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Tomás Castrillón Oberndorfer                                                                     

Como era de esperarse, el reciente aquelarre a plena luz del día, de comunistas en lugar de brujos, desarrollado en Venezuela para reposicionar, porque no se trataba de una posesión legal, al dictador usurpador, trae como consecuencia muchas reflexiones.

Lo primero a considerar, es la actitud típica de su talante del “socavador mentiroso”, del personaje que hoy reside ocasionalmente en La Casa de Nariño. Para mejor comprensión, se entiende que Socavar significa: “Excavar algo por debajo dejándolo en falso”, y también: “Debilitar algo o alguien especialmente en el aspecto moral”. Es claro que, en el caso actual colombiano, el “algo” es la institucionalidad constitucional legalmente establecida.

El habitante de marras, a la manera de una de sus disculpas típicas, ha dicho que “las elecciones en Venezuela no fueron libres al realizarse bajo el bloqueo económico”. Este personaje que, entre sus muchas facetas, en ocasiones presume ser historiador economista, parece ignorar los verdaderos bloqueos económicos como los protagonizados por sus camaradas comunistas. Basta recordar las “gracias” del “padrecito” Stalin: el de Berlín al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y la posterior Cortina de Hierro, lo mismo que la Cortina de Bambú de Mao. En suma, al decir de Marañas, aquí se trata de la salida de “Un burro diciendo orejas”.

Esta actitud perifoneada a través del canciller precandidato a la presidencia (¿otro?) ha “provocado la indignación de buena parte de los colombianos”.

También, viene a la memoria la efectividad, previa a la Segunda Guerra Mundial, de la entonces Liga de las Naciones, y entonces   es necesario considerar “la eficacia y la eficiencia” de las actitudes asumidas en la actualidad, por los organismos internacionales como la ONU y la OEA, lo mismo que el CIDH, que como están ampliamente infiltradas por el comunismo, manifiestan un permanente favorecimiento farisaico a las violaciones típicas del comunismo internacional. “Remember” Ucrania y más próximamente, Cuba, Nicaragua y la misma Venezuela, puesto que “para allá vamos”, si se prolonga la laxitud y anarquía de la contraparte.

Si por Venezuela “llueven” tantas desgracias, en Colombia, no escampa, y ya se entró en las manifestaciones propias de las campañas electorales. Los mamertos comunistas han presentado una primera lista de nueve precandidatos, cuyas trayectorias traen a la mente el dicho: “¡Que entre el diablo y escoja!”.  

Asimismo vuelve a aparecer el tenebroso senador Cepeda con un “Proyecto para bajar salarios de congresistas”. Al personaje debe abonársele el reconocimiento de que su intención es plenamente electorera, cuando afirma que: “es para que los ciudadanos sepan por quien votar”, lo que implícitamente es una manifestación de que en la última elección presidencial, “no sabían por quién estaban votando”.  Parece ser otra forma de “lavatorio de manos”, o el “Si algo pasó, yo no estaba aquí”, de la canción del inquieto “anacobero” Daniel Santos.

También resultan del caso las propuestas que, ante tantas violaciones de los derechos humanos en Venezuela, sugieren una intervención conjunta de organizaciones como la ONU, para el restablecimiento pleno de dichos derechos.

La reacción de los autores y cómplices de tantas violaciones, encabezados por el gobierno nacional actual, no se ha hecho esperar, lo que también corresponde a su “amnesia selectiva” sobre los hechos protagonizados por sus “hermanos mayores” como China y Rusia. No pueden olvidarse entonces, las invasiones militares de China en Corea y Vietnam, lo mismo que la actual de Rusia en Ucrania.

Pero aparte de las invasiones propiamente militares, están los procesos de “socavación mentirosa” y sediciosa que, en el caso colombiano, han sido encabezadas por el comunismo disfrazado con “mil máscaras”, a la manera de un conocido luchador mexicano. En efecto, así ha ocurrido desde las FARC y el M-19, el “Socialismo del Siglo XXI”, y el “Chavismo” hasta los actuales   del Pacto Histórico, la Colombia Humana, La Paz Total, el Progresismo y el tal Cambio con el apoyo de paises “garantes” como Cuba, y Venezuela. “Olivos y aceitunos, todos son unos”, ¡Comunismo “ventiado!”.

Los comunistas, dentro de su proceso de “socavación mentirosa” de la institucionalidad legítima, hacen un gran uso de los medios modernos de comunicación, calificando siempre a sus oponentes como fascistas, terroristas, narcotraficantes y para militares, cuando con sus ideologías y comportamientos, abiertamente sediciosos también, los hacen plenamente merecedores de tales calificaciones. De nuevo la actitud, del “Burro diciendo orejas”.

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