La historia es muy larga, pero Noriega llegó después del accidentado fallecimiento del presidente Omar Torrijos.

A Noriega siempre lo acusaron de propiciar el accidente aéreo donde falleció Torrijos.

Pero nada se pudo probar.

La historia es muy larga y la conozco de primera mano por qué por esas épocas yo tenía negocios en la Zona Libre de Colón y viajaba con mucha frecuencia a Panamá.

Noriega instauró un régimen violento y ladrón.

Pero además se metió en el Narcotráfico, poniendo a Panamá como una base segura para los cárteles colombianos llegar con la cocaína en su tránsito para los Estados Unidos.

El asesinato de Hugo Spadáfora un fuerte opositor a su régimen, fue el principio del fin de Noriega.

A partir de allí se vino la presión internacional que terminó en la “Operación Causa Justa”, de los Estados Unidos invadiendo a Panamá.

Esta invasión se inició el 20 de diciembre de 1989, y duró exactamente 42 días.

Unas semanas atrás Noriega, machete en mano desafiaba a los Estados Unidos en una intervención pública.

Al producirse la invasión que fue tan corta como fácil, Noriega corrió a refugiarse en la Nunciatura Apostólica de Panamá.

Allí fue rodeado por fuerzas del gobierno y la vigilancia de los Estados Unidos.

Este cerco a Noriega lo vi personalmente por un año, porque mi hotel estaba a pocos metros de la Nunciatura Apostólica, en la zona de Paitilla

Finalmente, y cansado del cerco y la presión, un año después, Manuel Antonio Noriega tuvo que entregarse.

Fue llevado a los Estados Unidos donde pagó una larga condena por narcotráfico.

Allí estuvo por 20 años en prisión.

Carlos Lehder Rivas, narcotraficante colombiano recluido allí en una larga condena, fue el denunciante que entregó los testimonios y las pruebas contra Noriega, a cambio de una rebaja en su condena.

Al regresar ya viejo a Panamá, a Noriega le esperaba otra larga condena de 60 años por muchos crímenes y abusos.

Salió poco tiempo después de la cárcel al hospital, a operarse y a morirse de un tumor cerebral a los 84 años de edad.

Ese fue el fin de ese dictador.

Así debe ser el fin de Nicolás Maduro.

¡No hay otra opción!

Sobremesa 1

Estados Unidos y la OTAN, tienen la palabra.

Sobremesa 2

Erick Prince líder de la poderosa empresa militar BLACKWATER, le escribió a María Corina y le dijo que “resistan que falta poco”.

¡Van a pasar cosas!

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