nació allá. / Que si murió a los 33, que si murió a los 36, que cuántos clavos, que cuántos panes y pescados. / Que si eran reyes, que si eran magos. / Que si tenía hermanos, que si no tenía. / Que dónde está, que cuándo vuelve. /  Yo lo único que sé es que... /  (TODO ESTO ES ABSTRACCIÓN)

(TODO LO QUE SIGUE ES PRESENCIA) A mí me tomó de la mano cuando más lo necesitaba. / Me enseñó a sonreír y agradecer por las pequeñas cosas. / Me enseñó a llorar con fuerzas y dejar ir. / Me enseñó a despertarme saludando al sol y a acostarme con la cabeza tranquila. A caminar muy lento y muy descalza.
Me enseñó a abrazar a todos y a abrazarme a mí. / Me enseñó mucho, me enseñó todo. / Me enseñó a quererme con ganas. A querer a quien tengo al lado y a darle la mano.
Me enseñó que siempre me está hablando en lo cotidiano, en lo sencillo, a manera de mensajes y que para escucharlo, tengo que tener abierto el corazón. / Me enseñó que unas gracias o un perdón lo pueden cambiar todo. / Me enseñó que la fuerza más grande es el amor y que lo contrario al amor es el miedo.

Me enseñó cuánto me ama a través de 1.000 detalles. / Me enseñó que los milagros sí existen. / Me enseñó que si yo no perdono, soy yo quien se queda prisionera; y que para perdonar, primero tengo que perdonarme. / Me enseñó que no siempre se recibe bien por bien pero que actúe bien a pesar de todo. / Me enseñó a confiar en mí y a levantar la voz frente a la injusticia.
Me enseñó a buscarlo dentro y no afuera. / Me deja que me aleje, sin enojarse. Que salga a conocer la vida. A equivocarme y aprender. Y me sigue cuidando y esperando.
Hasta me dejó aprender de otros maestros sin ponerse celoso; porque es de necios no escuchar a todo el que habla de amor. / Me enseñó que solo estoy aquí por un tiempo, y solo ocupo un lugar pequeño. Y me pidió que sea feliz y viva en paz, que me esfuerce cada día en ser mejor y en compartir su luz conociendo mi sombra.
Que disfrute, que ría, que valore, y que Él siempre va a estar en mí... / Que aunque dude y tenga miedo, confíe, ya que esa es la fe, confiar en Él a pesar de mí... Se llama Jesús…

Entonces para cualquier proyecto en este 2022, cambio de vida, compromiso; es decir, para todo lo que nos depara el futuro  en medio de esta moderna idolatría de múltiples falsos dioses,  TOMEMOS EN SERIO A JESÚS QUE ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, UNA ‘POESÍA SANTA DE DIOS’ HECHA HOMBRE QUE TODAVÍA NO ENTENDEMOS; ASÍ COMO LA VIRGEN MARÍA ES LA MISMA POESÍA SANTA DEL PADRE  HECHA MUJER. Conocer esa experiencia  sería  la  resolución real para el 2022. Yo la he tomado.

Porque un político es el tipo que tiene soluciones cuando se pavonea en la oposición y denigra de todo creyéndose salvador; pero tiene problemas que quién sabe cómo resolverá cuando está en el gobierno. En cambio Jesús tiene soluciones sin pedir nada a cambio, solamente nuestra confianza total, en todo momento, a pesar de las nubes oscuras.

Publicado en Columnistas Nacionales

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