Querides parlamentarios, parlamentarias y parlamentaries petroconservadores:
Bienvenides todes a nuestra primera reunión del nuevo partido petroconservador, lejos de la casa tradicional de Teusaquillo desde donde se fraguaron tantas infamias para esta patria ensangrentada, desigual y excluyente, pero esperanzada en que la paz total y el decrecimiento con equidad sanen las heridas ancestrales y nos conduzcan por los caminos promisorios que han permitido a Cuba, Venezuela y Nicaragua sacudirse de las férulas imperiales para reencontrar sus verdaderas raíces.
Hoy sesionamos desde este improvisado cambuche como un homenaje a los compañeros de la lucha popular que en buena hora han decidido ir por las tierras que desde siempre les han pertenecido. Pedimos perdón por la defensa airada de la propiedad privada que los mal llamados líderes históricos de este partido, camanduleros y anticuados, habían asumido como propia.
Al terminar esta sesión los invitamos a que permanezcan unos minutos mientras se queman los óleos de unos señores que gobernaron con los extraños nombres de Mariano, Laureano, Belisario, Guillermo León y Misael, casi impronunciables para nuestros geniales ‘influencers’ que están elaborando el nuevo manifiesto ideológico a partir de la cartilla que nos han mandado de Palacio a través de las redes sociales. A medianoche, en ceremonia especial se arrojará a la hoguera el óleo de Andrés.
Y estamos siendo coherentes con las luchas de las últimas dos décadas. Somos el partido más consistente de la historia política reciente. Somos los únicos, las únicas y los úniques que nos hemos mantenido siempre como partido de gobierno. Fuimos uribistas con Uribe. Los más uribistas. Fuimos santistas con Santos. Los más santistas. Fuimos duquistas con Duque. Los más duquistas. Y ahora somos petristas con Petro. Los más petristas.
Y siempre hemos insistido en que nuestra colaboración patriótica a cada gobierno debe verse reflejada en las esquivas cuotas en la administración para garantizar que nuestros rebaños burocráticos puedan seguir pastando en las praderas del poder y los contratos. Solo así podremos proseguir en ese encuentro periódico exitoso con los tarjetones y los escrutinios. Recuérdenlo siempre, las banderas de un partido son prescindibles, intercambiables, modificables. La política es dinámica. Pero sin puestos no hay paraíso. Sin contratos no hay paraíso, y los votos en cada elección están más caros.
El cambio de nombre, el nuevo himno a ritmo caribe como homenaje a nuestra primera dama, el cambio del color azul conservador ya desteñido y percudido por nuestro potente arco iris multicolor y el cambuche agropecuario como sede de nuestros encuentros se nos han vuelto imperativos porque no somos los únicos dando estas adornadas volteretas. Ahora hay otros partidos en la onda del gobiernismo eterno disputando nuestro espacio y tenemos que demostrar que nosotros podemos ser más petristas que ellos. Más petristas que Roy... incluso, queridos copartidarios, si es necesario, más petristas que el propio Petro.
A quienes se han demorado enviándonos los listados de postulados para cargos y contratos, les recordamos que para todo hay que tener candidatos. Siempre listos para mandar una terna. Desde un portero hasta un ministro.
Para no abusar del tiempo, les recuerdo que nuestra próxima reunión de bancada será en vísperas de la votación de la tributaria y que el número de artículos que aprobemos será proporcional a la satisfacción que les estén brindando a nuestros compatriotas en su empeño de construir un mejor país desde los cargos públicos.
Óiganlo todos, que nos traten bien porque para eso somos gobierno. Y a mucho honor.
Que viva Colombia. Viva la paz total. Viva la reforma tributaria. Abajo el Esmad. Que desarmen a la Policía. Que el Ejército se dedique a sembrar especies nativas. Libertad y curules para algunos criminales. No más privilegios para los viejos pensionados. Gastemos hoy la plata de las pensiones de mañana. Abajo la Colombia feudal.
¡Que viva nuestro gran partido petroconservador!
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 18 de septiembre de 2022.