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Juan Gómez Martínez 

En esta columna quiero hacer una publicidad para que los colombianos compren un libro que les abrirá los ojos sobre el peor pecado que se ha cometido contra la patria. Se trata de la obra Los pecados de la paz del general Jorge Enrique Mora. Ya lo había comentado en artículo anterior, yo no entendía cómo un general de Colombia se prestó para hacer parte del grupo negociador o, mejor, de la entrega de Colombia al grupo guerrillero que busca la destrucción de la patria.

Al leer la obra, me di cuenta de que el deber del soldado es buscar la paz con las armas, cuando sean necesarias, o, de todas maneras, conseguir la paz en una mesa de negociación sin que sea una entrega de la patria a su enemigo. En Colombia, se le entregó la patria al enemigo, ya arrinconado, para complacer las ambiciones de un presidente incapaz, pero que quería pasar a la historia como el mandatario de la paz y, sobre todo, como el colombiano que logró el premio Nobel de la Paz sin importarle el futuro de Colombia.

Al empezar las negociaciones ya se había aprobado, en secreto, un preacuerdo. Recordemos a Enrique, hermano del presidente y amigo de Fidel Castro y este, amigo de la guerrilla. “El amigo de mis amigos es mi amigo” se cumple muy bien aquí.

El general Mora se sentía incómodo al darse cuenta de que todo estaba arreglado y trató varias veces de renunciar, no se la aceptaron, necesitaban la presencia de “el de mostrar” como participante en el acuerdo. Por fortuna para la historia, no le permitieron que se retirara y pudiera continuar tomando nota de cada detalle que nos serviría de testimonio de la verdad y de la peor traición a la patria de un presidente en ejercicio.

El general se tuvo que aguantar las marrullas y traiciones de un personaje como Sergio Jaramillo. Siempre se movió a favor de la guerrilla, en secreto o en presencia de sus compañeros de comisión, pero nunca pensando en la democracia que debía defender. Para él, el compromiso era la entrega al grupo guerrillero.

Los testigos extranjeros, llamados para el acompañamiento en las conversaciones, eran no solo representantes de un país, sino del comunismo internacional. Uno de ellos, de Noruega, casualmente del país donde se concede y se entrega el Nobel de la Paz.

Se invitó a víctimas del conflicto para escuchar los testimonios de quienes sufrieron el secuestro o el asesinato de algún familiar. Lo extraño fue que muchos de los invitados fueron víctimas de los paramilitares o de otros grupos y no de la guerrilla de las Farc, con la que se negociaba.

Lo anterior son algunas pequeñas píldoras de lo que sucedió en La Habana durante las negociaciones con la guerrilla de las Farc. Un apretado resumen de un libro que nos cuenta la verdad de la mayor traición a Colombia que se ha dado en la historia de esta nación. Hay que comprar el libro para conocer la verdad. Este resumen es la publicidad no pagada en dinero, pero sí en riqueza para el conocimiento de la verdad .

https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 06 de enero de 2022.

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