Los comentarios a continuación se basan en el artículo que se puede consultar por Google digitando: Venezuelans Turn to Gold Nuggets as the Local currency implodes. Autor: Joseph T. Salerno. Traducción: Los venezolanos recurren a las pepitas de oro mientras su moneda local implosiona.
El gobierno venezolano eliminó recientemente seis ceros de su inexistente moneda, el bolívar, por culpa de sus emisiones con interés cero por ciento. Un billete de un millón de bolívares equivale a unos 0,25 dólares y fue sustituido por un billete de un bolívar, sí, de un bolívar. Al mismo tiempo introdujo un billete de 100 bolívares con un valor equivalente a unos 25 dólares.
El precio de un pan se había elevado hasta los 7 millones de bolívares de los corrientes antes de la eliminación citada. Transportar los 7 millones requería una carretilla. El FMI estima que la tasa de inflación alcanzará el 5.500% a finales de 2021.
Los venezolanos ya abandonaron el bolívar como moneda. El medio de cambio preferido hoy en Caracas y otras grandes ciudades es el dólar estadounidense. A lo largo de la frontera con Colombia predomina nuestro peso. En los límites con Brasil son corrientes el real brasileño, el euro y las criptomonedas.
Pero cuanto resulta sorprendente es la aparición espontánea de las pepitas de oro puro como moneda de cambio en torno a las localidades de Tumeremo y el Callao, regiones donde abundan los metales preciosos. Hoy día, muchas de las grandes minas están siendo controladas por el ejército del gobierno.
Pero a pesar de la violencia y la anarquía reinantes en estas zonas mineras, los venezolanos sin empleo llegan a trabajar en las prósperas minas ilegales a cambio de un pago en pepitas de oro. Con medio gramo de oro se puede pagar una noche en un hotel local. La comida para dos personas en un restaurante chino cuesta un cuarto de gramo.
Los vendedores y sus clientes están tan familiarizados con las hojuelas y pepitas que las evalúan a la simple vista. Un octavo de gramo se aproxima a cinco dólares.
La suerte del peso colombiano no será nada diferente a la del bolívar venezolano. Las emisiones de Petro acabarían con el poder adquisitivo de nuestro peso al reducir el poder de compra de los ingresos y de los salarios y distorsionar el valor de la propiedad privada, todo esto, tras violar la Constitución.