Un Juez de Bogotá, ordenó el embargo de las cuentas nacionales por la demanda de EPM, ante incumplimiento del pago del subsidio a los estratos 1, 2 y 3 para Afinia, que es la operadora de servicio de energía en una parte de la Costa Atlántica.
Afinia es una filial de EPM.
Bolívar, César, Sucre, Córdoba y sur del Magdalena, son los departamentos donde Afinia, presta el servicio de energía eléctrica.
Por orden absurda, y abusiva de Gustavo Petro, el gobierno nacional se negó a pagar estos subsidios regidos por contrato con Afinia, y que valen ya $ 2.3 billones.
En esas condiciones, Afinia estaba al borde de la quiebra por el abuso de Petro y esa situación iba necesariamente a afectar en materia grave las finanzas de EPM, su propietario y aval.
Además, iba a colapsar definitivamente el suministro de energía en estos 5 Departamentos.
Una hecatombe eléctrica en la Costa Atlántica.
Si colapsa Afinia, se apagan todos los bombillos y todas las máquinas de esa parte de la Costa Atlántica (5 departamentos)
¡Imaginen eso!
Por primera vez una institución pública demanda al gobierno nacional por incumplimiento a contratos firmados y abuso de posición dominante.
Y un juez no solo libra mandamiento de pago, sino que ordena como medida cautelar, el embargo de las cuentas nacionales.
Petro tiene que pagar
Punto.
Es una lección que le da la justicia a su ignorancia y arrogancia.
Pero se crea, además, una jurisprudencia que permite desde ahora y a partir de ese fallo del juez de Bogotá, demandar y embargar las cuentas de la Nación ante el incumplimiento de sus pagos acordados de manera contractual.
El Metro de Bogotá, el primero.
Petro con su absurdo capricho del Metro subterráneo nunca quiso ese proyecto.
Y también lo castigó abusivamente negándole unos recursos billonarios ya contratados.
De los $ 23.6 billones que cuesta la primera línea del Metro de la capital, el gobierno central debe aportar por contrato ya firmado y aprobado por el Compes, $ 16.06 billones ( 70% del valor total )
Se negó a pagar más y la justicia lo obligará a cumplir.
También en Regiotram de la Sábana que contaba con un aporte de $ 1.32 billones del gobierno nacional, que ha negado Petro.
El Metro de la 80 en Medellín es otra víctima del odio Petro por Antioquía.
Le ha negado ya el aporte firmado y contratado (previa aprobación del Compes ).
De los $ 3.5 billones que cuesta el Metro de la 80, el gobierno nacional se comprometió con el 70% de la financiación, o sea, $ 2.4 billones.
El perjuicio para Medellín y para la obra es gigantesco.
Pero a Petro eso le importa un pepino.
Metro de la 80 o el Municipio de Medellín, deberán demandar judicialmente al gobierno nacional por ese abuso de Petro.
Y le tocará pagar.
En buena hora la justicia le puso tate quieto a este dictadorzuelo barato que cree que esto es Venezuela.
¡Y atención!
Todas las obras firmadas, comprometidas y hoy desatendidas, deberán hacer lo mismo.
Ya me imagino las demandas que el Gobernador de Antioquia le va a instaurar a la Nación por haberle negado abusivamente los recursos para las 4G, que estaban comprometidos y firmados.
Mejor dicho.
A Petro se lo llevó el mismo Putas.
Con un presupuesto nacional disminuido en un 20% y con esta avalancha de demandas por pagador incumplido, quedó prácticamente cautivo en el Palacio de Narińo y sin un centavo.
Y peor aún.
Sin un centavo para la campaña presidencial.
¡Pobre hombre!
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