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María Isabel Rueda 

Todos estamos de acuerdo en que los que traten de evadir impuestos sean sancionados.

La publicación de esta investigación es valiosa, pero tiene sus peligros. Porque por mezclar peras con manzanas, acaban en el mismo canasto un poco de evasores con unas personas totalmente honorables, y por ello la impresión que le quedó a la mayoría es que lo denunciado era mucho más grave de lo que es en realidad. Ahora que la gente no cree en ninguna de las instituciones, el corte sensacionalista del reporte hace pensar a muchos colombianos que así como hay funcionarios públicos hampones, todos los empresarios lo son también. Y eso no es así.

Si la discusión que abren los ‘Pandora Papers’ correspondiera a la sensación que dejan sus revelaciones, no habría problema. Pero, aunque todo aquel que aparece en la lista repita y repita que tener una cuenta en el exterior no es delito, esa no fue la impresión que dejaron las menciones que les hicieron. Sino la de que están saqueando las arcas públicas, evadiendo y escondiendo sus dineros a través de marañas de sofisticadas compañías ‘off-shore’, cuando lo más probable es que la mayoría de quienes los ‘Pandora Papers’ pusieron en la picota pública sean ciudadanos de bien, empresarios, industriales o funcionarios que cumplen con sus obligaciones fiscales. Hasta al director de la Dian, Lisandro Junco, le tocó salir a demostrar que es uno de ellos. Le sacaron una cuenta en dólares con US$ 10.000 y piquito, suma que tiene declarada y con la que, lejos de llevar a inferir que se ha enriquecido en su cargo, el año entrante, con suerte, podrá llevar a sus hijos de paseo a Disney. Hasta a Enrique Peñalosa lo hicieron pasar su mal rato explicando que a él le queda más cómodo que los pagos por trabajos que realiza en el exterior se los hagan a través de una compañía ‘off-shore’.

También salieron a relucir casos de ricos industriales que tienen residencias fiscales extranjeras, por ser ciudadanos de EE. UU., como Alejandro Santo Domingo o Gabriel Gilinsky. En el caso de Luis Carlos Sarmiento, el único de los tres 100 % colombiano, teniendo todas sus empresas en bolsa, es poco probable que sea un evasor de impuestos. Más aún, él solito paga el 3 % de todos los impuestos recaudados en Colombia, cifra que en prácticamente ningún país del mundo un ciudadano aporta solo.

César Gaviria y Andrés Pastrana también fueron denunciados en la ‘lista negra’ de los ‘Pandora Papers’. Los dos han dicho que cumplen a cabalidad con sus obligaciones fiscales. Ya le corresponderá a la Dian avalar si sus afirmaciones coinciden con sus declaraciones de renta.

La pura verdad es que evadir impuestos era fácil. Pero eso ha cambiado en la última década, hasta volverse casi imposible y muy arriesgado. Hay acuerdos de intercambio de información con más de 100 países, que permiten saber no solo cuánta plata tiene una persona en una cuenta en el exterior, sino qué bienes raíces posee, sus yates y hasta en qué obras de arte invierte sus fortunas.

Si las cifras reales de la Dian son que de 45.630 cuentas en moneda extranjera declaradas en el exterior, a septiembre del 2021, solo 5.827 no se han normalizado, es probable que solo el 12 % de los 588 colombianos que menciona el listado todavía estén escondiendo su plata en el exterior. Cuando los cogen, la sanción no es poca. Si la administración detecta activos omitidos en el exterior, puede liquidar un impuesto sobre la renta multiplicado por el valor del activo omitido. Y se tiene que pagar con intereses de mora y, además, con una sanción por inexactitud del 200 por ciento del impuesto liquidado.

Las cuentas bancarias pululan en el exterior porque Colombia es uno de los pocos países que no permiten tener cuentas en dólares dentro del país y la única alternativa es abrirlas por fuera. (¿Más por un rezago del Banco de la República?)

Todos estamos de acuerdo en que los que traten de evadir impuestos sean sancionados. Sin embargo, en el fondo de este informe hay algo más importante que las cuentas en el exterior, que están permitidas: y es el origen de los dineros de esas cuentas. Son muchos los personajes vinculados con la política que salen ricos o millonarios a abrir cuentas bancarias por el mundo, sin ninguna tradición empresarial previa que las justifique, y que desde luego no corresponden con sus antecedentes ni cargos. Es a estos a quienes, sobre todo, deben estar investigando, porque la sola cuenta en el exterior, declarada y todo, no dice nada.

Cada día es mayor el cerco mundial a las fortunas escondidas bajo cuentas protegidas con velos corporativos. Quizás separando las peras de las manzanas este informe hubiera podido mostrarnos lo más interesante que hay en el fondo de ese canasto, y que por ahora vemos borroso. Pero, mientras, Gustavo Petro se frota las manos viendo al establecimiento autodestruirse.

Entre tanto… Hermosa premiación de la Fundación El Nogal a ocho jóvenes que, con sus emprendimientos, construyen país.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 10 de octubre de 2021.

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