54 ministros en 31 meses son la muestra de una gestión gerencial pública de pésima calidad.
Y para sellar con broche de oro, el cagadón económico es tan brutal, como que no van a ingresar $ 120 billones de un presupuesto nacional tasado en $ 511 billones.
Eso equivale a un 23.48% del aforo presupuestal, que no va a ingresar a las arcas del Estado colombiano.
Además del despilfarro, la corrupción y de haber aumentado la burocracia un 20%, el gran culpable de este inmanejable déficit es Gustavo Petro, que pensó que iba a reemplazar los ingresos de petróleo, gas y minería, con aguacates que todavía no llegan a $ 1 billón de pesos.
Sus reformas no pasaron por la terquedad del gobierno que se negó sistemáticamente a conciliar con el sector privado.
Todo les sale mal, hasta el fabricado juicio contra Álvaro Uribe, que cada día los pone más contra las cuerdas.
Y será sin duda el gran protagonista de la campaña política rumbo al 2026.
De hecho, hoy es el político con más prestigio (53%), a pesar de todo lo que le han fabricado a Él y a su familia.
Su hermano finalmente salió libre.
Petro está acorralado.
No es el gobierno.
Por qué no hay estructura de gobierno.
Todo lo dirige y lo maneja el mismo Petro, al son de sus ocurrencias cósmicas y de los malos consejos que le pueden dar Benedetti, Roy Barreras, y Laura Sarabia.
El horizonte del gobierno es tenebroso.
Ninguna de sus reformas hará tránsito en el Congreso.
O pensó el saliente ministro de Hacienda, Diego Guevara, que el Congreso le iba a patrocinar una reforma tributaria de $ 20 billones, ¿para pasar la maluquera?
Tenía que irse como tendrá que irse su reemplazo.
Manejar un país lleno de problemas y necesidades, sin un centavo, es insufrible.
Las salidas pues que ha planteado Petro de ir a buscar al pueblo que lo eligió, tampoco funcionan hoy.
La marcha del 18 de marzo solo movilizó 100 mil personas en este país,
de los 11.291. 987 votos que lo eligieron.
¿De dónde diablos va a sacar más de 14 millones de votos para esa consulta inútil?
Petro perdió todo el apoyo popular.
Solo las bodegas petristas pagadas con el presupuesto nacional, han logrado mantener una artificial popularidad cercana al 30%, que en realidad no existe.
Sin el apoyo del Congreso, con el repudio total de las Cortes y el rechazo de todo el sector productivo, el fin del gobierno Petro, no puede ser más tétrico.
Abandonó la peregrina idea de quedarse en el poder a través de una Constituyente, que tampoco lo iba a respaldar en las urnas.
El trabajo de presidente lo molió.
¡Está harto!
Pero tiene, eso sí, un compromiso ineludible con la izquierda y es permanecer en el poder.
Lo grave de todo este panorama, es que tampoco tiene candidato ni socios, ni votos, para elegirlo.
Pero en contrario, su caótica y equivocada gestión, si ha logrado, unir al centro derecha del país (58%).
Aunque todavía no tiene candidato, si está clarísima la idea de salir todos juntos a votar por el candidato de centro - derecha que pase a la segunda vuelta, cualquiera que sea.
La consigna es derrotar al petrismo a como dé lugar.
Petro está acorralado y enredado en la misma telaraña de mentiras y desgobierno que El tejió.
Su consulta popular, no tiene ni tiempo, ni autorización del Congreso, ni presupuesto, ni respaldo popular.
Será pura agitación e intimidación que es lo que Petro, desesperado nos vende cada día.
Pero falta un elemento gravísimo en esta complicada ecuación del gobierno Petro: la quiebra de la salud, y la avalancha de muertos.
Es pavorosa la situación de la salud de los colombianos.
Un sistema de salud que tenía una cobertura del 98.5% y una aceptación del 74%, hoy está en ruinas.
Y será el menú de cada uno de los días que le quedan a Petro, las redes y los noticieros, reportando enfermos, lamentos y muchos, muchísimos muertos.
Qué miedo.
Petro tendrá que responder por sus muertos.
¿Cuántas decenas de miles de muertos de la salud Petro, habrá en los próximos 13 meses?
¡Aterra siquiera pensarlo!
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