Con ella quiere decir que todas las cosas (bienes y servicios) han subido un 20-30% en estos casi 3 meses de Petro, y que a los pobres cada vez se les va a volver más difícil sobrevivir.
Nada ha ganado Petro atropellando a los empresarios, e intentando arrinconarlos con sus políticas tributarias, ambientales, y laborales, si por la puerta de atrás, esos solos anuncios, están disparando la cotización del dólar y a la inflación.
Ambas cosas, empobrecen a la economía en general. Pero por sobre todo a los pobres; ¡son excesivamente frágiles!
Las políticas del nuevo gobierno son contra cíclicas. Eso quiere decir que producen un efecto contrario. Son unas medicinas que no curan las enfermedades para las cuales se están administrando. ¡Al contrario, agravan más esas enfermedades!
Resumamos tres de ellas:
1. La política para acabar con la pobreza, está disparando la pobreza misma. La devaluación del peso y la inflación, están haciendo fiestas. ¡Están haciendo aceleradamente más pobres a los pobres!
2. La política de la Paz total, está llevando al país a unos niveles de impunidad que está desatando una ola de violencia que nos va a llevar a la guerra total. La ausencia de justicia y estado, a la hora de los abusos, está llevando a la gente a hacer justicia por mano propia. No encuentran otra opción.
3. La nueva política frente a las drogas, sólo va a disparar el area cultivada. Y detrás de más drogas, llegarán más bandidos, más armas, más ejércitos privados y más sangre.
Todas esas políticas están claramente equivocadas.
Muchos asesores imparciales, y los gremios de la producción le han explicado con detalle a Petro, cómo llevar a cabo sus cambios, sin causar estragos. Pero por la otra oreja, Petro está recibiendo instrucciones de sus aliados extremistas, de que no acepte ese camino y lance al país a una crisis que cambie todo. Y lo está haciendo. ¡Pero para mal!
Y esos indicadores, producto de sus malas decisiones y peligrosos anuncios, le están mostrando que todo va mal. Muy mal.
La disparada de la cotización del dólar le ha causado dos males gravísimos a la economía colombiana.
1. Subió la deuda pública $ 80 billones. Pagar los mismos dólares que debíamos hace 3 meses, hoy nos cuesta $ 80 billones más.
2. El valor de Ecopetrol, la mayor y mejor empresa del Estado, cayó $ 100 billones, a pesar de sus gigantescas utilidades. ¿Quién lo entiende?
3. Hay 425.000 accionistas de Ecopetrol, que han perdido el 35% de sus ahorros en esas acciones, cuando los resultados económicos sobresalientes de Ecopetrol les deberían haber subido el valor de sus acciones no menos de un 40%. ¡Todo al revés!
Ambas cosas que nos van costando a los colombianos $ 180 billones ( 9 reformas tributarias) son producto de los irresponsables delirios ambientalistas de Petro.
Y de sus delirios imperiales de cambiar todo. Lo que funciona y lo que no funciona. Se lo han dicho por todas partes. Desde JP Morgan de NY, hasta su asesora la economista Mazzucato, y el mismo ministro Ocampo. Pero el ala extremista no le permite revisar y cambiar esa torpe y errada decisión.
Al día de hoy está tan arrinconado y agobiado por los fatídicos resultados, que es altamente probable que Petro revise y cambie esa absurda decisión sobre la exploración futura de hidrocarburos, al menos en el corto y mediano plazo.
En ese caso el peso va a recuperar una parte de esa devaluación, y Ecopetrol, va a regresar a su valor real.
Y así, los pobres no serán tan pobres.
Haber descabezado de esa manera tan desproporcionada a las FFAA (90 altos mandos al retiro) solo indican el camino claro al debilitamiento de la fuerza del Estado. Y eso es lo más conveniente para que FARC, ELN, Primera Linea, y toda clase de organizaciónes terrorístas, se fortalezcan y lleguen a ser el nuevo ejército de Petro. Hay fuertes hipótesis en ese sentido.
Otro error descomunal.
Porque “¡cría cuervos y te sacarán los ojos!”
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
